sábado, 14 de marzo de 2020

CORONAVIRUS Y PETRÓLEO: ¿LA TORMENTA PERFECTA?

CORONAVIRUS COVID-19:

El Coronavirus bautizado COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud-OMS, aparece entre el 12 y el 29 de diciembre de 2019 en Wuhan-China, como un brote de neumonía, para recién el 7 de enero de 2020 ser identificado por las autoridades de sanidad de China como un virus y reportado como tal a la OMS.

Desde esa fecha este nuevo virus del cual se conoce muy poco hasta la presente fecha y para el cual no existe vacuna alguna, se ha extendido a más de 120 países en todos los continentes.

La OMS ante la rápida propagación de la enfermedad por el mundo, declaró que estamos frente a una pandemia.

Países como: China, Italia, Irán, Corea del Sur, España, Alemania, Francia, EE.UU., Japón, Suiza, entre otros, son en su orden los que tienen mayor cantidad de casos de personas detectadas con el virus.

La cifra actual de casos confirmados en todo el mundo es de aproximadamente 142.000, y con un saldo a la fecha de aproximadamente 5.300 personas fallecidas.

Las drásticas medidas que se han aplicado en algunos países como: China, Italia, Corea del Sur, EE.UU, entre otros, para frenar la rápida expansión del COVID-19 y que sin duda son necesarias, ante el clima de incertidumbre que existe en todo el mundo que ha llevado a que se paralicen muchas actividades económicas, está afectando de manera severa los flujos de comercio global, las actividades productivas y los servicios, principalmente.

PETRÓLEO:

Como consecuencia de la fallida intención de los países miembros de la OPEP de reducir su producción en aproximadamente 1.5 millones de barriles diarios y, posteriormente por la pugna entre Arabia Saudí y Rusia (no miembro de la OPEP) sobre si se debe o no disminuir la oferta de crudo por la menor demanda mundial, los precios de este commodity comenzaron a caer en picada.

Rusia es renuente a recortar su producción de crudo, en razón de que según especialistas en la materia, esta medida favorecería a EE.UU. el mayor productor mundial (petróleo de esquisto) el cual podría beneficiarse de los cupos que se dejarían, y también por qué, con un nivel de precio del crudo de aproximadamente US 40 dólares por barril, los rusos consideran que son competitivos, en relación a los altos costos que implica producir petróleo de esquisto (Shale oil)

Pero la estocada final al precio actual del petróleo se dio por causa de las medidas económicas y administrativas preventivas tomadas por los países más ricos del mundo: China, EE.UU y los de la zona de Europa, principalmente, derivada por la crisis de salud pública mundial a causa del Coronavirus COVID-19, que buscan aislar a ciudades y regiones, para evitar la propagación del virus.

El precio del petróleo Brent en la Bolsa de Londres cerró el 13 de marzo del año 2020 a US 33,24 dólares el barril, mientras que el precio del petróleo WTI cerró en la Bolsa de Nueva York el mismo día a US 31,37 dólares el barril. (Mayor caída en más de 4 años)

La respuesta de Arabia Saudí a la negativa de Rusia a reducir la oferta de petróleo fue “declarar una guerra de precios” rebajando a sus clientes entre US 4 y US 7 dólares a su barril de petróleo y además con amenazas de incrementar su actual producción de crudo.

¿Tendrá sentido esta política Rusa y Saudí para su beneficio a futuro?

La caída del precio del petróleo en teoría favorece a China (mayor consumidor mundial) pero si la economía mundial se contrae significativamente, bajará drásticamente la demanda mundial de productos chinos.

El fuerte golpe a las actividades productivas en China (representa 1/3 de la producción industrial mundial) podría significar para el año 2020 una caída del PIB entre un 3% y un 4%, lo cual impactaría de manera significativa a la economía mundial, y en particular a países como: Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón, Corea del Sur, entre otros.

La Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) el 12 de marzo de 2020 tuvo un cierre para el olvido de los índices bursátiles más representativos: Dow Jones Industrial Average y el S&P 500 (500 empresas más importantes de USA) con una caída de aproximadamente un 10% (Es el peor día desde el año 1987). El índice Nasdaq también perdió aproximadamente un 9%. Todos ello, luego del anuncio del Presidente Trump de suspender los vuelos desde EE.UU. a 26 países de la Unión Europea-UE y desde esos países a EE.UU.

Muchos de los gobiernos de los países más ricos están adoptando medidas: sanitarias, fiscales y monetarias para paliar la crisis derivada de la pandemia sanitaria, pero la incertidumbre es de tal naturaleza que poco o nada ha incidido en cambiar el “pánico” que está causando el COVID-19.

Es evidente que las medidas adoptadas en el mundo hasta ahora, en su gran mayoría son reactivas y no preventivas.

La solución a corto y mediano plazo tiene que ser concertada por las potencias de Asia, América y Europa, caso contrario estaremos frente a un escenario de recesión mundial.

Técnicamente se define que un país que reporta un PIB negativo por 2 trimestres seguidos, su economía ha entrado en recesión.

¿Quién ganará y quién perderá?

¡Nadie ganará, todos perderemos!

Una vez más los políticos aparecen “dirigiendo” temas de salud e incentivos económicos para controlar la crisis, lo que en realidad buscan los políticos es visibilizarse con fines electorales.

La pandemia del COVID-19 es un tema de salud pública mundial, que debería ser manejado por la OMS y los centros de epidemiología y virología de cada país, sin intromisión politiquera.

Las medidas de política monetaria y fiscal deberían ser adoptadas en cada país de manera soberana, pero concertando acciones que no repercutan de manera negativa al comercio mundial y la economía en su conjunto, para lo cual es importante el pronunciamiento sobre el impacto global, tarea de los Organismos Multilaterales (Banco Mundial, FMI, BID, CAF, etc.,) y otros como la OECD, CEPAL, etc., caso contrario se producirá una “guerra económica mundial” por causa de las medidas proteccionistas individuales que van adoptando cada país según sus propias conveniencias.

Cabe que exista en los países afectados con la pandemia del coronavirus COVID-19 total transparencia en la información, el ocultar la realidad solo produce mayor pánico e incertidumbre.

¿La convergencia del coronavirus COVID-19 y la guerra de precios del petróleo formarán la tormenta perfecta que azotará la economía mundial?

“Las decisiones rápidas son decisiones inseguras” (Sófocles)

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