viernes, 28 de agosto de 2020

ECUADOR ELECCIONES 2021: ¿19 Precandidaturas, para votar o botar?

La Constitución de la República del Ecuador en el artículo 61, numeral 1 establece la facultad de los ecuatorianos en goce de sus derechos políticos a elegir y ser elegidos.

La Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas de la República del Ecuador, Código de la Democracia, determina que: “Las elecciones se realizarán cada cuatro años para elegir en el mismo día Presidenta o Presidente y Vicepresidenta o Vicepresidente de la República, miembros de la Asamblea Nacional y representantes al Parlamento Andino”

Hasta el 23 de agosto de 2019 los Partidos y Movimientos Políticos registrados en el Consejo Nacional Electoral – CNE, luego de realizar los “procesos de democracia interna” que debían llevarse a cabo conforme con el Calendario Electoral establecido, inscribieron en el CNE a 19 precandidaturas a la primera magistratura del país.

Según el CNE 13.099.150 electores están habilitados para sufragar en los comicios del próximo 7 de febrero de 2021 en Ecuador. Lo cual significa que por cada precandidatura habrá 689.428 personas con derecho a ejercer su voto

Entre los aspirantes a las diferentes dignidades a elegir se encuentran: Un ex – presidente destituido de sus funciones por “incapacidad mental”, otro que tuvo que huir del país por repudio nacional, uno más que es prófugo de la justicia, con juicios por intento de secuestro, asociación ilícita y que tiene a su haber 55 casos de corrupción.

La larga lista incluye a 32 asambleístas en funciones que son investigados por la Fiscalía General de la Nación y que buscan la reelección.

También engrosan la lista de casos suigéneris de corrupción en Ecuador: Una exvicepresidenta que cumple su condena trabajando en una entidad pública; La Prefecta de la Provincia de Pichincha sigue en funciones, acusada de rebelión y con grillete electrónico; Una asambleísta en funciones y con juicio por estafa preside la Comisión Anticorrupción, etc.

Esta trama de corrupción e impunidad contiene suficiente argumento para realizar una película de la mafia, al estilo de Al Capone, Pablo Escobar o el Chapo Guzmán, para citar pocos ejemplos.

La médula espinal de la política en Ecuador está con metástasis de corrupción, inmoralidad y cinismo.

La “novedad” es que muchos dirigentes políticos y exfuncionarios públicos, buscan evadir la acción de la justicia, formando parte de una lista de candidatos a las diferentes dignidades a elegir, consiguiendo amparo en la inmunidad electoral en primera instancia y si son electos, lograr la inmunidad que les concede la Constitución, en determinados cargos.

Algunos Partidos y Movimientos Políticos son el refugio de delincuentes y oportunistas que ofrecen cabida a deshonestos a cambio de aportes para la campaña, y favores si consiguen ser electos.

Las elecciones fijadas para el próximo año 2021 dibujan un panorama sombrío para los ecuatorianos. La desesperanza, desconfianza y la frustración, se han apoderado de los ciudadanos, que miran con apatía e indiferencia el próximo proceso electoral. Resulta ultrajante constatar el tinte hedonista que se aprecia en este sainete.

Es generalizada la opinión de la gente que considera oprobiosa y ofensiva para la democracia, que se presenten 19 precandidaturas, para competir en la contienda electoral venidera.

El derecho consignado en el artículo 61 de La Constitución Política de elegir y poder ser elegido, no debe ser patente de corso, para que cualquier individuo pueda ser candidatizado para terciar  por las dignidades de presidente y legislador, sin importar si reúnen los candidatos en la mayoría de los casos, las mínimas condiciones de: Integridad, conocimientos afines a la función, experiencia pública y privada relevante, principios y valores éticos y morales y una trayectoria de vida limpia y sujeta a las Leyes.

La mala política que se practica en Ecuador, desde hace muchas décadas, vuelve a aparecer con los vicios de antaño y nuevas formas de descaro, desvergüenza y avidez por el dinero fácil.

Con dolor y tristeza por el futuro del país, nos preguntamos los ciudadanos que estamos habilitados para ejercer nuestro derecho al sufragio el 7 de febrero de 2021, ante el dilema de escoger entre los 19 precandidatos inscritos en el CNE, ¿Iremos a las urnas a votar o a Botar?

“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto” (George C. Lichtenberg)

viernes, 14 de agosto de 2020

DEMOCRACIA: ¡Cuantos crímenes se cometen en tu nombre!

Parafraseando la célebre frase pronunciada por Madame Roland “¡Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, he creído pertinente extender esta advertencia moral a lo que acontece con la democracia en nuestros días.

Madame Rolan, una mujer francesa intelectual amante de la libertad, fue acusada de asesinar al más conspicuo y sádico Jacobino, Jean -Paul Marat, y antes de que su cabeza rodara en la guillotina (8 de noviembre de 1793) pronunció la frase antes mencionada, con lo cual contribuyó a la más cruel y sangrienta persecución de ciudadanos que opinaban diferente de Marat y Robespierre, en especial los afines a la causa de los girondinos, dando inicio a lo que la Historia define como El Reino del Terror.

Esta es una de las páginas oscuras y negativas de la Revolución Francesa.

Winston Churchill afirmaba que la Democracia “es el menos malo de los sistemas políticos”

Rechazamos con razón cualquier forma de gobierno totalitario, ya sea de Oriente como de Occidente.

La Historia da cuenta de muchos casos de gobiernos elegidos de manera democrática (un caso enigmático: Adolfo Hitler, entre otros) con el apoyo de las masas que acuden en uso de su derecho al voto a las urnas a expresar su preferencia, y que terminaron oprimiendo y engañando, no solo a sus votantes, sino al pueblo entero.

El populismo no tiene fronteras, ya no se encuentra solo en países llamados del tercer mundo (África, Asia, Oriente Medio, América Latina) sino que se presenta en Europa y Norte América e incluso en países con regímenes dictatoriales.

La llamada doctrina política, es tan solo un conjunto de ideas estructuradas por individuos oportunistas, aventureros y deshonestos, para decir y prometer lo que quieren oír las masas, generalmente la mayoría de la población de un país, que carente de educación y cultura, es presa fácil de politiqueros que apelan a la emoción, antes que a la razón.

El desencanto y la ausencia de esperanza se está apoderando de la inmensa mayoría de la población mundial, que sienten en carne propia los efectos de la desigualdad social, la falta de oportunidades de trabajo y de servicios públicos, entre otros factores.

El racismo y la intolerancia religiosa está llevando al mundo a puertas de un conflicto de incalculables consecuencias.

Para los que se consideran capitalistas y socialistas-capitalistas, la búsqueda del poder político y la acumulación de riqueza, son un fin, y los medios para tales propósitos no tienen límite alguno.

El apetito desmesurado e insolente por lucrar, ha llevado a que solo importa el presente y el futuro es solo una ilusión de ingenuos y desubicados.

La explotación de los recursos naturales con codicia y apremio, entre otros: combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural y gas licuado de petróleo) tala descontrolada de bosques, contaminación de las aguas (ríos, lagunas, mar) etc. Ha producido el calentamiento global del planeta tierra, en otras palabras, una progresiva afectación al medio ambiente.

Según la Organización benéfica Oxford Committee for Famine Relief -OXFAM, los efectos del calentamiento global se traducirá en 10 consecuencias negativas para el mundo:

1.Temperaturas más cálidas, 2. Tormentas más intensas, 3. Propagación de enfermedades, 4. Olas de calor más fuertes, 5. Derretimiento de los glaciares, 6. Huracanes más peligrosos, 7. Cambio de los ecosistemas, 8. Desaparición de especies animales, 9. Aumento del nivel del mar y 10. Alimentos más caros.

Ni la” gobernanza” de dirigentes de países democráticos importantes en el ámbito mundial, tampoco la de los que están al frente de regímenes totalitarios, ponen freno a esta irracional conducta que conduce al planeta a consecuencias funestas, si no se ponen de acuerdo y/o respetan los Acuerdos alcanzados sobre este tema en el llamado Acuerdo de Paris-COP 21, suscrito en diciembre del año 2015.

La división de poderes y el consiguiente contrapeso son letra muerta en las Constituciones Políticas, que con el avance de los años ha perdido credibilidad en muchos países que dicen ser “democracias”.

Frases como: Se ha politizado la justicia, metieron mano en la justicia, los Poderes Legislativo y Judicial están bajo el ámbito del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo no produce Leyes a favor de las mayorías, etc. etc. etc. Dan cuenta de la degradación de algunos pilares de una verdadera democracia.

La corrupción, la falta de transparencia y la no aplicación de justicia a quienes manejan los poderes políticos, económicos y gremiales, han llevado a que las elecciones sean un mero ejercicio de “derecho ciudadano”, válido únicamente como acción formal para obtener una credencial de votación cuando por Ley es obligatorio emitir el voto, sin convicción alguna, o no acudir a las urnas cuando no es obligatorio votar. En definitiva, muchos ciudadanos han llegado al punto de la desilusión, el quemeimportismo y la fatalidad.

Decía Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados”

Urge un nuevo orden mundial, hay que repensar y descubrir un nuevo mundo.

Existe mucho avance tecnológico disponible, pero escasa creatividad, compromiso y visión de futuro de una sociedad universal.

En resumen la democracia tal como la practicamos, es una forma de gobierno que no solo es la menos mala en relación a otras existentes, sino que cada vez se vuelve más mala, por causa de la ausencia de verdaderos líderes en el mundo, y de la complicidad de los ciudadanos que eligen irresponsablemente con su voto, a candidatos mediocres e inescrupulosos, que solo hablan y prometen milagros, pero carecen de probidad y capacidad para que sus propuestas se evidencien en hechos y realicen los cambios estructurales que generen justicia social, progreso y bienestar para los pueblos.

“El compromiso es un acto, no una palabra” (Jean-Paul Sartre)