El Proyecto de Ley denominado CÓDIGO ORGÁNICO DE SALUD (COS)
que fuera aprobado en días pasados por la Asamblea Nacional del Ecuador, es
otro de los mamotretos abortado por los asambleístas cargados de ideología y,
que luego de ocho años de “discusiones” pretendieron que el Ejecutivo lo
apruebe y se convierta en Ley.
Se trata de un proyecto hecho al peso: antitécnico,
incongruente, confuso y contradictorio, que de manera solapada pretendía en una
maraña de 405 artículos, atentar contra el derecho a la vida que asiste a todo
ser humano.
El ejecutivo dice haberse asesorado entre otros profesionales,
por especialistas médicos y legales y que encontraron más de 400 observaciones
de fondo y de forma en el mencionado proyecto.
Con estos antecedentes el Gobierno vetó totalmente el
referido proyecto de salud, el 25 de septiembre del año en curso, con lo cual solo
podrá ser tratado nuevamente en la Asamblea Nacional, luego de que transcurran
12 meses.
Entre la cantidad de artículos del referido proyecto vetado,
hay temas de mucha importancia e impacto en la sociedad ecuatoriana, como el
derecho a la vida desde la concepción.
Por lo menos cinco puntos fundamentales no deben ni pueden
ser manoseados. La mayoría de los ecuatorianos nos oponemos con firmeza y entereza
a:
1.Reproducción humana asistida;
2.Maternidad subrogada;
3.Emergencia obstétrica;
4.Aborto; y,
5.Incautar la educación sexual de nuestros hijos.
Sobre estos asuntos no cabe más fundamentación ni
explicaciones, por la sencilla razón de que demasiada agua ha corrido debajo
del puente, basta la sana razón y el buen juicio, elementos que tenemos la
inmensa mayoría de los ciudadanos.
Copiar experimentos y novelerías que se dan en otras latitudes,
no nos hace más vanguardistas, inteligentes e innovadores.
Los ecuatorianos debemos defender nuestras raíces culturales,
creencias y comportamientos sociales, data de hace muchas décadas y proviene de
familias funcionales.
El artículo 66 de la Constitución Política vigente de
Ecuador, reconoce y garantiza a las personas el derecho a la inviolabilidad de
la vida, y el artículo 45 de la referida norma, establece que el Estado
reconocerá y garantizará la vida, incluido el cuidado y protección desde la
concepción, dicho en pocas palabras.
La Declaración de los Derechos Humanos y el Pacto de San
José, entre otros instrumentos internacionales, son claros y explícitos sobre el
derecho de los ciudadanos a la vida desde la concepción.
Asambleístas sin calidad moral y que solo se han destacado
por estar inmersos en actos de corrupción, tales como: Enriquecimiento ilícito a
costa del dinero público, cobro de diezmos, cuotas políticas, etc. entre otros delitos, han caído en otro acto de
inmoralidad bajo el paraguas de la ideología, al apoyar a grupos que, cobijados
con la bandera de género, los usan como mercenarios para que conviertan en Ley,
actos protervos y de tinte mercantilista.
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana se ha pronunciado con
derecho y claridad en contra de los artículos que atentan los derechos humanos
de los ecuatorianos, y que constan en el cuerpo del mal llamado Código Orgánico
de Salud, y expresa que el mismo:” contradice o desconoce la cultura,
costumbres y principios de nuestro pueblo que ama la vida y la defiende
siempre”
Por fin el Ejecutivo actuó acertadamente al vetar un
cantinflesco proyecto que, de salud, tiene solo el nombre, es pura ideología
barata.
A los “asambleístas” se les quedó en el tintero tantos temas
actuales y de suma trascendencia como: La epidemiología (por ejemplo casos de salud pública, el COVID 19) la importancia
de reconocer y respetar la práctica médica profesional, la defensa y protección
de la salud de la población vulnerable, entre otros aspectos, lo cual no es de
extrañar.
“Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro” (Albert Einstein)
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