lunes, 24 de septiembre de 2018

ECUADOR: ¿VASO MEDIO LLENO O MEDIO VACÍO?

La política desde la época de los antiguos griegos, romanos, siglo XVI, etc. hasta nuestros días se ha reducido a la lucha por el poder, a cualquier costo, sin que medien principios ni valores éticos y morales que se le opongan. ¡El fin justifica los medios!

¿Parecería que existe una semejanza simétrica entre la relación “concentración de la riqueza en manos de unos pocos” y la “concentración del poder en manos de unos pocos”?

Es que riqueza y poder son dos expresiones que se podrían asimilar a una igualdad (para usar términos matemáticos)

Acaso nos enfrentamos a un dilema similar al de: ¿Qué fue primero el huevo o la gallina? o ¿Qué fue primero la riqueza o el poder?

Lejos de alguna intencionalidad de esbozar una propuesta que podría llevar a una discusión bizantina, entre poder, riqueza y su origen primigenio, resulta evidente que los políticos buscan desesperadamente llegar al poder por cualquier medio.

Desde épocas inmemorables los políticos al utilizar prácticas populistas, siempre han requerido de recursos económicos para que las masas sean “fieles” a sus propósitos.

La entrega de dinero en efectivo, bienes muebles e inmuebles, canonjías, títulos, etc. han sido moneda común utilizada por los políticos para el trueque a cambio de votos y respaldo político. El pueblo vulnerable cae fácilmente en el clientelismo y aprende a vivir de subsidios y así se acostumbra a una vida fácil.

El “servicio” considerado como un mérito (servir al pueblo) que es la muletilla esgrimida por los políticos, especialmente durante las campañas electorales, cuando son gobierno (poder) se transforma en “servirse” del pueblo y de los recursos del Estado, para beneficio personal y de los grupos afines al partido o movimiento político de turno.

Los salvadores de la Patria llegan llenos de slogans que seducen a masas sin educación y cultura, con frases tales como: “viva la revolución”, “cambio”, “fuera el imperialismo”, “abajo los ricos”, “casa gratis para todos”, “bonos para alimentos”, etc.

La corrupción es en la realidad la nueva cara de la política, muestra de ello es que, al término de cada gobierno, el país queda igual o peor que antes y, los políticos corruptos se han convertido en los “nuevos oligarcas” con las costumbres y vicios de aquellos que antes repudiaban.

Se asume que mirar el vaso medio lleno es ser optimista y que quién mira el vaso medio vacío es pesimista.

Se podría aducir que el vaso medio lleno representaría lo que el pueblo tiene y que el vaso medio vacío simbolizaría lo que al pueblo le falta.

Después de la década perdida y robada, 2007-2016, al Ecuador le quedó el vaso vacío de todo contenido relevante, despojaron a la Nación de: institucionalidad, contrapeso de poderes, economía en crecimiento sostenido (pese a contar con los mayores ingresos públicos de la historia republicana), principios y valores a gran parte de la sociedad, esperanza en el futuro, empleo digno, respeto mutuo, tolerancia al pensamiento distinto, etc.

A partir del 24 de mayo de 2018 con la llegada del nuevo gobierno proveniente del mismo movimiento político que su antecesor, los ecuatorianos podemos tener diferentes apreciaciones sobre la cuestión principal motivo de este artículo: ¿Cómo mirar al Ecuador por la gestión realizada por el actual gobierno hasta la presente fecha?

Unos dirán con optimismo, que “el vaso está medio lleno”, ¿Por qué?: El nuevo gobernante no es arrogante, ha establecido un espacio de diálogo y respeto, ha propiciado la libertad de expresión, ha prometido “cirugía mayor a la corrupción”, ha puesto en práctica algunas reformas económicas para impulsar la actividad empresarial, se respira en el país un ambiente de paz, hay mayor apertura internacional, etc.

Pero para otros, con pesimismo, arguyen que “el vaso está medio vacío”, ¿Por qué?: La base política del gobierno (cuestionada) es la misma, el equipo de gobierno se conformó con los mismos cuadros incompetentes del gobierno anterior, algunos de los administradores arrastraban cuestionamientos sobre su probidad, las medidas económicas adoptadas son cosméticas, repitieron la política de endeudamiento agresivo del anterior gobernante, no redujeron a tiempo el descomunal gasto público, no han recuperado nada de los recursos robados por los corruptos (públicos y privados), etc.

En la actualidad resulta difícil ser optimista respecto al futuro económico del Ecuador.

Es cierto que el actual gobierno no cuenta con capital político para poder realizar solos reformas estructurales en la economía, pero desde otra visión, si hubiera estado preparado para gobernar, su gestión hubiera sido más auspiciosa y relevante para el país.

Se sostiene que había que buscar y arribar a acuerdos con otros sectores, afines o no ideológicamente, con renunciamiento, para formar un equipo multipartidista y multidisciplinario con gente nueva y proba, que desde el inicio del gobierno realice una “cirugía mayor a la economía”

¡Para el bienestar de todos los ecuatorianos esperemos que no hayan perdido el tren!

“Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad” (Winston Churchill)

viernes, 14 de septiembre de 2018

LA DOCTRINA POLÍTICA: ¿PARADIGMA Y PARADOJA?

Se entiende como paradigma en una de sus acepciones, a la teoría o conjunto de ellas bajo cuya base o fundamento se acepta sin cuestionamiento las soluciones allí planteadas.

Se define que una paradoja es una expresión o hecho que resulta contrario a la lógica.

Las doctrinas políticas son en su esencia teorías elaboradas por pensadores de diversas vertientes del conocimiento, tales como: filósofos, teólogos, sociólogos, juristas, principalmente.

Desde una perspectiva de enfoque etiológico, se entendería que los pensadores que elaboraban doctrinas políticas tenían como punto de partida, que las causas de las cosas constituían la base sobre la cual se debían edificar las relaciones en una sociedad libre y democrática.

Pero también desde el punto de vista axiológico el pensamiento político nació teniendo como fundamento la existencia de valores, sin los cuales la sociedad sería un ente hueco y huérfano de sustento.

Las doctrinas políticas que se han elaborado en el mundo a lo largo de la historia, por lo general no han guardado correspondencia en la praxis, con el proceder de los partidos y movimientos políticos.

Las doctrinas o pensamientos políticos han sido la pantalla bajo la cual se han cobijado determinados grupos de personas, con membretes de partidos políticos y que han jugado con las necesidades esenciales para cualquier conglomerado humano, tales como: un lugar donde vivir, libertad, trabajo, alimentación, educación, salud, etc. ofreciendo soluciones fáciles y cortoplacistas, al mejor estilo demagógico.

La búsqueda por alcanzar el poder y mantenerse en el mismo, es la razón fundamental para que los políticos apelen a los sentimientos humanos, para con halagos y promesas falsas e inalcanzables conseguir el favor popular.

La utilización de prácticas populistas ha sido una constante a la que recurren los partidos políticos, independientemente de la “doctrina política” que sigan, de la denominación que adopten o el lugar geográfico en que se sitúen políticamente (izquierda, centro, derecha)

También objetivo preciado por ellos ha sido el enriquecimiento fácil y amoral, bajo la praxis de que el fin justifica los medios.

El desencanto cosechado por la sociedad a causa de los políticos, mejor llamados politiqueros, es generalizado a nivel mundial, sin embargo hasta hoy en día nos siguen “gobernando”, mejor dicho, nos mantienen secuestrados bajo leyes y normas hechas para que nunca termine su coloniaje.

Los políticos han controlado por diferentes métodos los tres poderes del Estado: Legislativo, ejecutivo y judicial.

Han destruido sistemáticamente la institucionalidad, especialmente en los llamados países subdesarrollados, para mantener bajo su control a la sociedad y los recursos naturales de estos países.

A través de los años se ha construido un paradigma, o sea una verdad o conjunto de verdades que la sociedad no se atreve a cuestionar, esto es: “solo los políticos y nadie más que ellos deben gobernar a una sociedad, a un país, a una nación”

¿No es paradójico que los políticos nos sigan gobernando pese a que nos han de demostrado hasta la saciedad a lo largo de la historia: ineptitud, inexperiencia, inmoralidad, corrupción, etc.?

¡Eliminemos el falso paradigma de que los políticos son los únicos llamados a gobernar un país, sustituyamos a éstos por la sociedad civil debidamente representada por personas que provengan de: La academia, gremios de trabajadores y profesionales, organizaciones sociales, entre otros, debidamente constituidos bajo normas preestablecidas!

Borremos de la vida pública a partidos y movimientos políticos y a sus “miembros profesionales” (dirigentes)

¡Digamos no al parasitismo institucionalizado!

Es imperativo en el país llamar a una Asamblea Constituyente que deje sin efecto la Constitución Política vigente, hiperpresidencialista y novelera, a fin de construir una sociedad donde primen la libertad de opinión, igualdad de derechos y libre participación a la gobernanza, a fin de construir un país que se edifique bajo principios de justicia social, seguridad jurídica y valores.

“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” (Abraham Lincoln)