martes, 15 de diciembre de 2020

EE. UU.: ¿TRUMP EN CAMPAÑA PRE-ELECTORAL PARA EL 2024?

Las elecciones realizadas el 3 de noviembre de 2020 en Estados Unidos de Norte América, para elegir presidente y vicepresidente y otras dignidades, dio como resultado el triunfo del binomio demócrata Biden-Harris.

Lo que viene después, de acuerdo con las normas electorales de este país, es un curioso proceso de varias instancias burocráticas, que culminarán con la posesión de las personas electas antes mencionadas, el 20 de enero del año 2021.

Hasta aquí históricamente nada debería producir mayor revuelo, que justifique la atención de los ciudadanos estadounidenses y del resto del mundo.

¿A qué se debe entonces el caos creado por el presidente en funciones Donald Trump?

Entre otras acciones: cuestionó el proceso electoral al afirmar antes de los escrutinios que habría fraude, posteriormente desconoce la voluntad electoral de los ciudadanos, alegando que hubo fraude, fustiga a la mayoría de los medios de comunicación acusándoles de parciales a Biden, presenta demandas a jueces federales y a la Corte Suprema de Justicia, para que se anulen votos en algunos Estados en los cuales perdió y, en definitiva, con su proceder ha intentado socavar la institucionalidad de los Estados Unidos.

En parte, la razón radica en qué con anterioridad a esta elección, nunca ningún presidente de este gran país agrupó en su haber, tantas características negativas como las que adornan al señor Donald Trump.

Estamos según fuentes de opinión serias de USA, frente a un individuo: ególatra, arrogante, inmaduro, irresponsable, empresario inescrupuloso, populista, y para quién el fin justifica los medios.

La historia lo juzgará como el presidente que, con sus protervos intereses personales, logró dividir y polarizar a los estadounidenses, más allá de la histórica pugna entre demócratas y republicanos, en dos nuevos bandos: uno que demuestra racismo, xenofobia, falso nacionalismo e irrespeto a las leyes, y en la otra orilla, aquellos que son tolerantes, quieren vivir en paz, buscando oportunidades a través del estudio, el trabajo y que respeta la democracia y la institucionalidad.

Soy de los que tienen una lectura particular a la situación actual por la que atraviesa los Estados Unidos y, considero que la trama de Trump es calculada y tiene claros objetivos, fundamentalmente para:

1.Prepararse políticamente para las elecciones presidenciales del año 2024; y,

2.Enviar un mensaje a todos sus acreedores.

Punto uno:

Para entender lo supuesto en el numeral primero, considero que sus asesores políticos (populistas) le trazaron un plan de mediano plazo, que a sabiendas que había una alta probabilidad de que perdería las elecciones de 3 de noviembre 2020, por lo cual desde meses atrás se halla inmerso en una campaña preelectoral, con mira al 2024, que le ha rendido hasta la presente fecha muy buenos resultados, al obtener un apreciable apoyo de sus votantes.

Trump ha logrado cosechar un respaldo electoral superior a los 70 millones de votos, cifra importante si se considera que es un outsider del partido republicano (no es afiliado republicano)

Ha situado al partido republicano tradicional en una difícil situación post electoral, ya que éste no tiene figuras afiliadas que puedan hacer un papel importante en los comicios del 2024.

Trump podría liderar una corriente ultraconservadora dentro del partido republicano para los comicios dentro de cuatro años o, buscar presentarse a las próximas elecciones fuera del partido republicano, con expectativas ciertas.

Punto dos:

Se conoce por información de distintos medios de comunicación especializados, que la situación financiera de Trump no es buena y que podría ir camino a la quiebra.

Hay serias presunciones de que las declaraciones de impuestos realizadas por Trump son maquilladas y, que en consecuencia tendría serias dificultades con el SRI de su país, después del 20 de enero del año 2021.

Antes de la fecha en que asumiera la Presidencia de USA, Trump tenía múltiples demandas encausadas por varios acreedores por deudas impagas y que se estima se reiniciarían en el próximo año.

Algunas de estas consideraciones justificarían el comportamiento de Donald Trump ex ante y ex post al 3 de febrero de 2020.

Sus mayores objetivos son: acumular poder y acrecentar riqueza, para lo cual le resulta vital mantenerse en campaña preelectoral permanente, razones que lo convertirán en el principal opositor del gobierno de Biden y, de otra parte, mandar un aviso a sus acreedores que probablemente estaría de regreso a la Casa Blanca en el año 2024 y que, de verse afectado, tomaría represalias, dados los antecedentes y su personalidad.

La historia nos dirá si acertamos quienes pensamos en este escenario, o por el contrario que no pasó de ser una simple especulación.

“La política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez” (Winston Churchill) 

domingo, 22 de noviembre de 2020

ECUADOR: ¡DESAFECTADOS DE SERVICIOS PÚBLICOS DE CALIDAD!

Vivimos en un mundo globalizado en el cual todo o casi todo está interrelacionado, el siglo XXI nos sitúa en un contexto donde la aparición de nuevas tecnologías de la comunicación y la información crean un circuito económico, financiero, social y cultural, interconectado, y que refleja efectos directos e indirectos en la sociedad mundial, producto de causas locales, nacionales y regionales.

Para todos es conocido que la pandemia del SARS-CoV-2 o de manera común conocido como COVID-19, tiene una implicación mundial negativa en la economía mundial, superior a la que produjo la Gran Depresión de 1929, y con efectos mayores que la crisis financiera del año 2009.

Pero no solo se trata de los efectos económicos negativos con enormes pérdidas de ingresos a familias y países, está de por medio la casi paralización de los flujos de personas y bienes a nivel mundial, el enorme impacto en los sistemas de salud pública y la capacidad de respuesta de sus servicios, la afectación a la educación en todos sus niveles y en especial, el impacto negativo en la salud física y mental de mucha población mundial, por estrés producto del confinamiento y de la adopción de medidas sanitarias de auto protección y de distanciamiento social.

Según la RAE, servicio en una de sus acepciones es: “Función o prestación desempeñadas por organizaciones de servicio y su personal”

Bajo este panorama los servicios públicos juegan un papel preponderante para que funcione una sociedad, pero cuando son suministrados con requisitos de calidad, y:

1.Transparencia en la información y divulgación de los sistemas y programas;

2. Participación de la comunidad;

3. Innovación y simplicidad;

4. Sanciones administrativas ejemplares; y,

5. Evaluación y retroalimentación permanente.

En muchos países se han tenido que adoptar muchos mecanismos tecnológicos para que funcionen diversas actividades públicas y privadas, tales como: teletrabajo, implementación de sistemas informáticos que eviten la tramitología presencial para acceder a servicios públicos, reducción de trámites que vuelvan más simple y eficiente el cumplimiento de obligaciones vía telemática con temas, entre otros, para: pago de impuestos, obligaciones crediticias, aportaciones a la seguridad social, obtención de claves para el acceso por vía virtual, etc.

Pero en el caso particular de Ecuador, es lamentable constatar la ausencia de gestión en gran parte de los responsables de administrar diferentes servicios públicos básicos: agua, energía eléctrica, telefonía, internet, seguridad social, banca pública, ministerios, municipios, prefecturas, juntas parroquiales, entre otras.

Causa indignación que, en plena pandemia sanitaria los ciudadanos tengan que acudir de manera presencial a realizar trámites formando grandes colas, madrugando a las 3 o 4 de la mañana para pagar obligaciones (mientras las entidades responsables se quejan de baja recaudación) o para obtener una clave caducada o cuya contraseña fue olvidada y todo tipo de trámites que podrían hacerlo de manera fácil y sin correr riesgos innecesarios, por internet.

Se trata de la incapacidad de funcionarios públicos, negligencia, quemeimportismo y en algunos casos de corrupción, en contubernio con tramitadores que pululan en las cercanías de las oficinas públicas, para prestar “servicios” que son de la competencia de los servidores públicos.

¡Es para el registro de Ripley!

Los servicios públicos deben y tiene que ser: eficaces, oportunos y transparentes.

Malos servicios menoscaban, perjudican e influyen de forma negativa en las actividades de la ciudadanía.

Acaso no saben que tienen que accionar auditorias al sistema operativo o si no lo tienen, implementar un control a la gestión operacional.

La mediocridad y la ineficiencia son los común denominadores,

¡Pero todo cambia para que nada cambie!

El descaro llega al punto de que muchos de estos funcionarios de los mal llamados “poderes del Estado” buscan ser reelegidos ya sea por el voto popular o para ser reasignados a diferentes funciones públicas.

¡Basta ya de tanto atropello a los ciudadanos que, ante la impotencia, en la actual pandemia sanitaria arriesgan sus vidas y las de otras personas, para cumplir lo que determinan leyes y reglamentos!

¿Quién le pone el cascabel al gato?

“Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos” (Peter Drucker)

“A los elefantes les cuesta mucho adaptarse, las cucarachas sobreviven a todo” (Peter Drucker)


sábado, 24 de octubre de 2020

ECUADOR ELECCIONES 2021: ¿VOLVEREMOS A VOTAR DE MANERA INGENUA E IRRESPONSABLE?

En el mundo hay discrepancias respecto a las formas de gobierno existentes y sus principales características.

Los regímenes políticos que se describen a continuación son los que de manera general tienen mayor consenso entre los politólogos:

·       Régimen democrático;

·       Régimen monárquico;

·       Régimen parlamentario;

·       Régimen totalitario o no democrático;

·       Régimen dictatorial; y,

·       Régimen populista.

La República del Ecuador nace como Estado, el 13 de mayo de 1830 y desde esa fecha hemos experimentado regímenes: democráticos, totalitarios, dictatoriales y populistas, para culminar desde hace unas décadas atrás con gobiernos de tinte populista, hasta el presente. 

¿Qué nos ha llevado a los ecuatorianos a llegar a este estadio, en el cual aparentemente estamos bajo un “Régimen Democrático” pero lo que subyace es un populismo autócrata, disfrazado constitucionalmente en una República con cinco poderes, y que, en la sombra, ¿cuatro de ellos están solapadamente bajo el control del poder ejecutivo? 

¿Alguien con mediana educación y sentido común, puede entender cómo en un pequeño país, con un área territorial de 283.560 kilómetros cuadrados, dividido políticamente en 24 provincias y con una población de aproximadamente 17.3 millones de habitantes, se hayan inscrito 19 precandidaturas para las elecciones presidenciales de 7 de febrero de 2021 y hasta la presente fecha el Consejo Nacional Electoral - CNE ha calificado a 12 de ellas para terciar en la próxima justa electoral? 

En Ecuador el oficio político es subsidiado por el Estado y, de forma aparente es el incentivo para la creación de partidos y movimientos políticos: Existen 24 partidos políticos y 259 movimientos políticos registrados a nivel nacional por el CNE. 

Esta dispersión absurda y contraproducente de partidos y movimientos políticos solo trae caos, clientelismo, caciquismo y corrupción. Es el caldo de cultivo para el nacimiento y vida del populismo. 

La Ley de la oferta y demanda tiene una aplicación práctica en la politiquería ecuatoriana. 

Constituir un partido o movimiento político en Ecuador es más fácil que crear una empresa, se requiere poco capital y algunos amigos y/o parientes con contactos (“influencer político”) y el retorno económico es muy rentable y libre en la mayoría de los casos de rendición de cuentas (impunidad) 

En teoría los votantes tienen las siguientes opciones frente a un proceso eleccionario:

1.Votar por uno de los candidatos

2.Votar en blanco

3.Anular el voto

4.Abstenerse de votar 

Diremos con responsabilidad y positivismo, que solo cabe la primera opción. 

Ha sido casi una constante para los ecuatorianos desde hace mucho tiempo atrás, vernos en un dilema de enormes proporciones en los procesos electorales, cuando se trata de votar para elegir presidente, vicepresidente y diputados (hoy asambleístas) 

Nos ha tocado discernir a la hora de votar en un proceso electoral por el menos malo de los candidatos, pero hemos terminado por que se elija en muchos casos al más malo de ellos.

Muchos ecuatorianos se ven en la actualidad en la disyuntiva al analizar las listas de precandidatos inscritos y la de los ya calificados para la dignidad de presidente y vicepresidente, y se preguntan: ¿cuál de las listas es la menos mala para por ella consignar mi voto? 

Más allá de aspectos de simpatía de los candidatos o de la empatía que puedan lograr ellos con los votantes, al analizar con pragmatismo temas relevantes como: conocimientos, experiencia, plan de gobierno presentado, equipo humano seleccionado, capacidad de concertación, entre otros, hasta ahora todos los binomios dejan en los asuntos mencionados mucho que desear. 

Los aspirantes a dirigir el destino del país por el período 2021-2024, tienen el deber y la oportunidad de demostrar con hechos que sus propuestas de campaña son viables, prioritarias, financiables y que irían en beneficio de la mayoría de la población, en particular de la gente más vulnerable y, no palabrería que busca apelar al sentimentalismo de los votantes, con pura demagogia. 

Esperemos con optimismo que estas y otras dudas se despejen con el tiempo. 

Caso contrario volveremos al pasado, se votará por el menos malo y ojalá no terminemos con el más malo.

 “Cuando un Político dice que acabará con la pobreza, se refiera a la Suya” (Pablo Coelho) 

martes, 29 de septiembre de 2020

ECUADOR: ¡IDEOLOGIZADO EL CÓDIGO ORGÁNICO DE SALUD!

El Proyecto de Ley denominado CÓDIGO ORGÁNICO DE SALUD (COS) que fuera aprobado en días pasados por la Asamblea Nacional del Ecuador, es otro de los mamotretos abortado por los asambleístas cargados de ideología y, que luego de ocho años de “discusiones” pretendieron que el Ejecutivo lo apruebe y se convierta en Ley.

Se trata de un proyecto hecho al peso: antitécnico, incongruente, confuso y contradictorio, que de manera solapada pretendía en una maraña de 405 artículos, atentar contra el derecho a la vida que asiste a todo ser humano.

El ejecutivo dice haberse asesorado entre otros profesionales, por especialistas médicos y legales y que encontraron más de 400 observaciones de fondo y de forma en el mencionado proyecto.

Con estos antecedentes el Gobierno vetó totalmente el referido proyecto de salud, el 25 de septiembre del año en curso, con lo cual solo podrá ser tratado nuevamente en la Asamblea Nacional, luego de que transcurran 12 meses.

Entre la cantidad de artículos del referido proyecto vetado, hay temas de mucha importancia e impacto en la sociedad ecuatoriana, como el derecho a la vida desde la concepción.

Por lo menos cinco puntos fundamentales no deben ni pueden ser manoseados. La mayoría de los ecuatorianos nos oponemos con firmeza y entereza a:

1.Reproducción humana asistida;

2.Maternidad subrogada;

3.Emergencia obstétrica;

4.Aborto; y,

5.Incautar la educación sexual de nuestros hijos.

Sobre estos asuntos no cabe más fundamentación ni explicaciones, por la sencilla razón de que demasiada agua ha corrido debajo del puente, basta la sana razón y el buen juicio, elementos que tenemos la inmensa mayoría de los ciudadanos.

Copiar experimentos y novelerías que se dan en otras latitudes, no nos hace más vanguardistas, inteligentes e innovadores.

Los ecuatorianos debemos defender nuestras raíces culturales, creencias y comportamientos sociales, data de hace muchas décadas y proviene de familias funcionales.

El artículo 66 de la Constitución Política vigente de Ecuador, reconoce y garantiza a las personas el derecho a la inviolabilidad de la vida, y el artículo 45 de la referida norma, establece que el Estado reconocerá y garantizará la vida, incluido el cuidado y protección desde la concepción, dicho en pocas palabras.

La Declaración de los Derechos Humanos y el Pacto de San José, entre otros instrumentos internacionales, son claros y explícitos sobre el derecho de los ciudadanos a la vida desde la concepción.

Asambleístas sin calidad moral y que solo se han destacado por estar inmersos en actos de corrupción, tales como: Enriquecimiento ilícito a costa del dinero público, cobro de diezmos, cuotas políticas, etc.  entre otros delitos, han caído en otro acto de inmoralidad bajo el paraguas de la ideología, al apoyar a grupos que, cobijados con la bandera de género, los usan como mercenarios para que conviertan en Ley, actos protervos y de tinte mercantilista.

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana se ha pronunciado con derecho y claridad en contra de los artículos que atentan los derechos humanos de los ecuatorianos, y que constan en el cuerpo del mal llamado Código Orgánico de Salud, y expresa que el mismo:” contradice o desconoce la cultura, costumbres y principios de nuestro pueblo que ama la vida y la defiende siempre”

Por fin el Ejecutivo actuó acertadamente al vetar un cantinflesco proyecto que, de salud, tiene solo el nombre, es pura ideología barata.

A los “asambleístas” se les quedó en el tintero tantos temas actuales y de suma trascendencia como: La epidemiología (por ejemplo casos de salud pública, el COVID 19) la importancia de reconocer y respetar la práctica médica profesional, la defensa y protección de la salud de la población vulnerable, entre otros aspectos, lo cual no es de extrañar.

“Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro” (Albert Einstein) 

viernes, 28 de agosto de 2020

ECUADOR ELECCIONES 2021: ¿19 Precandidaturas, para votar o botar?

La Constitución de la República del Ecuador en el artículo 61, numeral 1 establece la facultad de los ecuatorianos en goce de sus derechos políticos a elegir y ser elegidos.

La Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas de la República del Ecuador, Código de la Democracia, determina que: “Las elecciones se realizarán cada cuatro años para elegir en el mismo día Presidenta o Presidente y Vicepresidenta o Vicepresidente de la República, miembros de la Asamblea Nacional y representantes al Parlamento Andino”

Hasta el 23 de agosto de 2019 los Partidos y Movimientos Políticos registrados en el Consejo Nacional Electoral – CNE, luego de realizar los “procesos de democracia interna” que debían llevarse a cabo conforme con el Calendario Electoral establecido, inscribieron en el CNE a 19 precandidaturas a la primera magistratura del país.

Según el CNE 13.099.150 electores están habilitados para sufragar en los comicios del próximo 7 de febrero de 2021 en Ecuador. Lo cual significa que por cada precandidatura habrá 689.428 personas con derecho a ejercer su voto

Entre los aspirantes a las diferentes dignidades a elegir se encuentran: Un ex – presidente destituido de sus funciones por “incapacidad mental”, otro que tuvo que huir del país por repudio nacional, uno más que es prófugo de la justicia, con juicios por intento de secuestro, asociación ilícita y que tiene a su haber 55 casos de corrupción.

La larga lista incluye a 32 asambleístas en funciones que son investigados por la Fiscalía General de la Nación y que buscan la reelección.

También engrosan la lista de casos suigéneris de corrupción en Ecuador: Una exvicepresidenta que cumple su condena trabajando en una entidad pública; La Prefecta de la Provincia de Pichincha sigue en funciones, acusada de rebelión y con grillete electrónico; Una asambleísta en funciones y con juicio por estafa preside la Comisión Anticorrupción, etc.

Esta trama de corrupción e impunidad contiene suficiente argumento para realizar una película de la mafia, al estilo de Al Capone, Pablo Escobar o el Chapo Guzmán, para citar pocos ejemplos.

La médula espinal de la política en Ecuador está con metástasis de corrupción, inmoralidad y cinismo.

La “novedad” es que muchos dirigentes políticos y exfuncionarios públicos, buscan evadir la acción de la justicia, formando parte de una lista de candidatos a las diferentes dignidades a elegir, consiguiendo amparo en la inmunidad electoral en primera instancia y si son electos, lograr la inmunidad que les concede la Constitución, en determinados cargos.

Algunos Partidos y Movimientos Políticos son el refugio de delincuentes y oportunistas que ofrecen cabida a deshonestos a cambio de aportes para la campaña, y favores si consiguen ser electos.

Las elecciones fijadas para el próximo año 2021 dibujan un panorama sombrío para los ecuatorianos. La desesperanza, desconfianza y la frustración, se han apoderado de los ciudadanos, que miran con apatía e indiferencia el próximo proceso electoral. Resulta ultrajante constatar el tinte hedonista que se aprecia en este sainete.

Es generalizada la opinión de la gente que considera oprobiosa y ofensiva para la democracia, que se presenten 19 precandidaturas, para competir en la contienda electoral venidera.

El derecho consignado en el artículo 61 de La Constitución Política de elegir y poder ser elegido, no debe ser patente de corso, para que cualquier individuo pueda ser candidatizado para terciar  por las dignidades de presidente y legislador, sin importar si reúnen los candidatos en la mayoría de los casos, las mínimas condiciones de: Integridad, conocimientos afines a la función, experiencia pública y privada relevante, principios y valores éticos y morales y una trayectoria de vida limpia y sujeta a las Leyes.

La mala política que se practica en Ecuador, desde hace muchas décadas, vuelve a aparecer con los vicios de antaño y nuevas formas de descaro, desvergüenza y avidez por el dinero fácil.

Con dolor y tristeza por el futuro del país, nos preguntamos los ciudadanos que estamos habilitados para ejercer nuestro derecho al sufragio el 7 de febrero de 2021, ante el dilema de escoger entre los 19 precandidatos inscritos en el CNE, ¿Iremos a las urnas a votar o a Botar?

“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto” (George C. Lichtenberg)

viernes, 14 de agosto de 2020

DEMOCRACIA: ¡Cuantos crímenes se cometen en tu nombre!

Parafraseando la célebre frase pronunciada por Madame Roland “¡Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, he creído pertinente extender esta advertencia moral a lo que acontece con la democracia en nuestros días.

Madame Rolan, una mujer francesa intelectual amante de la libertad, fue acusada de asesinar al más conspicuo y sádico Jacobino, Jean -Paul Marat, y antes de que su cabeza rodara en la guillotina (8 de noviembre de 1793) pronunció la frase antes mencionada, con lo cual contribuyó a la más cruel y sangrienta persecución de ciudadanos que opinaban diferente de Marat y Robespierre, en especial los afines a la causa de los girondinos, dando inicio a lo que la Historia define como El Reino del Terror.

Esta es una de las páginas oscuras y negativas de la Revolución Francesa.

Winston Churchill afirmaba que la Democracia “es el menos malo de los sistemas políticos”

Rechazamos con razón cualquier forma de gobierno totalitario, ya sea de Oriente como de Occidente.

La Historia da cuenta de muchos casos de gobiernos elegidos de manera democrática (un caso enigmático: Adolfo Hitler, entre otros) con el apoyo de las masas que acuden en uso de su derecho al voto a las urnas a expresar su preferencia, y que terminaron oprimiendo y engañando, no solo a sus votantes, sino al pueblo entero.

El populismo no tiene fronteras, ya no se encuentra solo en países llamados del tercer mundo (África, Asia, Oriente Medio, América Latina) sino que se presenta en Europa y Norte América e incluso en países con regímenes dictatoriales.

La llamada doctrina política, es tan solo un conjunto de ideas estructuradas por individuos oportunistas, aventureros y deshonestos, para decir y prometer lo que quieren oír las masas, generalmente la mayoría de la población de un país, que carente de educación y cultura, es presa fácil de politiqueros que apelan a la emoción, antes que a la razón.

El desencanto y la ausencia de esperanza se está apoderando de la inmensa mayoría de la población mundial, que sienten en carne propia los efectos de la desigualdad social, la falta de oportunidades de trabajo y de servicios públicos, entre otros factores.

El racismo y la intolerancia religiosa está llevando al mundo a puertas de un conflicto de incalculables consecuencias.

Para los que se consideran capitalistas y socialistas-capitalistas, la búsqueda del poder político y la acumulación de riqueza, son un fin, y los medios para tales propósitos no tienen límite alguno.

El apetito desmesurado e insolente por lucrar, ha llevado a que solo importa el presente y el futuro es solo una ilusión de ingenuos y desubicados.

La explotación de los recursos naturales con codicia y apremio, entre otros: combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural y gas licuado de petróleo) tala descontrolada de bosques, contaminación de las aguas (ríos, lagunas, mar) etc. Ha producido el calentamiento global del planeta tierra, en otras palabras, una progresiva afectación al medio ambiente.

Según la Organización benéfica Oxford Committee for Famine Relief -OXFAM, los efectos del calentamiento global se traducirá en 10 consecuencias negativas para el mundo:

1.Temperaturas más cálidas, 2. Tormentas más intensas, 3. Propagación de enfermedades, 4. Olas de calor más fuertes, 5. Derretimiento de los glaciares, 6. Huracanes más peligrosos, 7. Cambio de los ecosistemas, 8. Desaparición de especies animales, 9. Aumento del nivel del mar y 10. Alimentos más caros.

Ni la” gobernanza” de dirigentes de países democráticos importantes en el ámbito mundial, tampoco la de los que están al frente de regímenes totalitarios, ponen freno a esta irracional conducta que conduce al planeta a consecuencias funestas, si no se ponen de acuerdo y/o respetan los Acuerdos alcanzados sobre este tema en el llamado Acuerdo de Paris-COP 21, suscrito en diciembre del año 2015.

La división de poderes y el consiguiente contrapeso son letra muerta en las Constituciones Políticas, que con el avance de los años ha perdido credibilidad en muchos países que dicen ser “democracias”.

Frases como: Se ha politizado la justicia, metieron mano en la justicia, los Poderes Legislativo y Judicial están bajo el ámbito del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo no produce Leyes a favor de las mayorías, etc. etc. etc. Dan cuenta de la degradación de algunos pilares de una verdadera democracia.

La corrupción, la falta de transparencia y la no aplicación de justicia a quienes manejan los poderes políticos, económicos y gremiales, han llevado a que las elecciones sean un mero ejercicio de “derecho ciudadano”, válido únicamente como acción formal para obtener una credencial de votación cuando por Ley es obligatorio emitir el voto, sin convicción alguna, o no acudir a las urnas cuando no es obligatorio votar. En definitiva, muchos ciudadanos han llegado al punto de la desilusión, el quemeimportismo y la fatalidad.

Decía Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados”

Urge un nuevo orden mundial, hay que repensar y descubrir un nuevo mundo.

Existe mucho avance tecnológico disponible, pero escasa creatividad, compromiso y visión de futuro de una sociedad universal.

En resumen la democracia tal como la practicamos, es una forma de gobierno que no solo es la menos mala en relación a otras existentes, sino que cada vez se vuelve más mala, por causa de la ausencia de verdaderos líderes en el mundo, y de la complicidad de los ciudadanos que eligen irresponsablemente con su voto, a candidatos mediocres e inescrupulosos, que solo hablan y prometen milagros, pero carecen de probidad y capacidad para que sus propuestas se evidencien en hechos y realicen los cambios estructurales que generen justicia social, progreso y bienestar para los pueblos.

“El compromiso es un acto, no una palabra” (Jean-Paul Sartre)

viernes, 24 de julio de 2020

ABUSO DE PODER, CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

Se dice que la democracia, aunque imperfecta, es la mejor forma de gobierno. Esta palabra y su definición consta en la mayoría de las Constituciones Políticas de los países del mundo.

Pero también hay países en los cuales existen regímenes dictatoriales y otros en los que aún perduran monarquías.

Sea cual sea la forma de gobierno, es evidente que en la gran mayoría de ellos el abuso de poder, la corrupción y la impunidad son una constante que crece día a día.

En la sociedad humana desde eternas memorias se han ido degradando los principios éticos y los valores morales.

Los avances de la ciencia y los inventos, es evidente que han producido progreso en diferentes aspectos materiales y una mejor calidad de vida para la población, pero de forma paralela la búsqueda desenfrenada por el poder y la riqueza, han degradado los valores de las sociedades.

Muchas personas que aún creemos en la democracia como forma de organización social, y que en teoría representa el gobierno del pueblo para el pueblo, estamos desencantados en la praxis, porque esta forma de gobierno se ha convertido en un telón que oculta entre bastidores, las verdaderas y ocultas intenciones de quienes acceden al poder.

De manera estructural o formal, se entiende que en una democracia debe existir equilibrio entre los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial y que compete en síntesis a cada uno de ellos básicamente, la gobernanza, expedición de leyes e impartir justicia, respectivamente.

Sin embargo, vemos como cada vez el poder ejecutivo en las mal llamadas democracias busca por todos los medios, capturar parte de las funciones de los otros poderes, bajo la dirección de caudillos autócratas, deshonestos y populistas.

Una verdadera democracia no solo tiene que ser formal, cuantitativa en sus roles, sino más que nada cualitativa, en la que los deberes y derechos de los ciudadanos, no sean conculcados y que la libertad, igualdad y dignidad sean una práctica común y no meros conceptos.

También en cualquier sociedad debe poder ejercitarse para todos los ciudadanos, entre otros, los siguientes principios democráticos: Justicia social, tolerancia, honestidad, pluralismo, solidaridad, etc.

En la actualidad la soberanía popular no se ve reflejada en la mayoría de los países, y se ha reducido a la simple acción ciudadana de participar en los sufragios, en procesos electorales amañados por los sempiternos políticos, que se han apoderado del destino de los pueblos con argucias, artimañas y falsas promesas.

La meritocracia ha sido sustituida por la cleptocracia, se ha llegado al límite en que se negocia con la salud humana (medicinas, turnos para atención hospitalaria, servicios exequiales, etc.)

A través de una legislación tramposa introducida en las Constituciones Políticas, se han asegurado el control total del ámbito político, con la exclusividad de que solo los partidos y movimientos políticos tienen la facultad de presentar candidatos para las diferentes elecciones de carácter popular, y que para ello los ciudadanos tienen la obligación de afiliarse a los mismos.

Esta normativa se ha vuelto intocable, por los intereses de los grupos de poder económico que, en contubernio con caciques regionales y oportunistas deshonestos, han convertido a este tema de su exclusiva propiedad.

¿Acaso ante la pandemia de abuso de poder, corrupción e impunidad, que es patente de los politiqueros, no se debe y puede sustituir esta ignominia constitucional, para inaugurar una nueva democracia en la que vuelva a existir integridad, transparencia y justicia social en nuestros países?

Es imprescindible romper el nudo gordiano creado por oportunistas que buscan a través de la política servirse antes que servir.

Si no cambiamos las reglas de juego a través de una nueva Constituyente, en la que el verdadero poder popular esté representado, y se eliminen las parcelas de poder creadas por ‘’Ley ‘’ por los actuales partidos y movimientos políticos, los corruptos se llevarán nuestros países sobre ruedas.

Vemos con frustración y rabia que la justicia es sorda, ciega y muda y la impunidad campea.

Mientras los corruptos públicos y privados se roban el poco dinero de las arcas públicas, los países se endeudan más, aumenta la pobreza y extrema pobreza, la delincuencia y la criminalidad se expande y la desigualdad es una afrenta social.

¿Qué nos pasa que no reaccionamos y actuamos como corderos en rebaño?

¿Es esta la clase de sociedad que dejaremos en herencia a hijos, nietos y biznietos?

¡Basta ya, el virus está en los políticos y se ha convertido en pandemia, la solución es vacunarse enviándoles al ostracismo (RAE:” Apartamiento de cualquier responsabilidad o función política o social”)!

 “La política es un asunto demasiado serio como para confiárselo a los políticos” (Charles De Gaulle)

 “La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria” (Voltaire)

sábado, 27 de junio de 2020

ÉTICA Y MORAL: ¿OBSOLETAS?

Considero que es ilustrativo cuando se busca precisión en el significado de las palabras, acudir a la Real Academia Española –RAE y su Diccionario.

Así, la RAE define en una de sus acepciones a la ética como: “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de las personas en cualquier ámbito de la vida”, en otras palabras es un aspecto de la filosofía que se refiere al bien y sus valores.

También la RAE define a la moral en una de sus acepciones como: “Doctrina del obrar humano que pretende regular el comportamiento individual y colectivo en relación con el bien y el mal y los deberes que implican” y al adjetivo obsoleto como: “Anticuado o inadecuado a las circunstancias, modas o necesidades actuales”

En Ecuador y lamentablemente en otros países del mundo, vemos que los principios y valores humanos han ido mutando negativamente, con un deterioro constante y progresivo.

El principio de legalidad, por el cual todos los ciudadanos y todos los poderes estamos sometidos a las leyes y al derecho, es letra muerta.

En algunos países las ciudades y el campo se están convirtiendo en tierra de nadie, donde impera el caciquismo y el poder político y económico.

La Ley es un dibujo creado por quienes controlan el capital político y la riqueza.

Con estos dos componentes, unos pocos privilegiados usan y abusan de su poder para elegir entre otros a: gobernantes, congresistas, jueces, responsables de “organismos de control”, mientras que el “resto” de la sociedad mira impávidamente como se roban los recursos públicos, en un evidente contubernio entre funcionarios públicos y operadores privados.

La honradez ya no es sinónimo de una virtud o cualidad que distingue a una persona, en el nuevo diccionario de los delincuentes de cuello blanco, es sinónimo de bobería, estupidez e ingenuidad.

La delincuencia organizada ha copado el ámbito urbano y rural, las instituciones públicas y empresas privadas, y en una danza frenética y sin ningún recato, muchos bribones se han repartido el pastel de los bienes públicos.

Estos sinvergüenzas llegan al poder, y sus secuaces son puestos en cargos claves por ellos, para cometer actos ilegales en provecho propio e incurren en inmoralidades, que han salido a la luz más que por acción de los Organismos de Control o de la Justicia, por investigaciones de algunos medios de comunicación privados.

Sorprende y causa indignación, conocer la cantidad y variedad de latrocinios que salen en cascada a conocimiento público, y además tener la convicción que lo que presenciamos es tan solo la punta del iceberg de la corrupción.

En plena crisis de salud pública que azota a toda la humanidad, en el caso particular de Ecuador, a través de medios impresos, noticieros televisivos y por las redes sociales, nos enteramos de múltiples actos de corrupción, entre otros: Negociados en los hospitales públicos (Pruebas para el COVID-19, mascarillas, guantes, uniformes de protección, fundas para cadáveres, entre otros) funerarias privadas que facturan por exequias de fallecidos por el COVID- 19 no realizadas o de fallecidos en otras provincias, operadores privados que importan vehículos de alta gama con carnés de discapacidad falsos o vendidos en USD 1.800 cada uno, etc. etc. etc.

Para nada les importa a estos desalmados, que Ecuador hasta la fecha reporta 53.156 personas infectadas con el COVID-19 y que entre personas fallecidas por el virus y muertes “sospechosas” se registre 7.308 casos.

Los casos de altas autoridades que han sido juzgadas por corrupción, en diferentes delitos alcanza a: Presidentes y Vicepresidentes, Legisladores, Jueces, Contralores, Fiscales, Presidente de “Poder de Participación Ciudadana”, Ministros de Estado y un sin número de funcionarios de nivel alto y medio en la administración pública. Mayor aún son los casos en investigación en la Fiscalía o que no tienen atención por los organismos responsables.

El sector privado no se escapa de esta suerte de hechos en casos juzgados y en otros denunciados, de ser parte del contubernio en muchos casos de corrupción.

La pandemia del coronavirus COVID-19 a más de sus efectos perniciosos en la salud pública, han desnudado la paradoja que produce la inequidad producto de la ausencia de políticas públicas: racionales, coherentes, justas y necesarias para el bien común y la libertad con paz.

Así, “Los que tienen dinero no tienen forma de gastarlo, los que no tienen dinero no tienen forma de ganarlo” (Javier Mena Libreros)

La podredumbre humana es lacerante en nuestra sociedad, si a esta realidad sumamos el desempleo y subempleo que crece día a día, estamos a puertas de un desborde social.

Tanto el Ejecutivo como el Legislativo son incapaces de crear e implementar políticas públicas que ataquen la creciente vulnerabilidad y marginalidad en que vive la mayoría de la población urbana y rural.

Estamos a escasos meses para las elecciones de 7 de febrero de 2021, en las que se elegirá: Presidente y Vicepresidente de la República, representantes a la Asamblea Nacional y al Parlamento Andino.

Los ecuatorianos si no recapacitamos a tiempo, tropezaremos una vez más con la misma piedra, eligiendo a politiqueros de oficio o a oportunistas y demagogos que surgen del poder político y/o del poder económico.

¿Cuándo seremos responsables y entregaremos nuestro voto a candidatos probos, con transparente trayectoria pública y privada, y que busquen justicia social, dialogar y arribar a consensos?

En definitiva elegir a personas con aptitudes de estadista (que planifique y trabaje para varias generaciones) en lugar de llevar al poder a individuos que apenas pueden gobernar, es un desafío.

La actual crisis de valores éticos y morales en la que se sumerge el país, es responsabilidad de todos, viene sucediendo desde la pérdida del rol que deben desempeñar: las familias (Padres, Hijos, hermanos, nietos) las escuelas, colegios y universidades.

Se está formando profesionales con virtudes intelectuales, más no personas con valores humanos y con virtudes morales vinculadas al bien.

El materialismo se ha convertido en el sueño de muchas personas en detrimento de la espiritualidad, importa más las cosas que las virtudes.

El ídolo que adoran muchos individuos es el dinero. La “nueva sociedad” se está formando con gente desesperada por lo material, por lo que no tienen, son personas que no conocen la felicidad, la paz y el tener la conciencia tranquila.

Tenemos un grave problema con la corrupción y es nuestro deber solucionarlo.

¿Cómo?

Involucrándonos en la solución, la situación exige una intervención urgente de todos, hagamos uso de nuestros derechos constitucionales, el mejor para el corto plazo, es dar un destino correcto al poder del voto en las urnas, eligiendo a gente honesta, de principios, que haya demostrado que sirve a los demás y que no vienen para servirse del poder.

En el mediano y largo plazo, retomemos la función vital de la familia, que es educar a los hijos para que sean buenos seres humanos: honestos, solidarios, humildes, agradecidos y justos, principalmente.

Compete primordialmente a las instituciones de educación (Primaria, secundaria y universitaria) reforzar en sus alumnos las virtudes de la sabiduría, la prudencia y la técnica.

¡No podemos aceptar que la ética y la moral en nuestro país, sean algo obsoleto!

“Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo” (Albert Camus)

“Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral” (José Ortega y Gasset)

miércoles, 10 de junio de 2020

ECUADOR: POLITICORRUPCIÓN


El Diccionario de la Lengua Española define a la Política en una de sus acepciones como: “Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”, mientras que a la Corrupción la define como: “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”

Para nadie es desconocido que a través de los años en el Ecuador, la corrupción ha echado raíces en todos los estamentos de la sociedad, y que, se propaga con tal rapidez y virulencia, que ha entrado a la categoría de una pandemia.

La perniciosa relación pública-privada en el manejo de la cosa pública, tiene una variedad de matices que no deja de asombrar hasta a los más incrédulos, las artimañas utilizadas para robar los dineros públicos es burda en unos casos y creativa en otros.

Pero: ¿Cuál es el verdadero origen de este mal?

No es otro que la “Política” convertida en doctrina, que expresada por un grupo de personas (partido político) carentes de principios éticos y morales, han acuñado el término ideología (estudio de las ideas-siglos XVIII y XIX) para como élite, apropiarse del poder y a través de este medio, el fin ulterior, que no es otro que enriquecerse indebidamente con los recursos públicos.

La política en nuestro país, como en el mundo entero es: Egoísmo, astucia, hipocresía, falsedad, engaño, enriquecimiento fácil, entre otros aspectos.

Pero la metamorfosis de la política en los últimos tiempos ha producido bandas de delincuencia organizada, filibusteros que a la usanza de los piratas de antaño, saquean las arcas del Estado, y buscan llegar al poder para ir al abordaje del Presupuesto del Estado.

El territorio físico del país se ha dividido para estas mafias por: Provincias, Cantones y Parroquias y en otros casos por: Gobernación, Municipios y Consejos Provinciales, desde donde, especialmente a través de la obra pública, utilizan varios mecanismos para robar el dinero del pueblo, mediante diferentes modalidades, entre otras: Sobrevaloración de obras, coimas, robo de bienes, lavado de dinero, tráfico de influencias, todo ello en contubernio con operadores privados.

Esta lacra sucede todos los años, meses y semanas, no termina nunca, sin importar la situación económica y social del país, y últimamente, en plena pandemia sanitaria producto del COVID-19, sobre los cadáveres de miles de fallecidos y el dolor de sus familiares.

Hemos comprobado una vez más la pura verdad de la ausencia de liderazgo en los Poderes del Estado, la mediocridad campea y causa angustia oír y leer lo que expresan diferentes funcionarios públicos sobre sus funciones y la responsabilidad de sus cargos.

La ignorancia en los gestores de muchas instituciones públicas abruma, y muchos de ellos consideran que al delegar funciones quedan eximidos de responsabilidad alguna. En la Constitución del Ecuador y en otras Leyes, están claramente establecidas que facultades que se pueden delegar y en particular, en las compras públicas, la delegación no excluye las responsabilidades del delegante.

¿Pero que hacemos los ciudadanos de bien, personas honradas y de principios éticos y morales, para frenar este mal?

La indolencia y el quemeimportismo nos sitúa en calidad de “cómplices” de estos miserables, que cobijados en una pseudo organización política, llegan al poder mediante el engaño y financiados por empresarios que lucran a expensas del pueblo que vive en condiciones de pobreza y extrema pobreza.

Nuestro voto expresado en las urnas sin conciencia y responsabilidad, permite que sean electos verdaderos sátrapas, ávidos de poder y riqueza y que con engaños y demagogia confunden a un pueblo en su mayoría sano, pero sin mayor educación y cultura.

Usemos las redes sociales y las calles para sacar del poder a políticos corruptos que se han enquistado en varias instituciones públicas, amparados en los derechos que nos otorga la Constitución Política vigente, así como a sus secuaces, e impidamos por los mismos medios que accedan al poder gente descalificada ética y moralmente, algunos escudados en amañados concursos de meritocracia.

Hay entre otros, tres males de la política que con el voto responsable debemos desterrar: La corrupción, la ineptitud y la autocracia.

Pero existe un foco de infección al que los ecuatorianos no le hemos dado la debida atención, el Consejo Nacional Electoral-CNE.

La Contraloría General del Estado emitió en agosto de 2019, el resultado de un examen a los sistemas informáticos e infraestructura tecnológica, además ha hecho observaciones al Registro Electoral y a la trasmisión y publicación de resultados que no cuentan con controles de validación, señalando que esta situación no garantiza la integridad, confiabilidad y disponibilidad de la información.

¿Se están dando el seguimiento necesario a estas graves falencias del CNE por parte de las autoridades competentes?

¿Existe el peligro de que entre gallos y medianoche se produzca un fraude electoral en los próximos comicios a celebrarse el 7 de febrero de 2021 (primera vuelta) y de ser el caso, el 11 de abril (segunda vuelta)?

Los ecuatorianos debemos estar alertas al proceso eleccionario próximo, más aún con las tristes experiencias del pasado.

¿Hay que acuñar una nueva palabra para identificar a esta nueva clase de politiqueros, mafiosos y miembros de bandas de delincuencia organizada?

Propongo llamarla: ¡Politicorrupción!

¡El País se juega su futuro en las próximas elecciones!

“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil” (Abraham Lincoln)

sábado, 16 de mayo de 2020

PANDEMIAS: ¡SANITARIAS Y SOCIALES!


En la historia de la humanidad se han registrado múltiples pandemias sanitarias, producto de los virus que han afectado a la salud de los seres humanos (peste bubónica, viruela, cólera, fiebre amarilla, “gripe española”, VIH, COVID-19, entre otras)

La actual pandemia del COVID-19, sin que hasta la presente fecha se presente como la más mortal, posiblemente ha causado los efectos más perniciosos en todo el mundo, por el pánico a enfermarse, los muertos y los graves impactos en lo económico y social.

¿Por qué?

La globalización ha permitido que el vertiginoso avance de la tecnología producida en las últimas cinco décadas, entre otros aspectos, en el transporte, la comunicación y la información, acerque a los habitantes de los países de todo el mundo, por vía aérea, terrestre y marítima en unas pocas horas. La movilidad de las personas por motivos de negocios y turismo es vital para las economías de los países en todos los continentes.

Pero sin menospreciar el efecto negativo que está produciendo el COVID-19 a nivel mundial en lo económico, político y social, debe ser también motivo de enorme preocupación, el nocivo impacto que tienen las otras pandemias que llevan mucho tiempo carcomiendo a la sociedad mundial.

LA POLÍTICA: Las doctrinas políticas que han surgido en el mundo, como normas para el manejo de la cosa pública, han devenido en medios practicados por caudillos, autócratas, élites, principalmente, para fines de captura del poder y acumular riqueza.

Los aportes de los filósofos griegos: Platón, Sócrates y Aristóteles, para que en una sociedad deba existir: justicia, moral, bien (en la teoría de los valores, es positivo) etc. han caído en saco roto en el mundo actual.

Las “seudodoctrinas” seguidas por los políticos desde hace mucho tiempo atrás, y que deberían ser mejor definidas como politiquerías (“Hacer política de intrigas y bajezas”-definición de la Real Academia Española de la Lengua - RAE) constituyen una real y funesta pandemia, que se evidencia día a día.

La ausencia de liderazgo en la gran mayoría de países del mundo y en particular en las grandes potencias, puede traer consecuencias nefastas para la supervivencia del planeta (guerra mundial: nuclear-biológica, cambio climático por acciones de los seres humanos,  sobre explotación de recursos naturales, entre otros)

También la asociación ilícita entre el poder político con el poder económico, conlleva a que se acentúe cada vez más la desigualdad, entre pocos que acumulan la mayor riqueza y muchos que tienen la mayor pobreza.

Aquí radica la fuente de la corrupción en el mundo y, es más evidente en los países emergentes y de menor desarrollo relativo.

LA DESIGUALDAD: Según la Oxfam International, 2.153 millonarios del  mundo poseen más riqueza que 4.600 millones de personas (60% de la población mundial)

También destaca que en América Latina y el Caribe el 20% de la población tiene el 83% de la riqueza. Para el año 2019 en la región 66 millones de personas, o sea el 10.7% de la población vivía en extrema pobreza.

¿Qué hacen los gobiernos para reducir esta lacra de la sociedad?

¡Nada o casi nada!

La indolencia y la indiferencia de gobernantes mediocres, populistas y corruptos, acaban con la esperanza de los pueblos, los que con carencia de una buena educación y quemeimportismo, fallan una y otra vez, votando en las urnas por malos candidatos, y seducidos por promesas irreales, mañosas, revanchistas de politiqueros de oficio.

Es la masa (Gran conjunto de gente que por su número puede influir en la marcha de los acontecimientos –RAE) la razón por la cual a la mayoría de los políticos, no les interesa impulsar la educación de sus pueblos. Este aserto se refleja en la poca asignación de recursos que en los presupuestos del Estado, se destinan para la educación.

CORRUPCION: La generalidad de los países en el mundo tiene sistemas tributarios que en una u otra medida permitirían que los gobiernos de turno, aseguren con la adecuada planificación y transparencia, la provisión de servicios sociales, obras de infraestructura y generación de empleo privado, a través  de políticas públicas concertadas, sostenibles y de largo plazo.

Pero la realidad nos muestra que en pocos países en el mundo, existe un adecuado uso de los recursos públicos y por ende existen buenos servicios sociales e infraestructura, que permita a sus ciudadanos tener una buena calidad de vida.  Un ejemplo son: Canadá, Suecia, Dinamarca, Noruega, Suiza, Finlandia, Australia, Holanda, Nueva Zelandia, Alemania, principalmente.

¿Cuál es la causa principal, que impide que en la gran mayoría de países del mundo no exista un adecuado estándar de vida para la población?
¡La corrupción!
Las mafias organizadas entre funcionarios públicos y empresarios privados, para robar los dineros públicos, a través de: la obra pública, la evasión tributaria, el lavado de dinero, entre otros aspectos, es el cáncer de la corrupción que ha producido metástasis en la sociedad de muchos países.

Incluso, estando inmerso el mundo en plena pandemia del COVID-19, se van descubriendo casos de corrupción, sin que importe el dolor humano, la crisis económica por la que atraviesan: personas, empresas y las arcas fiscales, los corruptos están activos, como siempre.

CAMBIO CLIMÁTICO: El mundo enfrenta el mayor desafío de su historia a consecuencia del cambio climático, al respecto, la Organización de las Naciones Unidas-ONU, en su último informe de 2019, señala que existen tres factores que están afectando principalmente al clima mundial, y que según los científicos expertos en el tema son:

1.”La concentración de GEI en la atmósfera terrestre está directamente relacionada con la temperatura media mundial de la tierra; (*)
2. Esta concentración ha ido aumentando progresivamente desde la Revolución Industrial, y con ella, la temperatura del planeta;
3.   El GEI más abundante, alrededor de dos tercios de todos los tipos de GEI, es el dióxido de carbono (CO2) que resulta de la quema de combustibles fósiles.”
(*) GEI= gas de efecto invernadero.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1992 reunió a 197 países para lograr un acuerdo sobre el tema.

Fue el Acuerdo de París realizado en 2015, el que involucró a todas las naciones del mundo, el hecho que marcó un hito para tomar decisiones efectivas, para contrarrestar los efectos negativos registrados del cambio climático en el mundo, comprometiéndose los países a mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2 grados centígrados.

Expertos a nivel mundial en el tema, sostienen que el techo del aumento de la temperatura mundial debería estar por debajo del 1.5 grados centígrados.

Sin embargo algunos países (grandes productores de petróleo) como: EE.UU., Rusia, Arabia Saudí y Kuwait, han ignorado el compromiso adquirido y continúan contaminando el planeta con la provisión de combustibles fósiles, y son renuentes a reducir la meta de la temperatura mundial de 2 a 1.5 grados centígrados.

Los políticos por razones obvias contradicen las investigaciones científicas y sus recomendaciones sobre este serio problema que afecta a todo el planeta tierra, y en particular a las personas, animales y plantas.

¿Acaso estas pandemias sociales tienen la misma visibilidad en los medios de comunicación públicos y privados, y en particular en las redes sociales, que el COVID-19, los espectáculos: políticos, deportivos, artísticos, musicales, farándula, certámenes de belleza, etc.?

¿No debería concienciarse a la población mundial sobre los efectos catastróficos que dejamos en herencia a nuestros hijos, nietos, bisnietos y demás seres?

¿Qué nos pasa como sociedad consumista depredadora?

¿En qué estamos aplicando la inteligencia los seres humanos?

“Me gusta más la crítica aguda de un hombre inteligente que la aprobación irreflexiva de las masas” (Johannes Kepler)