martes, 25 de febrero de 2020

SEGREGACIÓN: ¿EPIDEMIA O PANDEMIA?

Segregación: “Separar y marginar a una persona o a un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales” –RAE (Diccionario de la lengua española)

La segregación ha existido desde siglos atrás con cierto grado de invisibilidad, debido a  una serie de factores, tales como: ausencia de información, desconocimiento, ocultamiento, incomunicación, etc. propios del relativo nivel de contacto que tenían unos pueblos con otros.

Posiblemente entre todas las formas de segregación conocidas, la segregación racial es la más lacerante y oprobiosa.

La Carta de las Naciones Unidas tiene como base, que los principios de la dignidad y la igualdad son inherentes a todos los seres humanos y que es obligación de los Estados Miembros promover y estimular el respeto universal de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, sin distinción alguna de raza, color u origen nacional.

Pero en la praxis en casi todos los países del mundo coexisten prácticas discriminatorias por motivos: raciales, culturales, políticos, religiosos, sexo, edad, condición física, empleo y ocupación, pertenencia a un grupo, migración, etc.

¿Pero que lleva a algunas personas o grupos de ellas, sean de carácter no gubernamental o de gobierno, a tener actitudes y acciones deliberadas en contra de individuos o pueblos en base a sus diferencias?

La respuesta nos obliga a remontarnos casi a los orígenes de la raza humana, pero si nos enfocamos únicamente al final del siglo XVIII con el inicio de la revolución industrial y algunos de los marcadores fundamentales surgidos en los siglos: XIX, XX y XXI (La revolución francesa, los avances tecnológicos y la información globalizada, entre otros) se podría sostener con una alta probabilidad de acertar, que de manera paralela a la que la sociedad progresa también con la aplicación del concepto liberal y republicano, se afianza en el mundo una clase burguesa y una nueva clase trabajadora, de cierta manera antagónicas.

La necesidad apremiante de mano de obra, produjo el éxodo de la población campesina a las ciudades, creando en la periferia de ellas círculos de miseria y enfermedades.

Esta realidad se trasladó a otros continentes (América, África, Asia, etc.), surgiendo el colonialismo de las grandes potencias ávidas de materias primas y mano de obra barata, a costa de pueblos carentes de medios económicos y de la capacidad bélica para evitar el vasallaje.

Las corporaciones que ostentaban el poder económico y político, poco vieron más allá del lucro, y corrompieron a políticos y gobernantes para conseguir sus fines puramente mercantilistas.

Este escenario fue cambiando con el paso del tiempo, debido entre otros hechos a las gestas libertarias que eliminaron ciertas formas de división social, pero con la aparición de la mundialización, algunas formas de segregación y discriminación, únicamente mutaron.

¡La manifestación de un prejuicio convertido en una acción es discriminación!

¿Es o no evidente que se discrimina en el mundo a las personas en el trabajo por: raza, género, edad, etc. pagando salarios diferentes pese a realizar igual tarea?

La sociedad está llena de prejuicios sobre determinadas personas, razas, o grupos humanos, sin sustento científico o algún fundamento, que terminan por segregar y producir consecuencias negativas que afectan material y emocionalmente a los individuos.

Los gobiernos o personas autócratas son más proclives a realizar o instaurar tipos de segregación y discriminación.

También el poder económico y el abuso del mismo, deriva en actos de segregación y discriminación en las personas bajo su influencia directa (empleados) e indirecta (la familia)

La actual sociedad de la información y de la comunicación está visibilizando que la segregación es una real epidemia, que si no se la combate con acciones prácticas y efectivas a nivel mundial, puede terminar en una verdadera pandemia social.

Entre los antídotos a usar contra estos flagelos, la educación tiene el mayor poder de solución.
El país que invierte mayores recursos en cantidad y calidad en el capital humano, es donde menos se producen manifestaciones de segregación y discriminación.

“Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una libertad basada en la igualdad” (Judith Butler)

“¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” (Albert Einstein)

sábado, 15 de febrero de 2020

POLARIZACIÓN: ¿PREVALECERÁN LOS DESACUERDOS?

Existe una creciente preocupación en el mundo respecto al creciente fenómeno de la polarización en una sociedad globalizada.

La polarización que consiste en: “Orientar en dos direcciones contrapuestas. (RAE)” se observa principalmente en lo económico, político, social y ambiental.

En Estados Unidos de Norteamérica, América Latina, Europa y algunos países de Asia y África, es evidente que se ha acentuado la polarización, fenómeno que ha venido encubándose desde hace algunas décadas atrás.

El descontento social de la población, en especial de la de menores recursos económicos y de inadecuado o inexistente acceso a servicios sociales, crece día a día, y los efectos se visibilizan a través de: paros, manifestaciones, huelgas y de actos, muchos de ellos, con el uso de la violencia con efectos negativos en las personas, destrucción de bienes públicos y privados y desobediencia a las Leyes.

En algunos países como: Colombia, Ecuador, Perú y Chile, según autoridades gubernamentales, se han identificado “protestas” que han derivado en acciones terroristas.

Hay vientos en contra en un mundo agitado, entre otros por las siguientes causas: La puja geopolítica entre las naciones más influyentes (EE.UU, China y Rusia), la guerra comercial (EE.UU-China) la crisis sanitaria (coronavirus: COVID-19) originada en Wuhan-China y la ralentización del crecimiento económico mundial, factores que han producido mayor incertidumbre global.

Los desacuerdos parecen ser las consignas, en particular, entre los políticos. Es increíble para el ciudadano común presenciar a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, como la clase política actúa con impudicia, arrogancia e irresponsabilidad, ante la alarmante desigualdad e inequidad que afecta a la mayoría de la población, sin hacer absolutamente nada positivo.

Crece la demanda mundial para que se construya una sociedad más justa, equitativa y solidaria.
La polarización social para muchos analistas tiene sus causas en: los altos niveles de pobreza y extrema pobreza, el crecimiento de la desigualdad de ingresos, y los efectos reales del cambio climático, entre otros.

Pero también se puede definir que la polarización es el resultado en cierta medida de causas preexistentes en las sociedades, tales como: injusticia, inequidad, irrespeto, segregación, discriminación, falsas ideologías, etc.

Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OECD los países más industrializados han pasado a una etapa postindustrial de mayor globalización, que ha tenido como efecto, mayor desigualdad económica y por consiguiente la polarización social, con especial impacto en la clase media.

El fenómeno migratorio como consecuencia básica de buscar salarios más altos y por consiguiente un mejor nivel de vida, es una de las consecuencias visibles de la cantidad de migrantes que reportan Estados Unidos de Norteamérica, Reino Unido, Canadá y Australia, con aproximadamente el 60 % del total de los flujos migratorios.

Dialogar y llegar a acuerdos mediante acciones concertadas es aún una tarea pendiente en muchos países del mundo y en particular en América Latina.

Es paradójico que Ecuador palabra que contiene 7 letras y que ubicadas en un orden diferente permite construir la palabra “A C U E R D O”, sea en la praxis concertar desde hace muchas décadas, solo una ilusión.

¿La polarización vino para quedarse?

“No hay más alianzas que las que trazan los intereses, ni las habrá jamás” (Antonio Cánovas del Castillo)