viernes, 22 de enero de 2021

ECUADOR: ¿SE DEBERÍA VOTAR POR UN CANDIDATO A LA PRESIDENCIA, QUE ES INCONDICIONAL?

Los seres humanos somos parte de la naturaleza. La Real Academia de la Lengua-RAE, en una de sus acepciones define a la naturaleza como:” cualidad de los seres humanos no modificada por la educación”

El acto humano a su vez se define en otra acepción: “procede de la voluntad libre con la advertencia del bien o mal que se hace”

A su vez se entiende por acepción de personas: “Acción de favorecer o inclinarse a unas personas más que a otras por algún motivo o afecto particular”

La mayoría de los seres humanos no creemos en ideologías políticas, ya que han sido concebidas con el propósito esencial de capturar el poder en una sociedad y valerse del mismo para fines particulares y/o de grupos de élite, o sea de un grupo minoritario de personas.

En Ecuador se llevará a cabo el 7 de febrero del año 2021, un proceso eleccionario para elegir presidente y vicepresidente del país, entre otras dignidades de elección popular.

La contienda electoral la disputarán “16 binomios” en un país de aproximadamente 17.4 millones de habitantes, repartidos en 24 provincias.

A la fecha no existe en esta República ningún partido o movimiento político que represente ni siquiera al 10% de la población, y que haya tenido esa representatividad en más de 3 o más décadas, por lo cual la atomización de estos “pseudo partidos y movimientos políticos” ha llevado a nuestra democracia a una constante debilitación de la institucionalidad democrática.

En esta feria de oportunismo electoral, el paisaje es variopinto, el “folklore político” no alcanza ni siquiera como una minúscula forma de atraer el turismo extranjero.

Parecería que los ecuatorianos estamos frente al montaje de una obra de teatro de baratillo: “Conjunto de artículos, nuevos o usados, puestos a la venta a bajo precio” (RAE)

Como parte de esta pieza popular y burlesca hay una candidatura títere, que representa a la mayor ignominia pública que han recibido los ecuatorianos desde la fecha en que el Ecuador es República, la década perdida 2007-2017, bajo el nefasto desgobierno correista,

El candidato correista Andrés Arauz, que pretende llegar al poder por las listas 1 y 5, debe tener sus méritos personales, pero su mayor demérito es la pública y abierta aceptación de que representa al expresidente Rafael Correa, alaba la corrupta y mediocre gestión de “gobierno”, fue un obsecuente funcionario correista y pregona las bondades del socialismo del siglo XXI, entre otras perlas.

El expresidente Rafael Correa Delgado ha sido sometido a varios juicios, y en uno de ellos, bajo la carátula de: “Sobornos 2012-2016”, la Corte Suprema de Justicia le sentenció a ocho años de prisión, por haber recibido aportes indebidos para la financiación de su movimiento político Alianza País, de parte de la constructora brasileña Odebrecht, a cambio de millonarios contratos de obra pública en Ecuador.

Además, la Justicia ecuatoriana dispuso pedir a la Interpol la difusión roja para que se detenga a Rafael Correa, quien reside en Bélgica desde el fin de su mandato, el año 2017.

En el supuesto no consentido que el candidato Andrés Arauz fuera elegido presidente del Ecuador para los próximos cuatro años, se cumpliría el eslogan: “Arauz a la presidencia y Correa al poder”, ya que las instrucciones de: ¿Qué hacer?, ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Para quién?, vendrían de Bélgica.

¿Por enésima vez los ecuatorianos estaremos inmersos en un proceso electoral, en el cual la disyuntiva ya no sería votar por el menos malo, sino por el menos peligroso para la democracia?

    “Es mejor estar callado y parecer estúpido que abrir la boca y disipar las dudas” (Abraham     Lincoln)