viernes, 14 de agosto de 2020

DEMOCRACIA: ¡Cuantos crímenes se cometen en tu nombre!

Parafraseando la célebre frase pronunciada por Madame Roland “¡Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, he creído pertinente extender esta advertencia moral a lo que acontece con la democracia en nuestros días.

Madame Rolan, una mujer francesa intelectual amante de la libertad, fue acusada de asesinar al más conspicuo y sádico Jacobino, Jean -Paul Marat, y antes de que su cabeza rodara en la guillotina (8 de noviembre de 1793) pronunció la frase antes mencionada, con lo cual contribuyó a la más cruel y sangrienta persecución de ciudadanos que opinaban diferente de Marat y Robespierre, en especial los afines a la causa de los girondinos, dando inicio a lo que la Historia define como El Reino del Terror.

Esta es una de las páginas oscuras y negativas de la Revolución Francesa.

Winston Churchill afirmaba que la Democracia “es el menos malo de los sistemas políticos”

Rechazamos con razón cualquier forma de gobierno totalitario, ya sea de Oriente como de Occidente.

La Historia da cuenta de muchos casos de gobiernos elegidos de manera democrática (un caso enigmático: Adolfo Hitler, entre otros) con el apoyo de las masas que acuden en uso de su derecho al voto a las urnas a expresar su preferencia, y que terminaron oprimiendo y engañando, no solo a sus votantes, sino al pueblo entero.

El populismo no tiene fronteras, ya no se encuentra solo en países llamados del tercer mundo (África, Asia, Oriente Medio, América Latina) sino que se presenta en Europa y Norte América e incluso en países con regímenes dictatoriales.

La llamada doctrina política, es tan solo un conjunto de ideas estructuradas por individuos oportunistas, aventureros y deshonestos, para decir y prometer lo que quieren oír las masas, generalmente la mayoría de la población de un país, que carente de educación y cultura, es presa fácil de politiqueros que apelan a la emoción, antes que a la razón.

El desencanto y la ausencia de esperanza se está apoderando de la inmensa mayoría de la población mundial, que sienten en carne propia los efectos de la desigualdad social, la falta de oportunidades de trabajo y de servicios públicos, entre otros factores.

El racismo y la intolerancia religiosa está llevando al mundo a puertas de un conflicto de incalculables consecuencias.

Para los que se consideran capitalistas y socialistas-capitalistas, la búsqueda del poder político y la acumulación de riqueza, son un fin, y los medios para tales propósitos no tienen límite alguno.

El apetito desmesurado e insolente por lucrar, ha llevado a que solo importa el presente y el futuro es solo una ilusión de ingenuos y desubicados.

La explotación de los recursos naturales con codicia y apremio, entre otros: combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural y gas licuado de petróleo) tala descontrolada de bosques, contaminación de las aguas (ríos, lagunas, mar) etc. Ha producido el calentamiento global del planeta tierra, en otras palabras, una progresiva afectación al medio ambiente.

Según la Organización benéfica Oxford Committee for Famine Relief -OXFAM, los efectos del calentamiento global se traducirá en 10 consecuencias negativas para el mundo:

1.Temperaturas más cálidas, 2. Tormentas más intensas, 3. Propagación de enfermedades, 4. Olas de calor más fuertes, 5. Derretimiento de los glaciares, 6. Huracanes más peligrosos, 7. Cambio de los ecosistemas, 8. Desaparición de especies animales, 9. Aumento del nivel del mar y 10. Alimentos más caros.

Ni la” gobernanza” de dirigentes de países democráticos importantes en el ámbito mundial, tampoco la de los que están al frente de regímenes totalitarios, ponen freno a esta irracional conducta que conduce al planeta a consecuencias funestas, si no se ponen de acuerdo y/o respetan los Acuerdos alcanzados sobre este tema en el llamado Acuerdo de Paris-COP 21, suscrito en diciembre del año 2015.

La división de poderes y el consiguiente contrapeso son letra muerta en las Constituciones Políticas, que con el avance de los años ha perdido credibilidad en muchos países que dicen ser “democracias”.

Frases como: Se ha politizado la justicia, metieron mano en la justicia, los Poderes Legislativo y Judicial están bajo el ámbito del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo no produce Leyes a favor de las mayorías, etc. etc. etc. Dan cuenta de la degradación de algunos pilares de una verdadera democracia.

La corrupción, la falta de transparencia y la no aplicación de justicia a quienes manejan los poderes políticos, económicos y gremiales, han llevado a que las elecciones sean un mero ejercicio de “derecho ciudadano”, válido únicamente como acción formal para obtener una credencial de votación cuando por Ley es obligatorio emitir el voto, sin convicción alguna, o no acudir a las urnas cuando no es obligatorio votar. En definitiva, muchos ciudadanos han llegado al punto de la desilusión, el quemeimportismo y la fatalidad.

Decía Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados”

Urge un nuevo orden mundial, hay que repensar y descubrir un nuevo mundo.

Existe mucho avance tecnológico disponible, pero escasa creatividad, compromiso y visión de futuro de una sociedad universal.

En resumen la democracia tal como la practicamos, es una forma de gobierno que no solo es la menos mala en relación a otras existentes, sino que cada vez se vuelve más mala, por causa de la ausencia de verdaderos líderes en el mundo, y de la complicidad de los ciudadanos que eligen irresponsablemente con su voto, a candidatos mediocres e inescrupulosos, que solo hablan y prometen milagros, pero carecen de probidad y capacidad para que sus propuestas se evidencien en hechos y realicen los cambios estructurales que generen justicia social, progreso y bienestar para los pueblos.

“El compromiso es un acto, no una palabra” (Jean-Paul Sartre)

No hay comentarios:

Publicar un comentario