miércoles, 25 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: ¡RESPONSABILIDAD Y SOLIDARIDAD!

La Real Academia de la Lengua-RAE, en su Diccionario de la Lengua Española define a la responsabilidad entre una de sus acepciones como: “Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado” y respecto a la solidaridad como: “Adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros”.

RESPONSABILIDAD:

El virus denominado COVID-19 aparece por primera vez en la ciudad de Wuhan, Capital de la Provincia de Hubei-China, en un mercado de animales vivos. Cabe recordar que años atrás se produjeron otras infecciones de virus (MERS-coV) y (SRAS-coV)  trasmitidas de animales a personas (transmisión zoonótica).

La población en China tiene la costumbre de utilizar animales salvajes para su alimentación y cura de enfermedades (práctica en teoría prohibida en China en mercados de las grandes ciudades como Wuhan) es una muestra de la irresponsabilidad de las autoridades chinas, al no prevenir focos de contagio. Tal es el caso del último brote de coronavirus, denominado COVID-19.

Según fuentes extraoficiales, en noviembre del año 2019 el gobierno chino ya sabía del nuevo virus surgido en la ciudad de Wuhan, pero las autoridades responsables, recién informaron de este virus a la Organización Mundial de la Salud – OMS, el 7 de enero del año 2020. Otra muestra de irresponsabilidad del gobierno chino, porque permitieron un mayor contagio, que al final terminó con la exportación del virus al mundo.

Los gobiernos de algunos países de: Asia, Europa, Medio Oriente y América, principalmente, conocieron de esta nueva epidemia de coronavirus surgida en Wuhan y fueron advertidos por la OMS, pero la mayoría de ellos no tomaron acciones oportunas basadas en criterios técnicos de salud pública, permitiendo con su negligencia y por razones de orden política, que se convierta la enfermedad en una pandemia.

Dos medidas básicas hasta la presente fecha no se realizan en muchos países del mundo y que son de manera permanente advertidas por la OMS: 1) Aislamiento de la población con medidas de estricto cumplimiento y, 2) Realizar pruebas o test que permitan conocer de manera precisa el número de contagiados, para un adecuado control y tratamiento médico.

Hay países que han actuado con total responsabilidad y deberían ser un ejemplo a seguir con el manejo del COVID-19 (Corea del Sur e Israel) y también hay ejemplos de total irresponsabilidad de gobiernos de países que han puesto en grave riesgo a su población (Brasil, México, Nicaragua y Venezuela)

Los países con gobiernos autócratas, dogmáticos y populistas, se han puesto en evidencia que están presentes en los momentos de las elecciones, pero a la hora de actuar con responsabilidad, buen juicio y bajo la presión de una crisis de salud pública, hacen agua por todos los costados.

Con la crisis de salud pública por la que atravesamos en el mundo, se evidencia una vez más, la irresponsabilidad de los gobiernos de turno, que desatienden la prioritaria necesidad de dotar de suficientes recursos presupuestarios para el sector salud, de manera que estén preparados para pandemias producto de bacterias y virus.

La actual pandemia ha desnudado la carencia de suficientes camas en hospitales, unidades de cuidados intensivos, equipos de respiración, test para identificar la infección, mascarillas, lentes protectores, batas, gorras, desinfectantes, etc.

También se evidencia la necesidad de un mayor número de médicos especialistas en enfermedades infecciosas, enfermeras, auxiliares de enfermería, entre otros.

¡Lo que está sucediendo debería ser una alarma que llame a la reflexión a los votantes, para que en el futuro, no se dejen engañar por la verborrea de politiqueros oportunistas!

Una vez más queda en evidencia que frente a una epidemia de un virus como el COVID-19, la epidemia se convierte en pandemia y por lo tanto es más letal, producto de la falta de educación de la población, lo cual hace que muchos individuos no actúen de forma consciente y obedezcan las advertencias de buscar el aislamiento. Esta medida es fundamental para su propia seguridad, la de su familia y para la población en general.

SOLIDARIDAD:

Si bien han existido en el pasado reciente, otras pandemias mucho más graves como: Viruela, Sarampión, Gripe Española (se originó en EE.UU) la Peste Negra y el VIH, la sociedad globalizada y en particular la población más joven, debe concienciarse de la importancia de obedecer las normas de salubridad que expiden las autoridades y la responsabilidad de acatar el aislamiento.

La sociedad actual es consumista, individualista y vive el presente.

Resulta paradójico que gracias a la tecnología y la innovación constante, los individuos estamos a la distancia de segundos de tiempo que nos toma comunicarnos mediante un celular, una tablet o una computadora (Prácticamente de un polo a otro). Pero al mismo tiempo cada vez estamos más lejos de nuestros seres queridos, amigos y de la gente que no conocemos, porque vivimos dentro de nuestro yo, indiferentes a las necesidades y angustias del prójimo.

La heroica respuesta de médicos, enfermeras y auxiliares de enfermería, conductores de vehículos de carga (alimentos, medicinas, combustibles, etc.) policías y personal de fuerzas armadas, no ha sido correspondida por muchos individuos que han tomado a la ligera las medidas adoptadas por los gobiernos, entre otras: Estado de excepción, cuarentena, prohibición de movilización en ciudades, regiones y todo el país, como si se les concediera vacaciones y oportunidad para realizar viajes, fiestas, eventos, etc., coadyuvando con su irresponsabilidad a la propagación del COVID-19.

La solidaridad con los países que están desbordados con enfermos del coronavirus COVID-19 y con aquellos países que aún no han llegado a una situación extrema, pero que carecen de medios para afrontar la propagación del virus (hospitales con dotación adecuada, personal de la salud, test, etc.) tiene que evidenciarse en un mundo globalizado, ¡Ahora!

El impacto en la economía mundial producto de la actual crisis de salud pública está siendo alarmante, pero sin lugar a dudas va a ser enorme. La pandemia ha afectado a todas las actividades económicas y a empresas: grandes, medianas y pequeñas y a los ciudadanos en general.

La recuperación de la economía mundial y en particular de las grandes potencias, depende de la reactivación de la demanda en sus propios países, pero también de la capacidad real de  consumo en el resto de países del mundo.

Los países de menor desarrollo de: Asia, Medio Oriente, Europa, América y África, requieren que los Organismos Multilaterales: FMI, Banco Mundial, BID, NN.UU, CAF, entre otros, construyan con el apoyo de las grandes potencias mundiales: EE.UU., China, Rusia, Alemania, Inglaterra, Japón, principalmente, una respuesta de rescate bien estructurada (Tipo Plan Marshall) en definitiva de una acción de “solidaridad mutuamente conveniente”.

Muchos países de menor desarrollo en el mundo están sobre endeudados, con problemas fiscales y con una alta calificación de riesgo.

¿Cómo van a salir de la crisis económica actual y de su agravamiento?

La solidaridad tiene que manifestarse a nivel macro y microeconómico, o no saldremos de la recesión mundial.

Confiemos que lo negativo de la crisis mundial producto del coronavirus COVID-19, se convierta en una oportunidad positiva para que la sociedad mundial vuelva a valorar los principios y valores éticos y morales, y que la oprobiosa desigualdad existente, mute a buscar igualdad bajo el paraguas de una verdadera solidaridad.

“La unión nos hace tan fuertes como débiles la desunión” (Esopo)

sábado, 14 de marzo de 2020

CORONAVIRUS Y PETRÓLEO: ¿LA TORMENTA PERFECTA?

CORONAVIRUS COVID-19:

El Coronavirus bautizado COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud-OMS, aparece entre el 12 y el 29 de diciembre de 2019 en Wuhan-China, como un brote de neumonía, para recién el 7 de enero de 2020 ser identificado por las autoridades de sanidad de China como un virus y reportado como tal a la OMS.

Desde esa fecha este nuevo virus del cual se conoce muy poco hasta la presente fecha y para el cual no existe vacuna alguna, se ha extendido a más de 120 países en todos los continentes.

La OMS ante la rápida propagación de la enfermedad por el mundo, declaró que estamos frente a una pandemia.

Países como: China, Italia, Irán, Corea del Sur, España, Alemania, Francia, EE.UU., Japón, Suiza, entre otros, son en su orden los que tienen mayor cantidad de casos de personas detectadas con el virus.

La cifra actual de casos confirmados en todo el mundo es de aproximadamente 142.000, y con un saldo a la fecha de aproximadamente 5.300 personas fallecidas.

Las drásticas medidas que se han aplicado en algunos países como: China, Italia, Corea del Sur, EE.UU, entre otros, para frenar la rápida expansión del COVID-19 y que sin duda son necesarias, ante el clima de incertidumbre que existe en todo el mundo que ha llevado a que se paralicen muchas actividades económicas, está afectando de manera severa los flujos de comercio global, las actividades productivas y los servicios, principalmente.

PETRÓLEO:

Como consecuencia de la fallida intención de los países miembros de la OPEP de reducir su producción en aproximadamente 1.5 millones de barriles diarios y, posteriormente por la pugna entre Arabia Saudí y Rusia (no miembro de la OPEP) sobre si se debe o no disminuir la oferta de crudo por la menor demanda mundial, los precios de este commodity comenzaron a caer en picada.

Rusia es renuente a recortar su producción de crudo, en razón de que según especialistas en la materia, esta medida favorecería a EE.UU. el mayor productor mundial (petróleo de esquisto) el cual podría beneficiarse de los cupos que se dejarían, y también por qué, con un nivel de precio del crudo de aproximadamente US 40 dólares por barril, los rusos consideran que son competitivos, en relación a los altos costos que implica producir petróleo de esquisto (Shale oil)

Pero la estocada final al precio actual del petróleo se dio por causa de las medidas económicas y administrativas preventivas tomadas por los países más ricos del mundo: China, EE.UU y los de la zona de Europa, principalmente, derivada por la crisis de salud pública mundial a causa del Coronavirus COVID-19, que buscan aislar a ciudades y regiones, para evitar la propagación del virus.

El precio del petróleo Brent en la Bolsa de Londres cerró el 13 de marzo del año 2020 a US 33,24 dólares el barril, mientras que el precio del petróleo WTI cerró en la Bolsa de Nueva York el mismo día a US 31,37 dólares el barril. (Mayor caída en más de 4 años)

La respuesta de Arabia Saudí a la negativa de Rusia a reducir la oferta de petróleo fue “declarar una guerra de precios” rebajando a sus clientes entre US 4 y US 7 dólares a su barril de petróleo y además con amenazas de incrementar su actual producción de crudo.

¿Tendrá sentido esta política Rusa y Saudí para su beneficio a futuro?

La caída del precio del petróleo en teoría favorece a China (mayor consumidor mundial) pero si la economía mundial se contrae significativamente, bajará drásticamente la demanda mundial de productos chinos.

El fuerte golpe a las actividades productivas en China (representa 1/3 de la producción industrial mundial) podría significar para el año 2020 una caída del PIB entre un 3% y un 4%, lo cual impactaría de manera significativa a la economía mundial, y en particular a países como: Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón, Corea del Sur, entre otros.

La Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) el 12 de marzo de 2020 tuvo un cierre para el olvido de los índices bursátiles más representativos: Dow Jones Industrial Average y el S&P 500 (500 empresas más importantes de USA) con una caída de aproximadamente un 10% (Es el peor día desde el año 1987). El índice Nasdaq también perdió aproximadamente un 9%. Todos ello, luego del anuncio del Presidente Trump de suspender los vuelos desde EE.UU. a 26 países de la Unión Europea-UE y desde esos países a EE.UU.

Muchos de los gobiernos de los países más ricos están adoptando medidas: sanitarias, fiscales y monetarias para paliar la crisis derivada de la pandemia sanitaria, pero la incertidumbre es de tal naturaleza que poco o nada ha incidido en cambiar el “pánico” que está causando el COVID-19.

Es evidente que las medidas adoptadas en el mundo hasta ahora, en su gran mayoría son reactivas y no preventivas.

La solución a corto y mediano plazo tiene que ser concertada por las potencias de Asia, América y Europa, caso contrario estaremos frente a un escenario de recesión mundial.

Técnicamente se define que un país que reporta un PIB negativo por 2 trimestres seguidos, su economía ha entrado en recesión.

¿Quién ganará y quién perderá?

¡Nadie ganará, todos perderemos!

Una vez más los políticos aparecen “dirigiendo” temas de salud e incentivos económicos para controlar la crisis, lo que en realidad buscan los políticos es visibilizarse con fines electorales.

La pandemia del COVID-19 es un tema de salud pública mundial, que debería ser manejado por la OMS y los centros de epidemiología y virología de cada país, sin intromisión politiquera.

Las medidas de política monetaria y fiscal deberían ser adoptadas en cada país de manera soberana, pero concertando acciones que no repercutan de manera negativa al comercio mundial y la economía en su conjunto, para lo cual es importante el pronunciamiento sobre el impacto global, tarea de los Organismos Multilaterales (Banco Mundial, FMI, BID, CAF, etc.,) y otros como la OECD, CEPAL, etc., caso contrario se producirá una “guerra económica mundial” por causa de las medidas proteccionistas individuales que van adoptando cada país según sus propias conveniencias.

Cabe que exista en los países afectados con la pandemia del coronavirus COVID-19 total transparencia en la información, el ocultar la realidad solo produce mayor pánico e incertidumbre.

¿La convergencia del coronavirus COVID-19 y la guerra de precios del petróleo formarán la tormenta perfecta que azotará la economía mundial?

“Las decisiones rápidas son decisiones inseguras” (Sófocles)