viernes, 28 de junio de 2019

ECUADOR: SECTOR EXTERNO DE LA ECONOMÍA


Una definición somera sobre el sector externo de una economía diría que, abarca el conjunto de transacciones que un país determinado realiza con el resto del mundo.

Tomemos como concepto lo que entiende el Banco Central del Ecuador como el sector externo de la economía (página web, https://www.bce.fin.ec) “Este sector sintetiza las transacciones que una economía realiza con el resto del mundo. Las estadísticas del sector externo se refieren básicamente a las relacionadas con la balanza de pagos, en donde se puede encontrar el intercambio de compra y venta con el exterior de bienes y servicios (importaciones y exportaciones), la renta pagada y recibida al y del resto del mundo, las transferencias recibidas y enviadas, las inversiones que extranjeros realizan en el país o las que realizadas por ,ecuatorianos en el exterior, los préstamos recibidos y otorgados, el movimiento de deuda externa pública y privada, etc.”

Para este análisis vamos a enfocarnos en resaltar algunos datos registrados en la “Información Estadística Mensual No. 2007-Mayo 2019”. Estadísticas del Sector Externo- Banco Central del Ecuador-BCE. De este Boletín extraeremos información relativa a: 1) Comercio Exterior 2) Balanza de Pagos y 3) Deuda Externa.

1. Comercio Exterior:

Las ventas (exportaciones) y las compras (importaciones) de bienes con los cuales Ecuador tiene relaciones de intercambio con el resto del mundo, se registran en la balanza comercial.
Básicamente Ecuador exporta bienes tradicionales (banano y plátano, café y elaborados, camarón, cacao y elaborados y, atún y pescado) petróleo (crudo) y productos no tradicionales.


Fuente: Banco Central del Ecuador-IEM 2007

Del gráfico elaborado con los datos estadísticos registrados en el Boletín antes referido, años 2014 a 2018, se puede apreciar que las exportaciones FOB en un período de cinco años, decrece en 4.118,3 millones de dólares, lo cual representa una disminución en valor de las ventas al exterior del 16% (hay que considerar que existe un efecto precio del petróleo que afecta al menor valor de las exportaciones. El precio del barril exportado pasó de USD 84.32 promedio para el año 2014, a menos de la mitad hasta el año 2017 y crece aproximadamente para el año 2018 a USD 77,00 de promedio anual.

Sin embargo debe preocuparnos constatar que los productos tradicionales que representaban el 24.4% del valor del total de las exportaciones en el año 2014, para el año 2018 significaron el 35,2% relación porcentual que puede llevar al engaño, en razón de que como se explicó anteriormente, hubo un decrecimiento del valor total de las ventas al exterior (afectadas especialmente por un menor precio del barril de petróleo exportado) del 16%

Las exportaciones de productos no tradicionales pasaron de USD 6.173,0 millones del año 2014 a USD 5.209,5 millones para el año 2018, o sea, decrecen en USD 963,5 millones (15.6%) y lo que produce mayor inquietud es que para el año 2018 apenas representan el  24.1% del valor total exportado, lo que refleja la ausencia de políticas públicas exitosas que modifiquen la estructura de la oferta exportable ecuatoriana, la que depende desde hace décadas, en gran medida, del petróleo exportado y de bienes tradicionales primarios (commodities) que no incorporan mayor valor agregado nacional.

Pero lo que lleva a reflexionar sobre el futuro de las exportaciones y en consecuencia de la generación de divisas necesarias para financiar las importaciones, en especial de materias primas y bienes de capital y finalmente de la sobrevivencia de la dolarización, es el alarmante saldo negativo de la balanza comercial no petrolera, la misma que pasó de USD - 7.640,2 millones del año 2014 a USD – 1.722,0 millones para 2016, volviendo a crecer significativamente el saldo negativo para el año 2018 con un resultante de USD – 4.958,5 millones.

El valor total de las importaciones entre los años 2014 y 2018, registra una disminución del 16.4%, porcentaje similar al decrecimiento de las exportaciones entre los años señalados. Sin embargo llama la atención que en términos relativos es mayor el impacto (disminución) en bienes de capital (-22,2%) y materias primas (-7,3%) antes que en bienes de consumo (-3,3%)

2. Balanza de Pagos (Analítica):

Es de conocimiento general que la balanza de pagos es un registro en un tiempo determinado, usualmente en un año, de las transacciones contables (flujos de recursos reales: bienes y servicios y flujos de recursos financieros: movimientos de capitales) es decir contiene el total de egresos realizados al exterior y total de ingresos recibidos del extranjero, entre un país determinado con el resto del mundo.

Entre los elementos que componen la balanza de pagos, es de mayor relevancia analizar el comportamiento de la cuenta corriente (exportaciones e importaciones de bienes y servicios) y de la cuenta de capitales (transferencias de capitales, compra-venta de oro y divisas, básicamente)

El déficit o superávit global de la balanza de pagos determina que las reservas internacionales del Ecuador han disminuido o aumentado en un valor igual al déficit o superávit registrado. (Ver siguiente gráfico)


Fuente: Banco Central del Ecuador-IEM 2007


3. Deuda Externa:

En esta cuenta se registran contablemente: los desembolsos, amortizaciones e intereses de la deuda contraída con el exterior por empresas privadas y el gobierno.

Deuda Externa Privada:

La deuda externa privada del país, registrada entre los años 2014 y 2019 (mes de abril) indica según el gráfico siguiente, un apreciable incremento de USD 2.413,1 millones que en términos relativos significa un incremento del 26.7%, en aproximadamente 5 años.

Esta información se refiere a la deuda externa privada de corto y largo plazo, registrada en el Banco Central del Ecuador-BCE (Regulación No. 104-2006 del Directorio del BCE)

                                                                Fuente: Banco Central del Ecuador-IEM 2007
                                                                            (Año 2019=Abril)


Deuda Externa Pública:

La deuda externa pública del país, registrada entre los años 2014 y 2019 (mes de marzo) representa de acuerdo al gráfico siguiente, un crecimiento en valores absolutos de USD 19.431,3 millones, cifra más que alarmante, que en términos relativos significa un incremento del 111.3%, en aproximadamente 5 años.

Esta información se refiere a la deuda externa privada de corto y largo plazo, registrada en el Banco Central del Ecuador-BCE (Regulación No. 104-2006 del Directorio del BCE)


                                                        Fuente: Banco Central del Ecuador-IEM 2007
                                                                     (Año 2019=Marzo)

De la información estadística analizada sobre el sector externo de la economía ecuatoriana, particularmente: Balanza Comercial, Balanza de Pagos (cuenta corriente y de capital) y Deuda externa (privada y pública) se puede colegir que, ¡La economía ecuatoriana prácticamente se sostiene en base al endeudamiento externo!

“La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar” (Albert Einstein)

viernes, 14 de junio de 2019

POBREZA Y EXTREMA POBREZA

Es un principio de aceptación casi general que para que se puedan aplicar políticas públicas efectivas en materia de justicia y bienestar social, que combatan la inequidad y la desigualdad, es imprescindible pero no suficiente que una economía mantenga una tasa de crecimiento económico sostenible en el tiempo, por encima del 5% anual.

Esta premisa debe aplicarse con mayor rigurosidad a países donde la brecha es enorme, entre aquellos que tienen acceso a servicios públicos básicos: educación, salud, vivienda, seguridad, etc. adecuados (países desarrollados) frente a otros países donde estos servicios son incipientes, de mala calidad y no abarcan a toda la población (países de menor desarrollo relativo y emergentes)

La radiografía común en estos últimos países deja ver: ausencia de verdaderas democracias, carencia de políticas públicas concertadas y de largo plazo, débil institucionalidad, inseguridad jurídica, alarmantes índices de pobreza y extrema pobreza, crecimiento económico negativo o incipiente, corrupción, inseguridad, etc. todo lo cual se refleja en índices alarmantes de desigualdad e inequidad en la población.

¡En este escenario, lamentablemente la política ha constituido el problema y no la solución!

Los altos indicadores de desempleo y subempleo dan cuenta de la ausencia de políticas públicas adecuadas o de la ausencia de ellas.

Hay una preocupación casi general en la mayor parte de los países de menor desarrollo relativo y países emergentes, por cuidar los empleos productivos existentes, pero poco se hace por eliminar los empleos improductivos (cuotas políticas) que se manifiestan en Estados obesos, donde el clientelismo carcome los exiguos recursos públicos y se produce un enorme déficit fiscal.

La incapacidad de generar empleos productivos es alarmante en contraste con la cantidad de ciudadanos jóvenes que se encuentran en edad de trabajar, y que año tras año engrosan las estadísticas de individuos con títulos técnicos y profesionales (de tercer y cuarto nivel) que están en la desocupación y también se aprecia que aumentan los guarismos de subempleados, que realizan trabajos mal remunerados que en muchos casos los ubican en la línea de pobreza o extrema pobreza.

La responsabilidad de esta triste realidad la comparten los gobiernos de turno y los gremios empresariales y de trabajadores, por más todos se rasguen las vestiduras. Cada cual tira a su molino y es incapaz de actuar en función del país.

Desde hace muchos años atrás, estamos cercanos (por la tecnología e información) a países donde las cosas se hacen técnicamente y bien, y en los cuales los políticos, gremios de empresarios, de trabajadores y la academia reman en la misma dirección. El resultado evidente es progreso y bienestar social.

Pero en particular, si nos referimos de América Latina, la consigna parecería ser: “todos contra todos”, no existe el “ganar-ganar”.

Cifras publicadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe-CEPAL (Enero 2019) dan cuenta de datos preocupantes relativos a la pobreza y extrema pobreza en la región:

*En el año 2017 cerca de 184 millones de personas, o sea el 30,2% de la población vivía en condiciones de pobreza.
*En el año 2017 aproximadamente 62 millones de personas, esto es el 10,2% estaba en situación de pobreza extrema. Este porcentaje es el más alto desde el año 2008.
*Aspecto positivo es según la CEPAL, que existe menos desigualdad en la región a partir del año 2000.
Pero es llamativo y debe ser materia de análisis y reflexión de los políticos y de la población en general los datos que se presentan a continuación (Fuente: CEPAL-Año 2017):

*Una media de la población ocupada (aproximadamente el 40%) recibe ingresos menores al salario mínimo vital de sus respectivos países. Las mujeres son más discriminadas y representan el 48.7%. En los jóvenes hombres (15 a 24 años) la participación relativa sube al 55.9%, mientras que en las mujeres crece al 60.3%
*Los hombres representaron el 74.4% del mercado laboral frente al 50.2% de las mujeres.
*Más del 50% de ellas trabajan en actividades de baja productividad y lo cual es aberrante, el 80% de ellas no están respaldadas por un sistema de seguridad social (pensiones)

Según la CEPAL: “el vínculo entre la evolución de la economía (sintetizada en el PIB) y los ingresos que efectivamente llegan a los hogares, está condicionado por diversos factores estructurales e institucionales que resultan ser determinantes fundamentales paras las posibilidades de mejorar el bienestar y reducir la pobreza en los países.”

En Ecuador según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) derivadas de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, de junio del año 2017, se obtienen los siguientes datos:

-La pobreza por ingresos a nivel nacional fue del 23,1%  a junio del año 2017, lo cual significó un 0,6% menos que la registrada en junio del año 2016. (No se aclara si incidió o no el crecimiento de la población en ese año)
-La pobreza extrema por ingresos a nivel nacional fue del 8.4% a junio del año 2017, mientras que a junio del año 2016 fue del 8.6%, con una reducción en el período analizado del 0,2% (No se aclara si incidió o no el crecimiento de la población en ese año)

Nota: Cabe mencionar que el INEC para la medición de la pobreza compara el ingreso per cápita del hogar con la línea de pobreza y pobreza extrema (a junio del año 2017 los ingresos base para estos indicadores fueron: US$ 85,58 para línea de pobreza y UD$ 48,23 para la línea de extrema pobreza.
Los hogares que tuvieron ingresos per cápita menores a los valores antes indicados se registran como pobres y pobres extremos, respectivamente.

-La desigualdad de ingresos per cápita familiar medida a través del coeficiente de Gini (es un indicador que se encuentra entre cero (0) igualdad perfecta y uno (1) que indica ausencia de igualdad) a junio del año 2017 a nivel nacional fue de 0,462 mientras que a junio del año 2016 fue de 0,465

Los países de América Latina que constituyen el enfoque de este artículo, deben construir políticas públicas consensuadas y sostenibles en el largo plazo, a fin de implementar medidas económicas efectivas que contribuyan a una distribución y redistribución de los ingresos más equitativa, y que consigan reducir significativamente la desigualdad existente en nuestros países.

¿Cómo se pueden conseguir estos objetivos?

1. Con pragmatismo;
2. Insertándose en la globalización;
3. Concertación (horizonte 20-30 años) entre: Gobierno, empresarios y trabajadores;
4. Implantando medidas económicas estructurales;
5. Convirtiendo a la educación en el motor de la economía;
6. Con democracia e institucionalidad;
7. Con justicia social;
8. Con seguridad jurídica; y,
9. Con un real contrapeso en los poderes del Estado.

“Que nadie se haga ilusiones que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad” (Papa Juan Pablo II)