sábado, 25 de abril de 2020

ECUADOR: ¿CONVIRTAMOS LA CRISIS EN OPORTUNIDAD?

La pandemia del coronavirus COVID-19 tiene trastornada a la sociedad mundial con justa razón, por la velocidad con la que se ha propagado el virus por todo el mundo y por las inéditas medidas de confinamiento que se han adoptado, paralizando el flujo de personas, bienes y servicios.

Compete a los científicos de todo el mundo especializados en materia de enfermedades infecciosas, fijar el rumbo de posibles vacunas y de los tratamientos más adecuados, en función de los avances logrados en el conocimiento del COVID-19 (apenas han transcurrido aproximadamente 4 meses desde su anuncio oficial por la Organización Mundial de la Salud-OMS).

La enfermedad antes indicada es una realidad, y en el caso de Ecuador, nos compete acatar con responsabilidad y buen juicio, acatando las medidas preventivas que adoptan las autoridades competentes en salud pública, seguridad, movilización, entre otras, para evitar una mayor propagación del virus y el colapso de los hospitales (capacidad de camas existentes, unidades de cuidados intensivos-UCI, personal médico, enfermeras, auxiliares, etc.)

No es el momento de crear polémica y críticas a la gestión del gobierno de turno, indistintamente si votamos por él o no, si tenemos o no empatía con su ideología o si han acertado o no con la gestión de la actual crisis de salud y con las medidas económicas adoptadas.

De ser pertinente, en el futuro se juzgará lo realizado y lo que dejaron de hacer las autoridades, bajo el paraguas de las leyes vigentes y los debidos procesos.

Los otros poderes del Estado: Legislativo y Judicial, principalmente, así como: los gobiernos provinciales, cantonales y parroquiales, están en la obligación de unirse en búsqueda de soluciones a la crisis sanitaria, sin que sus representantes busquen sacar réditos personales o partidarios. El uso político de la pandemia por el COVID-19, debe y tiene que ser censurado y sancionado por todos los ecuatorianos y castigado posteriormente con el voto en las urnas.

Debemos los ecuatorianos acudir al diálogo franco y sincero, con respeto a la autoridad y aportando con propuestas viables, sólidas en su argumentación y que busquen sumar, para en primer término se pueda paliar en el corto plazo los efectos de la crisis de salud y su impacto en la economía, para más adelante, cuando sea propicio, se enfrente la reactivación de la producción, el comercio, el empleo y la problemática social.

Pongamos en práctica aquel mensaje que dio el Ex Presidente John F. Kennedy a su pueblo: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”

Ecuador es un país pequeño en territorio, población y riqueza (en términos relativos: magnitud de la economía en el contexto regional y mundial) con una población amable, buena, pero en su mayoría indisciplinada, polarizada e influenciada de manera negativa por un desgobierno (Enero 2007- mayo 2017) que buscó y consiguió dividir a la sociedad ecuatoriana en estratos: buenos y malos, ricos y pobres, pro-estado y pro-mercado, o estaban con el autócrata o en contra de él, etc.)

El precio promedio del petróleo exportado por Ecuador en el período 2007-2017, fue de USD 69,52 (Fuente: ESPE-BCE) lo cual representó ingentes recursos al presupuesto general del Estado (participación entre el 43% y 59%) como nunca antes había ocurrido desde el año 1972, recursos que fueron  “invertidos” con negligencia, sin criterios de prioridad y con corrupción y vaciando las arcas fiscales.

Los ingresos fiscales del país dependen en gran medida del comportamiento del volumen y precio de un commodity (petróleo) de ahí que un shock externo como la caída histórica del precio spot del barril de crudo WTI-Londres= USD 17,26 (24/04/2020, sin restar el castigo por la calidad del crudo) tiene un impacto brutal en la economía.

Ecuador fijó en su presupuesto para 2020 un valor de USD 51,30 por barril de crudo exportado (WTI) por lo que el impacto negativo causado por la caída del precio del barril de crudo, es severo para la caja fiscal en el escenario actual, en el que resulta inviable en el país en el corto plazo, incrementar la carga tributaria y disminuir el gasto público, de manera que compense la pérdida de ingresos fiscales provenientes de las exportaciones petroleras.

La economía de Ecuador atraviesa por un mal momento, agravada por la crisis sanitaria, sin ahorros, alto déficit fiscal, inversión externa no significativa y caída de los precios de sus productos primarios de exportación.

Es imperativo llegar a acuerdos concertados entre todos los actores de la sociedad; Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, principalmente, con los dirigentes de partidos y movimientos políticos, los gremios de la producción, trabajadores, academia y otros, actores de la sociedad civil, para en primer lugar enfrentar la crisis sanitaria y apuntalar la economía, con la reducción oficial y voluntaria del gasto público, aporte de la empresa privada mediana y grande y el apoyo de la ciudadanía en general.

Ante la evidencia histórica de que en un Ecuador polarizado, sea factible llegar a acuerdos concertados, respetando las divergencias, y para que los actores que representan al poder político y económico, dialoguen y cedan posiciones en favor de la sociedad en su conjunto, sería importante pedir la colaboración de organismos internacionales como: Banco Mundial, BID, CAF, ONU, OEA, entre otros, y países amigos, a fin de que se conformen comisiones técnicas interdisciplinarias con representantes de dichos organismos y países.

La función de estas comisiones sería la de actuar como facilitadores de los diálogos, para analizar propuestas que surjan de todos los sectores económicos, sociales, políticos y ambientales, para construir acuerdos concertados de políticas públicas de: corto, mediano y largo plazo, que sean viables, sostenibles y permitan salir de la actual crisis al país, e iniciar el proceso de crecimiento económico, condición necesaria pero no suficiente, para alcanzar el desarrollo.

De las crisis se obtienen oportunidades cuando los seres humanos sacamos lo mejor de todos nosotros, practiquemos entre otras virtudes las siguientes: reflexión, diálogo, respeto, fortaleza, prudencia y solidaridad.

Recordemos que con las 7 letras de la palabra Ecuador, se construye ACUERDO.

¡El Ecuador nos necesita ahora, unidos!

¡Demostremos ecuatorianos nuestra capacidad de resiliencia!

“En medio de la dificultad reside la oportunidad” (Albert Einstein)

sábado, 11 de abril de 2020

CRISIS MUNDIAL: ¿PARTIDA DE AJEDREZ ENTRE LA SALUD PÚBLICA Y LA ECOMOMÍA?

Quién inventó el juego de ajedrez y en qué fecha es motivo de controversia, sin embargo, muchos autores se inclinan que fue en la India donde nació este juego, allá por el siglo VI d.C.

Este apasionante juego enfrenta normalmente a 2 jugadores que pugnan por ganar la partida, para lo cual los conocimientos teóricos y la práctica son dos aspectos fundamentales a considerar.

La aparición de una nueva cepa de coronavirus denominada COVID-19, a finales del año 2019 en China y su rápida propagación por todo el mundo, ha ocasionado un cambio profundo en las relaciones humanas, las actividades productivas y de servicios, así como en el comercio mundial, entre otros asuntos.

Resulta evidente que esta pandemia ha sobrepasado la infraestructura sanitaria y los medios básicos en todos los países del mundo, tanto en los desarrollados, como en aquellos con menores niveles de desarrollo relativo.

La carencia y los inadecuados elementos básicos de un sistema de salud, tales como: cantidad y calidad del personal sanitario, productos médicos y equipamiento, adecuada prestación de servicios, sistema de información, financiamiento y liderazgo, han desnudado las falencias y la poca prioridad que los gobiernos han dado a la Salud Pública.

La política se ha hecho presente, la pandemia ha sido aprovechada por políticos inescrupulosos para visibilizarse con fines electorales, en unos casos, como medio para  mantenerse en el poder y en otros para acceder al mismo.

Esta crisis de salud y su impacto económico en el presente y a futuro, nos ha demostrado la incapacidad de la mayoría de gobernantes del mundo. No hay liderazgos, solo vemos demagogia y oportunismo.

¡Una vez más, el fin justifica los medios!

Varios gobernantes de algunos países (Brasil, México, Italia, España, Nicaragua, Gran Bretaña, EE.UU) principalmente, actuaron tardíamente ante la pandemia, con graves consecuencias para su población. En contraste es plausible el liderazgo ejercido por gobernantes de países como: Corea del Sur, Japón, Taiwán, Alemania, Singapur e Israel, que han podido ralentizar la contaminación, con menor impacto en la salud pública y sus economías.

Que hicieron con responsabilidad los países que han logrado mitigar el impacto del COVID-19:

1. Imponer el distanciamiento social;
2. Realizar muchos test o pruebas para detectar casos positivos; y,
3. Decretar la cuarentena total obligatoria.

Es evidente que la pandemia del COVID-19 ha causado hasta la presente fecha, un impacto negativo de proporciones enormes en la economía mundial.

El FMI considera que la crisis económica producto de la pandemia, tendrá para el año 2020, un efecto recesivo mayor que el producido por la Gran Depresión ocurrida en 1929.

Pero el verdadero impacto económico de la actual crisis sanitaria es impredecible por la sencilla razón de que muy poco se conoce a nivel mundial sobre esta nueva enfermedad y no existe vacuna alguna (se estima entre 12 a 18 meses, la posibilidad de encontrar una vacuna efectiva)

Nunca antes la sociedad mundial vivió en época de paz, una paralización de las actividades económicas y sociales y un confinamiento de la población a nivel mundial, los avances tecnológicos más que nada nos han permitido apreciar que ni las riquezas, ni el poder, pueden contra una pandemia, somos vulnerables y debemos aprender lo negativo y positivo de la realidad actual.

¿Todos nos preguntamos qué hacer en esta situación?

A nivel personal debemos actuar con responsabilidad tomando con seriedad la necesidad de distanciamiento social, refugiándonos en nuestros hogares para beneficio propio, el de nuestra familia y el de toda la población.

Es imperativo obedecer y respetar las normas establecidas en la crisis sanitaria por las autoridades pertinentes, ya que la enfermedad durará mucho tiempo y el objetivo primordial es que este problema transcurra, con la menor afectación a la salud y vida de todos los seres humanos.

Como sociedad mundial esperamos que se entienda que hay que hacer muchos sacrificios, y que el mayor impacto recaerá en la gente más pobre y vulnerable: en número de afectados, resquebrajamiento de la salud y capacidad económica para superar la crisis.

Los gobiernos de todos los países del mundo y en especial quienes conforman la Organización de Naciones Unidas-ONU (193 Miembros) deberían afrontar esta calamidad con la mayor responsabilidad y solidaridad, nunca antes vista, es ahora la prueba de fuego de su existencia. Las siguientes preguntas deberían tener una respuesta satisfactoria: ¿Para qué se creó? ¿Para qué existe? ¿Es de real utilidad? ¿Son solidarios sus Miembros? ¿Hechos y no palabras?

Es evidente, incluso para quienes no tienen conocimiento en materia económica (macro y micro economía) que paralelamente a la urgente demanda de atención a la salud pública en el mundo, no se puede descuidar la economía, y fundamentalmente la economía real (producción, distribución y consumo de bienes y servicios)

Esta apreciación deja separada a la economía financiera, sin menoscabarla por su importancia en cualquier país y por ser complementaria en el circuito económico, por lo cual debe ser vigilada con el debido cuidado.

Una mirada objetiva a la crisis económica actual y que se prolongará por un buen tiempo (meses y años) obliga a que los gobiernos de los países que integran el G7 (mayores países industrializados) y el G20 (Mayores países industrializados y mayores países emergentes) en coordinación con los Organismos Multilaterales de Crédito más importantes del mundo, tales como: Fondo Monetario Internacional-FMI, Banco Mundial-BM, Banco Interamericano de Desarrollo-BID, Corporación Andina de Fomento-CAF y los Organismos Internacionales de Asia, entre otros, deben cooperar de manera ágil y pragmática, para sacar adelante a la economía mundial que está interconectada en un esquema de globalización.

El encadenamiento económico es de simple lógica: cuando cae el consumo a nivel mundial, baja la producción, se pierden empleos, se detiene la inversión y la economía micro y macro se ve afectada.

La respuesta con medidas fiscales, crediticias, arancelarias, etc. a esta grave crisis mundial, no debería ser solamente a nivel de cada país, tiene que mirarse con un enfoque regional, continental y mundial.

Es imperativo rediseñar las reglas de juego del mundo para el futuro, atacando con pragmatismo y responsabilidad temas como: desigualdad, acceso a oportunidades de trabajo y educación, seguridad alimentaria y salud, comercio justo, seguridad, cambio climático.

La población mundial que se encuentra en el umbral de extrema pobreza y pobreza, son los más afectados por la crisis, hay que entender que la mayoría de la población en los países de menor desarrollo relativo en el mundo, son desempleados y subempleados. ¿Con que medios puede subsistir la gente que se encuentra en cuarentena, sin poder movilizarse y sin poder realizar actividad alguna que les genere ingresos?

Es urgente dar soluciones prácticas y oportunas a esta realidad o la desesperación de no tener medios para alimentarse y acceso a material sanitario, pueden agravar la crisis sanitaria, si la desesperación y el pánico se apodera de la población.

De la amenaza que significa la pandemia cabe sacar oportunidades, entre otras: que aflore la cooperación internacional eficaz, la solidaridad debe manifestarse para que aquellos que más recursos tienen compartan con los más necesitados, y que los gobernantes entiendan que hay que jerarquizar y priorizar las políticas públicas, en favor de la gente pobre o habrán estallidos sociales.

La pandemia nos da también una gran lección moral, más importante que acumular riqueza y poder (material) es importante lo espiritual (familia, principios, ética, valorar el servicio)

¡En el ajedrez de la vida, la salud pública no debe perder ni ganar la partida a la realidad económica!

“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos” (John Fitzgerald Kennedy)

¡Siempre!, pero hoy más que nunca, cuando vivimos esta calamidad y nos agobia la incertidumbre, quienes profesamos una doctrina monoteísta, y en particular para nosotros los Católicos-Cristianos, creer en un Dios (Santísima Trinidad) omnipotente, tener Fe y comunicarnos con Él a través de la oración, nos da fuerza y esperanza, para superar esta crisis sanitaria y económica.

 “El mundo nos dice que busquemos el éxito, el poder y el dinero. Dios nos dice que busquemos la humildad, el servicio y el amor” (Papa Francisco)