La política desde la época de los antiguos griegos, romanos,
siglo XVI, etc. hasta nuestros días se ha reducido a la lucha por el poder, a
cualquier costo, sin que medien principios ni valores éticos y morales que se le
opongan. ¡El fin justifica los medios!
¿Parecería que existe una semejanza simétrica entre la
relación “concentración de la riqueza en manos de unos pocos” y la
“concentración del poder en manos de unos pocos”?
Es que riqueza y poder son dos expresiones que se podrían
asimilar a una igualdad (para usar términos matemáticos)
Acaso nos enfrentamos a un dilema similar al de: ¿Qué fue
primero el huevo o la gallina? o ¿Qué fue primero la riqueza o el poder?
Lejos de alguna intencionalidad de esbozar una propuesta que
podría llevar a una discusión bizantina, entre poder, riqueza y su origen
primigenio, resulta evidente que los políticos buscan desesperadamente llegar
al poder por cualquier medio.
Desde épocas inmemorables los políticos al utilizar prácticas
populistas, siempre han requerido de recursos económicos para que las masas
sean “fieles” a sus propósitos.
La entrega de dinero en efectivo, bienes muebles e inmuebles,
canonjías, títulos, etc. han sido moneda común utilizada por los políticos para
el trueque a cambio de votos y respaldo político. El pueblo vulnerable cae
fácilmente en el clientelismo y aprende a vivir de subsidios y así se acostumbra
a una vida fácil.
El “servicio” considerado como un mérito (servir al pueblo)
que es la muletilla esgrimida por los políticos, especialmente durante las
campañas electorales, cuando son gobierno (poder) se transforma en “servirse”
del pueblo y de los recursos del Estado, para beneficio personal y de los
grupos afines al partido o movimiento político de turno.
Los salvadores de la Patria llegan llenos de slogans que
seducen a masas sin educación y cultura, con frases tales como: “viva la
revolución”, “cambio”, “fuera el imperialismo”, “abajo los ricos”, “casa gratis
para todos”, “bonos para alimentos”, etc.
La corrupción es en la realidad la nueva cara de la política,
muestra de ello es que, al término de cada gobierno, el país queda igual o peor
que antes y, los políticos corruptos se han convertido en los “nuevos
oligarcas” con las costumbres y vicios de aquellos que antes repudiaban.
Se asume que mirar el vaso medio lleno es ser optimista y que
quién mira el vaso medio vacío es pesimista.
Se podría aducir que el vaso medio lleno representaría lo que
el pueblo tiene y que el vaso medio vacío simbolizaría lo que al pueblo le
falta.
Después de la década perdida y robada, 2007-2016, al Ecuador
le quedó el vaso vacío de todo contenido relevante, despojaron a la Nación de:
institucionalidad, contrapeso de poderes, economía en crecimiento sostenido
(pese a contar con los mayores ingresos públicos de la historia republicana),
principios y valores a gran parte de la sociedad, esperanza en el futuro,
empleo digno, respeto mutuo, tolerancia al pensamiento distinto, etc.
A partir del 24 de mayo de 2018 con la llegada del nuevo gobierno
proveniente del mismo movimiento político que su antecesor, los ecuatorianos
podemos tener diferentes apreciaciones sobre la cuestión principal motivo de
este artículo: ¿Cómo mirar al Ecuador por la gestión realizada por el actual
gobierno hasta la presente fecha?
Unos dirán con optimismo, que “el vaso está medio lleno”,
¿Por qué?: El nuevo gobernante no es arrogante, ha establecido un espacio de
diálogo y respeto, ha propiciado la libertad de expresión, ha prometido
“cirugía mayor a la corrupción”, ha puesto en práctica algunas reformas
económicas para impulsar la actividad empresarial, se respira en el país un
ambiente de paz, hay mayor apertura internacional, etc.
Pero para otros, con pesimismo, arguyen que “el vaso está
medio vacío”, ¿Por qué?: La base política del gobierno (cuestionada) es la
misma, el equipo de gobierno se conformó con los mismos cuadros incompetentes
del gobierno anterior, algunos de los administradores arrastraban
cuestionamientos sobre su probidad, las medidas económicas adoptadas son
cosméticas, repitieron la política de endeudamiento agresivo del anterior
gobernante, no redujeron a tiempo el descomunal gasto público, no han
recuperado nada de los recursos robados por los corruptos (públicos y
privados), etc.
En la actualidad resulta difícil ser optimista respecto al
futuro económico del Ecuador.
Es cierto que el actual gobierno no cuenta con capital
político para poder realizar solos reformas estructurales en la economía, pero
desde otra visión, si hubiera estado preparado para gobernar, su gestión hubiera
sido más auspiciosa y relevante para el país.
Se sostiene que había que buscar y arribar a acuerdos con
otros sectores, afines o no ideológicamente, con renunciamiento, para formar un
equipo multipartidista y multidisciplinario con gente nueva y proba, que desde
el inicio del gobierno realice una “cirugía mayor a la economía”
¡Para el bienestar de
todos los ecuatorianos esperemos que no hayan perdido el tren!
“Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad” (Winston Churchill)
¡Nunca es tarde para rectificar!
ResponderEliminar¿HASTA CUANDO NOS DEJAMOS ENGAÑAR POR LOS POLITIQUEROS Y SUS SUCIOS INTERESES?
ResponderEliminarEN LA EDUCACIÓN CONSIDERÓ QUE SE ENCUENTRA LA CLAVE, MÁS GENTE JOVEN Y NUEVA DOCTRINA POLÍTICA, ROMPER VIEJOS Y MALOS PARADIGMAS!!!
ResponderEliminar