miércoles, 28 de marzo de 2018

¿SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL?

El Sistema de Seguridad Social en el Ecuador está definido por la Ley de Seguridad Social vigente y, recae el peso de esta materia básicamente en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Para efecto de situar la problemática del IESS bajo contexto, se cita a continuación algunos artículos de la Ley en referencia:

“Art. 3.- RIESGOS CUBIERTOS.- El Seguro General Obligatorio protegerá a sus afiliados obligados contra las contingencias que afecten su capacidad de trabajo y la obtención de un ingreso acorde con su actividad habitual, en casos de:
 a. Enfermedad;
 b. Maternidad;
 c. Riesgos del trabajo;
 d. Vejez, muerte, e invalidez, que incluye discapacidad; y,
 e. Cesantía.
 El Seguro Social Campesino ofrecerá prestaciones de salud y, que incluye maternidad, a sus afiliados, y protegerá al Jefe de familia contra las contingencias de vejez, muerte, e invalidez, que incluye discapacidad.”

“Art. 16.- NATURALEZA JURIDICA.- El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) es una entidad pública descentralizada, creada por la Constitución Política de la República, dotada de autonomía normativa, técnica, administrativa, financiera y presupuestaria, con personería jurídica y patrimonio propio, que tiene por objeto indelegable la prestación del Seguro General Obligatorio en 
todo el territorio nacional.”

“Art. 17.- MISION FUNDAMENTAL.- El IESS tiene la misión de proteger a la población urbana y rural, con relación de dependencia laboral o sin ella, contra las contingencias de enfermedad, maternidad, riesgos del trabajo, discapacidad, cesantía, invalidez, vejez y muerte, en los términos que consagra esta Ley.”

“Art. 26.- COMPETENCIA.- El Consejo Directivo es el órgano máximo de gobierno del IESS….”

“Art. 27.- ATRIBUCIONES.- El Consejo Directivo tendrá a su cargo:”
“…p. El conocimiento de los balances actuariales preparados por el Director Actuarial y aprobados previamente por actuarios externos independientes, con la periodicidad que determine el Reglamento General, y la expedición oportuna de las regulaciones técnicas más convenientes para el sano equilibrio de los seguros sociales administrados por el IESS;…”

“Art. 28.- INTEGRACION.- El Consejo Directivo estará integrado en forma tripartita y paritaria con un representante de los asegurados, uno de los empleadores y uno de la Función Ejecutiva, quien lo presidirá. Cada uno de los miembros del Consejo Directivo tendrá un alterno que subrogará al titular en caso de ausencia temporal o definitiva….”

“Art. 61.- NORMAS GENERALES PARA LAS INVERSIONES FINANCIERAS DEL IESS.- El IESS, por medio de la Comisión Técnica de Inversiones, efectuará todas sus inversiones y operaciones financieras, a través del mercado financiero, con sujeción a los principios de eficiencia, seguridad, rentabilidad, oportunidad y liquidez….”

Parecería que la normativa vigente al citar algunos de los artículos de la Ley del IESS, permitirían que esta importante institución pública se maneje con criterios técnicos que aseguren una normal y eficiente labor en pro de sus afiliados y las familias de los mismos y, por lo tanto, contribuiría de manera eficaz a los objetivos que se fijen en materia social y económica en el país.

Pero la realidad del IESS es que históricamente ha sido el botín político de los gobiernos de turno, pero de manera especial del último “gobierno” (Alianza País-Correa) que no sólo copto a su Consejo Directivo, sino que transformó en caja chica los excedentes de liquidez de ésta entidad, eliminó el aporte del 40% que por Ley tenía que cubrir para la sostenibilidad del sistema de pensiones y terminó maquillando los estados financieros, con el propósito de desconocer arbitrariamente la deuda que el Gobierno mantenía con el instituto desde hace algunos años atrás (aproximadamente 2.500 millones de dólares)

Dice un axioma jurídico: “a confesión de parte relevo de pruebas”, hace unos días un alto funcionario del actual gobierno (Secretario de la Política) y ex –ministro de Correa y ex – Asambleísta por el partido Alianza País, ha manifestado (según fuentes periodísticas) que el IESS está en la “quiebra”.

Según datos extraoficiales la deuda global al IESS sería de aproximadamente 18.500 millones de dólares y el fondo de pensiones estaría totalmente desfinanciado.

Con estos antecedentes: ¿Se puede hablar que en el Ecuador existe un Sistema de Seguridad Social?

¡Por supuesto que no!

La población en general está en indefensión, los mandantes que son los verdaderos dueños del IESS, en la praxis solo miran como los politiqueros de turno usan el sistema de seguridad social como eslabón político, pista de aterrizaje laboral para familiares y amigos de un partido o movimiento político y fuente de enriquecimiento mal habido, para funcionarios de turno.

Es de suma urgencia e importancia realizar una auditoría externa al IESS (con apoyo de las NN.UU) desde el año 2007 hasta la fecha, para determinar responsabilidades (administrativas, civiles y penales) a los miembros de los Consejos Directivos, Directores Generales, Directores Provinciales, miembros de las Comisiones Técnicas de Inversiones y otros altos funcionarios, así como, a los Ministros de Economía y Finanzas que emitieron informes sobre las proformas presupuestarias sometidas a su conocimiento.

Es de “Ripley” que una institución de seguridad social como el IESS, haya carecido de balances internos con auditoría externa por varios años y, también, de estudios actuariales periódicos como determina su Ley Constitutiva.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

Urge entre otras acciones implementar de manera urgente entre otras las siguientes medidas en el IESS:

1.      Reformar la Ley de Seguridad actual para blindar al IESS, contra la acción política del Ejecutivo;
2.      Realizar una reingeniería técnica: administrativa, operativa y financiera;
3.      Reformar el seguro campesino desde una visión técnica y no política clientelar;
4.      Constituir un fideicomiso con los recursos que adeuda el Gobierno; y,
5.      Determinar por Ley que los estudios técnicos actuariales deban ser publicados, para transparentar la viabilidad de cada uno de los fondos y la sostenibilidad del sistema de seguridad social.

“El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política” (Simón Bolívar)

sábado, 10 de marzo de 2018

¡PODREDUMBRE!

Se han elaborado múltiples diagnósticos especialmente desde ópticas económicas y sociales, dentro y fuera del país, sobre la trágica década vivida en Ecuador, en el período 2007 a 2017.

Posiblemente estudiosos en las ramas de la psicología, sociología, antropología y ciencias afines, aportarían mucho a la comprensión de las causas que produjeron una debacle tan profunda en la institucionalidad ecuatoriana.

¿Cómo entender que en un país pequeño, dotado de múltiples recursos naturales, con una ubicación geográfica privilegiada, con gente en su mayoría buena y que gracias a factores externos (precio del petróleo) experimentó una bonanza de ingresos no antes registrados, haya sufrido un colapso en su economía (sobreendeudamiento interno y externo, crisis fiscal y sensible deterioro del sector externo) y la desconfianza de los inversionistas internos y externos?

¡La respuesta que no ha recibido suficiente análisis tiene que ver con el recurso humano gobernante!

Si revisamos con detenimiento y desde una visión objetiva y racional, lejos de cualquier influencia emocional, partiendo de las cabezas de las máximas autoridades de los cinco poderes del Estado, los niveles ejecutivos, el personal profesional, asesores y aquellos funcionarios que tenían jefaturas, aunque en ciertos casos poseían estudios superiores, la gran mayoría de ellos carecían de los conocimientos requeridos para las funciones encomendadas y la debida experiencia en la actividad pública.

Basta revisar las hojas de vida y las trayectorias de dichos funcionarios. La mayoría provino de la academia, de organizaciones sociales y del activismo político.

¿Se podía esperar una gestión productiva de personas que no tenían la más mínima experiencia práctica de trabajo en equipo, destreza en planeación estratégica, maestría en construir presupuestos bien elaborados y factibles de ejecutarse y la habilidad para perseguir y alcanzar objetivos que requerían coordinación interinstitucional?

Evidentemente, lo que primó en la década antes mencionada en la administración pública fue la improvisación, la dirección vertical, la afinidad ideológica y, sobre todo, la obediencia ciega al caudillo.

Si a esta terrible falencia técnica añadimos la total ausencia de ética y moral en los individuos antes aludidos responsables de la administración pública, el resultado obvio era  la hecatombe.

La ausencia total de transparencia en la “gestión pública”, la no rendición de cuentas, el abandono de la acción de fiscalización, la vista a un lado de los organismos de control y de la justicia, hicieron del Ecuador ¡tierra de nadie!

Los ecuatorianos honestos que somos la mayoría, sentimos vergüenza ajena por la imagen que ha proyectado Ecuador en la comunidad internacional, por culpa de un movimiento político denominado Alianza País, sus Directivos y la gran mayoría de afiliados y muchos simpatizantes, que colaboraron en las diferentes funciones públicas, al estilo de conocidos filibusteros, depredando los recursos públicos con la mayor impudicia y desparpajo.

Se cobijaron bajo el socialismo del siglo XXI, para decir que les sostiene una ideología, (la misma que nace de un socialismo y comunismo trasnochados) para actuar como lo que en realidad representan y son, un populismo descarado, una parodia que engañó a una buena parte del pueblo ecuatoriano que confió en sus promesas de equidad  y justicia social, más la politiquería tradicional de captar adeptos usando artimañas nacionalistas.

¡Vinieron para enriquecerse a costa del Estado y pretenden quedarse!

¿Podemos los ecuatorianos y los inversionistas extranjeros creer en la conducción política del país que deviene del mismo movimiento político que descalabró al país, en lo moral, económico e institucional?

¡La historia lo dirá!

“La humanidad tiene una doble moral: una, que predica y no practica, y otra, que practica y no predica. (Bertrand Russell)