martes, 21 de noviembre de 2017

¡REELECCIÓN INDEFINIDA ES IGUAL A IMPUNIDAD INDEFINIDA!

El 7 de enero de 2017 en este blog escribí el artículo titulado ¡PROTESTA!, en el cual hice comentarios a la absurda y nefasta intervención de la mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional del Ecuador pertenecientes al movimiento del gobierno correísta y hacía entre otras puntualizaciones lo siguiente:

“… la irrisoria Resolución de 4 de diciembre de 2015 de la Asamblea Nacional del Ecuador, que mediante reformas a la Constitución de 2008, aprobó la reelección indefinida de las autoridades de elección popular, la misma que entrará en vigencia sin límite alguno a partir del 24 de mayo de 2017.

Estamos descontentos muchos ecuatorianos, por qué en la fecha antes referida, de 137 asambleístas que integran la Asamblea, solo asistieron 109 a tan importante Sesión (se requería de las dos terceras partes para la aprobación de la reforma a la Constitución, o sea de 92 votos). 

De los 109 asistentes:

·         100  votaron a favor de la mencionada reelección indefinida,

·         8 lo hicieron en contra y,

·         1 se abstuvo de emitir su voto. 

Esta nefasta Resolución contó con la venia de la mayoría oficialista, que contaba con 99 curules a la fecha aludida.

Se excluyó de las próximas elecciones presidenciales y legislativas, a los “honorables” que tengan dos períodos consecutivos y establecieron la reelección sin límites desde los comicios posteriores, programados en principio para al año 2021. 

Cabe señalar que la Constitución de 1998 dejaba abierta la opción para que los asambleístas (diputados a esa fecha) se postulen indefinidamente. 

Sin embargo la Carta Magna que fue redactada y aprobada en el 2008 por los Representantes del mismo Movimiento político, que hasta la fecha controla los poderes Ejecutivo y Legislativo, facultaba la reelección por una sola vez, consecutiva o no. 

¿El objetivo de la Carta Magna de 2008 era que exista renovación política cada ocho años, en las Funciones Ejecutiva y Legislativa? 

Entonces, ¿Cómo entender a los integrantes del Movimiento oficialista, que en él 2008 sostuvieron que debe existir alternabilidad en una democracia y que por esa razón propusieron y consiguieron, con gran mayoría legislativa eliminar la posibilidad de cualquier reelección, para que transcurridos apenas siete años, en el 2015, hayan cambiado diametralmente de criterio y de un plumazo boten a la basura la alternancia en el poder político?...”

Se dice que existe alternabilidad cuando los gobernantes de un país tienen que cambiar de manera real y periódica, dentro de un esquema legal y bajo mecanismos electorales.

Esta figura ha sido entendida como una característica esencial en democracia y propia de los sistemas republicanos.

Lamentablemente la historia mundial da cuenta entre otros aspectos que la acumulación de poder político y económico conlleva a la tentación de conseguir el poder absoluto por cualquier medio, para lo cual se vuelve esencial para los absolutistas someter y/o silenciar a todo aquel que se oponga a este objetivo.

Nace así la autocracia, dictadura, totalitarismo, etc. que son en definitiva la misma forma de opresión a un pueblo, bajo la máscara de salvadores mesiánicos que ofrecen la solución a todos los males existentes, mediante la propaganda persistente y subliminal.

Los populistas han conseguido llevar al nivel de maestrías, el engaño, el fraude y la división de clases, como medios para su fin de perpetuarse en el poder y adquirir riqueza.

Para ello necesitan que no exista alternancia en el poder, la reelección indefinida les resulta imprescindible y les permite que a través de elecciones fraudulentas mantengan el control absoluto de todos los poderes del Estado.

Con el control totalitario no tienen que dar cuenta de sus actos a nadie, acumulan riqueza mal habida y al no existir transparencia la impunidad campea para siempre.

¡Reelección indefinida es igual a impunidad indefinida!

En la próxima consulta popular convocada por el Presidente del país y, cuya calificación y responsabilidad se encuentra actualmente en manos de la Corte Constitucional, los ecuatorianos debemos votar de manera favorable por la eliminación de la reelección indefinida, para extirpar el cáncer del totalitarismo, exigir la rendición de cuentas y la acción de una justicia independiente.


“La alternancia fecunda el suelo de la democracia” (Winston Churchill)

domingo, 12 de noviembre de 2017

¿SE ESTA MANEJANDO EL PAÍS MIRANDO POR EL RETROVISOR?

Hoy en día no se puede concebir administrar un Estado sin contar con un plan económico integral que emerja de una construcción consensuada entre lo público y privado, con claros objetivos de mediano y largo plazo y que defina con precisión los medios y las estrategias para alcanzarlos.

No basta con que el ejecutivo responsable de construir y llevar a buen término el plan económico establezca las metas cuantitativas y cualitativas de crecimiento económico sostenibles, sino que es fundamental contar con el involucramiento del sector privado nacional e internacional para alcanzar los resultados esperados.

El crecimiento económico sostenible es condición necesaria, pero no suficiente. Es imperativo alcanzar conjuntamente el desarrollo integral en lo social, humano, ambiental e institucional. En consecuencia, lo que se debe perseguir es el bienestar de la sociedad en su conjunto en términos de alcanzar una buena calidad de vida, igualdad de acceso a las oportunidades y plena libertad y justicia.

El sector privado debe ser la locomotora que arrastre los vagones del crecimiento económico, mientras que al sector público le compete crear con visión, las condiciones para que la actividad productiva actúe con un horizonte presumible, definiendo en consenso el: ¿Qué?-¿Cómo? y ¿Para quién?

Para ello es condición sine qua non generar reglas de juego prácticas, claras y que perduren en el tiempo, dando previsibilidad a la acción de planeamiento empresarial y permitiendo una adecuada gestión gerencial.

¡Se necesita un Estado pequeño, moderno y profesional que controle con eficacia, responsabilidad y honestidad, las funciones previstas en el ámbito de su competencia!

Hay que propiciar y apuntalar a un sector privado pujante, innovador y emprendedor, que cumpla a cabalidad sus responsabilidades para con la sociedad, pagando sus tributos, generando empleo productivo y riqueza, a través de una relación activa y permanente con trabajadores, universidades y el poder ejecutivo.

Desterremos la polarización: Ni el Estado obeso, que quiera hacerlo todo, incluso producir bienes y servicios propios de lo privado, ni el sector empresarial sin ley y control que pretenda que su único fin es producir utilidades a cualquier costo.

Dos mecanismos mal aplicados en especial distorsionan en gran medida a nuestra economía:

·   La irracional aplicación de subsidios que benefician a los que más tienen. Urge sincerar gradualmente el precio de los combustibles (gasolina, diesel, etc.) y focalizar solo el subsidio del gas y el bono de desarrollo humano, a favor de la población técnicamente calificada en situación de pobreza, con transparencia, control y manejo profesional y bajo criterios de temporalidad, gradualidad y abatimiento.

Que estas medidas tienen costo político, indudable, pero hay que tener el coraje para adoptarlas, para transparentar la economía.

·      La carga de impuestos al sector privado tiene que guardar correspondencia con la situación de crisis por la que atraviesa la economía, eliminando aquellos que son una rémora para la expansión de la actividad productiva y la generación de empleo y dando a estos actores seguridad de su permanencia en el tiempo.

Luego de una década obscura, el Ecuador necesita reencontrarse con el sendero de la institucionalidad, avizorar un futuro esperanzador y sanar las heridas causadas por el populismo demagógico que hundió la economía, los principios y valores éticos y morales y dividió a la sociedad con las peores artes.

Necesitamos ya un verdadero cambio:

1.   Urge una nueva visión de país, realista, que se abra al mundo globalizado sin los temores sembrados por la influencia de ideologías caducas y demagógicas;
2.    Hay que erradicar los abrojos que causaron la crisis económica actual y que fue producto de acciones u omisiones de la anterior administración del país, dejando secuelas de una aberrante corrupción y un enorme perjuicio a la sociedad;
3.       Es imperativo contar con un plan económico integral de largo plazo, concertado y que busque gradualmente insertarnos en la economía mundial;
4.     Requerimos potenciar la educación de calidad como generador del cambio, visibilizando esta prioridad en el presupuesto del estado;
5.       Recuperemos la institucionalidad que ha sido desmembrada y es disfuncional en la actualidad para alcanzar fines superiores;
6.   Propiciemos una reingeniería en todos los poderes del Estado, para modernizarlos, quitar adiposidad y suprimir la maraña de requisitos y procedimientos requeridos actualmente en todo trámite, que son una rémora que impide crear condiciones de competitividad;
7.   Auspiciemos el diálogo, respetemos la diversidad y trabajemos todos en paz y armonía, sin permitir que la política sea el eje trasversal en todos los aspectos de nuestra vida; y,
8.   Convengamos que el ser humano debe ser el objetivo supremo de todo plan económico integral y, que el enemigo común a vencer debe ser la desigualdad e inequidad que subyace en nuestra sociedad.

Los problemas del presente son herencia del pasado y es incuestionable que hay que solucionarlos, sin perdón y olvido para quienes por incompetencia, negligencia y deshonestidad, llevaron al país a la peor crisis de su historia.

Cero tolerancia a la impunidad, la justicia y los organismos de control deben mucho al país por su ineficacia, indolencia y por mirar hacia un lado. El Estado tiene que recuperar de los corruptos el dinero mal habido.

¡Con visión de futuro, no cabría pretender manejar el vehículo llamado Ecuador, en lo económico, social, judicial e institucional, mirando primordialmente por el espejo retrovisor y anclados en el modelo estatista del pasado!

No produce confianza en los agentes económicos nacionales e internacionales, constatar que muchos de los artífices de la fracasada década pasada, siguen conduciendo el mentado vehículo, pese a la incompetencia demostrada.

La única moneda dura en el mundo es la confianza, perdida ella no hay quien quiera atesorar bien alguno.

Invito con sinceridad al actual mandatario, a quien el pueblo (su mandante) le eligió para representarlo, para que honre la confianza depositada en él, se libere de la disciplina partidaria, proceda con pragmatismo y piense y actúe en función de país y cambie a tiempo de rumbo, caso contrario la historia no perdona, pasará como muchos cerca o lejos de ella pero sin llegar a quedarse.

Uno de los casos paradigmáticos que recoge la historia, fue el de Felipe González Márquez,  de Secretario del Partido Socialista Obrero Español, pasó a ser presidente del gobierno de España. Hombre de arraigada formación y convicción socialista, cuando asumió la conducción de un país en crisis, dejó a un lado la receta de su partido y con visión y pragmatismo abrió España al mundo y a la modernidad con medidas de políticas públicas apartadas de la tradicional receta socialista y consiguió entre otros resultados, el saneamiento de la economía y la reconversión industrial, ubicando a España en la mira de la inversión nacional y extranjera directa y en la senda del crecimiento sostenido y el desarrollo económico y social.

“El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano” (John F. Kennedy)

      “Una sola piedra puede desmoronar un edificio” (Francisco de Quevedo y Villegas)