martes, 21 de noviembre de 2017

¡REELECCIÓN INDEFINIDA ES IGUAL A IMPUNIDAD INDEFINIDA!

El 7 de enero de 2017 en este blog escribí el artículo titulado ¡PROTESTA!, en el cual hice comentarios a la absurda y nefasta intervención de la mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional del Ecuador pertenecientes al movimiento del gobierno correísta y hacía entre otras puntualizaciones lo siguiente:

“… la irrisoria Resolución de 4 de diciembre de 2015 de la Asamblea Nacional del Ecuador, que mediante reformas a la Constitución de 2008, aprobó la reelección indefinida de las autoridades de elección popular, la misma que entrará en vigencia sin límite alguno a partir del 24 de mayo de 2017.

Estamos descontentos muchos ecuatorianos, por qué en la fecha antes referida, de 137 asambleístas que integran la Asamblea, solo asistieron 109 a tan importante Sesión (se requería de las dos terceras partes para la aprobación de la reforma a la Constitución, o sea de 92 votos). 

De los 109 asistentes:

·         100  votaron a favor de la mencionada reelección indefinida,

·         8 lo hicieron en contra y,

·         1 se abstuvo de emitir su voto. 

Esta nefasta Resolución contó con la venia de la mayoría oficialista, que contaba con 99 curules a la fecha aludida.

Se excluyó de las próximas elecciones presidenciales y legislativas, a los “honorables” que tengan dos períodos consecutivos y establecieron la reelección sin límites desde los comicios posteriores, programados en principio para al año 2021. 

Cabe señalar que la Constitución de 1998 dejaba abierta la opción para que los asambleístas (diputados a esa fecha) se postulen indefinidamente. 

Sin embargo la Carta Magna que fue redactada y aprobada en el 2008 por los Representantes del mismo Movimiento político, que hasta la fecha controla los poderes Ejecutivo y Legislativo, facultaba la reelección por una sola vez, consecutiva o no. 

¿El objetivo de la Carta Magna de 2008 era que exista renovación política cada ocho años, en las Funciones Ejecutiva y Legislativa? 

Entonces, ¿Cómo entender a los integrantes del Movimiento oficialista, que en él 2008 sostuvieron que debe existir alternabilidad en una democracia y que por esa razón propusieron y consiguieron, con gran mayoría legislativa eliminar la posibilidad de cualquier reelección, para que transcurridos apenas siete años, en el 2015, hayan cambiado diametralmente de criterio y de un plumazo boten a la basura la alternancia en el poder político?...”

Se dice que existe alternabilidad cuando los gobernantes de un país tienen que cambiar de manera real y periódica, dentro de un esquema legal y bajo mecanismos electorales.

Esta figura ha sido entendida como una característica esencial en democracia y propia de los sistemas republicanos.

Lamentablemente la historia mundial da cuenta entre otros aspectos que la acumulación de poder político y económico conlleva a la tentación de conseguir el poder absoluto por cualquier medio, para lo cual se vuelve esencial para los absolutistas someter y/o silenciar a todo aquel que se oponga a este objetivo.

Nace así la autocracia, dictadura, totalitarismo, etc. que son en definitiva la misma forma de opresión a un pueblo, bajo la máscara de salvadores mesiánicos que ofrecen la solución a todos los males existentes, mediante la propaganda persistente y subliminal.

Los populistas han conseguido llevar al nivel de maestrías, el engaño, el fraude y la división de clases, como medios para su fin de perpetuarse en el poder y adquirir riqueza.

Para ello necesitan que no exista alternancia en el poder, la reelección indefinida les resulta imprescindible y les permite que a través de elecciones fraudulentas mantengan el control absoluto de todos los poderes del Estado.

Con el control totalitario no tienen que dar cuenta de sus actos a nadie, acumulan riqueza mal habida y al no existir transparencia la impunidad campea para siempre.

¡Reelección indefinida es igual a impunidad indefinida!

En la próxima consulta popular convocada por el Presidente del país y, cuya calificación y responsabilidad se encuentra actualmente en manos de la Corte Constitucional, los ecuatorianos debemos votar de manera favorable por la eliminación de la reelección indefinida, para extirpar el cáncer del totalitarismo, exigir la rendición de cuentas y la acción de una justicia independiente.


“La alternancia fecunda el suelo de la democracia” (Winston Churchill)

domingo, 12 de noviembre de 2017

¿SE ESTA MANEJANDO EL PAÍS MIRANDO POR EL RETROVISOR?

Hoy en día no se puede concebir administrar un Estado sin contar con un plan económico integral que emerja de una construcción consensuada entre lo público y privado, con claros objetivos de mediano y largo plazo y que defina con precisión los medios y las estrategias para alcanzarlos.

No basta con que el ejecutivo responsable de construir y llevar a buen término el plan económico establezca las metas cuantitativas y cualitativas de crecimiento económico sostenibles, sino que es fundamental contar con el involucramiento del sector privado nacional e internacional para alcanzar los resultados esperados.

El crecimiento económico sostenible es condición necesaria, pero no suficiente. Es imperativo alcanzar conjuntamente el desarrollo integral en lo social, humano, ambiental e institucional. En consecuencia, lo que se debe perseguir es el bienestar de la sociedad en su conjunto en términos de alcanzar una buena calidad de vida, igualdad de acceso a las oportunidades y plena libertad y justicia.

El sector privado debe ser la locomotora que arrastre los vagones del crecimiento económico, mientras que al sector público le compete crear con visión, las condiciones para que la actividad productiva actúe con un horizonte presumible, definiendo en consenso el: ¿Qué?-¿Cómo? y ¿Para quién?

Para ello es condición sine qua non generar reglas de juego prácticas, claras y que perduren en el tiempo, dando previsibilidad a la acción de planeamiento empresarial y permitiendo una adecuada gestión gerencial.

¡Se necesita un Estado pequeño, moderno y profesional que controle con eficacia, responsabilidad y honestidad, las funciones previstas en el ámbito de su competencia!

Hay que propiciar y apuntalar a un sector privado pujante, innovador y emprendedor, que cumpla a cabalidad sus responsabilidades para con la sociedad, pagando sus tributos, generando empleo productivo y riqueza, a través de una relación activa y permanente con trabajadores, universidades y el poder ejecutivo.

Desterremos la polarización: Ni el Estado obeso, que quiera hacerlo todo, incluso producir bienes y servicios propios de lo privado, ni el sector empresarial sin ley y control que pretenda que su único fin es producir utilidades a cualquier costo.

Dos mecanismos mal aplicados en especial distorsionan en gran medida a nuestra economía:

·   La irracional aplicación de subsidios que benefician a los que más tienen. Urge sincerar gradualmente el precio de los combustibles (gasolina, diesel, etc.) y focalizar solo el subsidio del gas y el bono de desarrollo humano, a favor de la población técnicamente calificada en situación de pobreza, con transparencia, control y manejo profesional y bajo criterios de temporalidad, gradualidad y abatimiento.

Que estas medidas tienen costo político, indudable, pero hay que tener el coraje para adoptarlas, para transparentar la economía.

·      La carga de impuestos al sector privado tiene que guardar correspondencia con la situación de crisis por la que atraviesa la economía, eliminando aquellos que son una rémora para la expansión de la actividad productiva y la generación de empleo y dando a estos actores seguridad de su permanencia en el tiempo.

Luego de una década obscura, el Ecuador necesita reencontrarse con el sendero de la institucionalidad, avizorar un futuro esperanzador y sanar las heridas causadas por el populismo demagógico que hundió la economía, los principios y valores éticos y morales y dividió a la sociedad con las peores artes.

Necesitamos ya un verdadero cambio:

1.   Urge una nueva visión de país, realista, que se abra al mundo globalizado sin los temores sembrados por la influencia de ideologías caducas y demagógicas;
2.    Hay que erradicar los abrojos que causaron la crisis económica actual y que fue producto de acciones u omisiones de la anterior administración del país, dejando secuelas de una aberrante corrupción y un enorme perjuicio a la sociedad;
3.       Es imperativo contar con un plan económico integral de largo plazo, concertado y que busque gradualmente insertarnos en la economía mundial;
4.     Requerimos potenciar la educación de calidad como generador del cambio, visibilizando esta prioridad en el presupuesto del estado;
5.       Recuperemos la institucionalidad que ha sido desmembrada y es disfuncional en la actualidad para alcanzar fines superiores;
6.   Propiciemos una reingeniería en todos los poderes del Estado, para modernizarlos, quitar adiposidad y suprimir la maraña de requisitos y procedimientos requeridos actualmente en todo trámite, que son una rémora que impide crear condiciones de competitividad;
7.   Auspiciemos el diálogo, respetemos la diversidad y trabajemos todos en paz y armonía, sin permitir que la política sea el eje trasversal en todos los aspectos de nuestra vida; y,
8.   Convengamos que el ser humano debe ser el objetivo supremo de todo plan económico integral y, que el enemigo común a vencer debe ser la desigualdad e inequidad que subyace en nuestra sociedad.

Los problemas del presente son herencia del pasado y es incuestionable que hay que solucionarlos, sin perdón y olvido para quienes por incompetencia, negligencia y deshonestidad, llevaron al país a la peor crisis de su historia.

Cero tolerancia a la impunidad, la justicia y los organismos de control deben mucho al país por su ineficacia, indolencia y por mirar hacia un lado. El Estado tiene que recuperar de los corruptos el dinero mal habido.

¡Con visión de futuro, no cabría pretender manejar el vehículo llamado Ecuador, en lo económico, social, judicial e institucional, mirando primordialmente por el espejo retrovisor y anclados en el modelo estatista del pasado!

No produce confianza en los agentes económicos nacionales e internacionales, constatar que muchos de los artífices de la fracasada década pasada, siguen conduciendo el mentado vehículo, pese a la incompetencia demostrada.

La única moneda dura en el mundo es la confianza, perdida ella no hay quien quiera atesorar bien alguno.

Invito con sinceridad al actual mandatario, a quien el pueblo (su mandante) le eligió para representarlo, para que honre la confianza depositada en él, se libere de la disciplina partidaria, proceda con pragmatismo y piense y actúe en función de país y cambie a tiempo de rumbo, caso contrario la historia no perdona, pasará como muchos cerca o lejos de ella pero sin llegar a quedarse.

Uno de los casos paradigmáticos que recoge la historia, fue el de Felipe González Márquez,  de Secretario del Partido Socialista Obrero Español, pasó a ser presidente del gobierno de España. Hombre de arraigada formación y convicción socialista, cuando asumió la conducción de un país en crisis, dejó a un lado la receta de su partido y con visión y pragmatismo abrió España al mundo y a la modernidad con medidas de políticas públicas apartadas de la tradicional receta socialista y consiguió entre otros resultados, el saneamiento de la economía y la reconversión industrial, ubicando a España en la mira de la inversión nacional y extranjera directa y en la senda del crecimiento sostenido y el desarrollo económico y social.

“El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano” (John F. Kennedy)

      “Una sola piedra puede desmoronar un edificio” (Francisco de Quevedo y Villegas)  

viernes, 20 de octubre de 2017

¡FRAUDE!

Fuimos víctimas del mayor fraude en la historia republicana del Ecuador durante el malhadado período de Gobierno de la llamada revolución ciudadana (2007 – 2017) nos mintieron, engatusaron, despojaron de nuestros derechos consagrados en la Constitución Política, destruyendo las instituciones.

Pero lo que no lograron y jamás podrán es robarnos la esperanza, los ecuatorianos aprendimos una dura lección, cuya consecuencia es que jamás deberá regresar al poder el autócrata culpable de la debacle en que sumió al país.

Según la Real Academia Española – RAE:

“FRAUDE”

“1. M. Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.
2. m. Acto tendiente a eludir una disposición legal en perjuicio del Estado o de terceros.
3. m. Der. Delito que comete el encargado de vigilar la ejecución de contratos públicos, o de algunos privados, confabulándose con la representación de los intereses opuestos”

El escritor e historiador inglés Donald Rayfield en su libro “STALIN Y LOS VERDUGOS” (10/2003-Taurus) describe la historia de las aberraciones y crímenes cometidos por el régimen Stalinista y la creación de la policía política secreta llamada “CHEKA”, bajo la conducción de cinco personajes entre los cuales había uno llamado Félix Dzierzynski, el cual buscaba hombres de “corazón ardiente, cabeza fría y manos limpias” para que formaran parte de este cuerpo represor.

Este antecedente no tendría mayor significación en la vida pública ecuatoriana, sino fuera por el hecho de que por “casualidad” el eslogan acuñado por el gobierno de la década 2007 – 2017, de: “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes” carece de autoría (originalidad) como la gran mayoría de los cambios que se atribuye en los ámbitos de la legislación, normas y políticas, la mal llamada revolución ciudadana. (Este hecho fue advertido por el constitucionalista, Antonio Rodríguez Vicéns, en un artículo publicado en el diario El Comercio, el 7 de septiembre de 2010)

Lo acontecido en la década antes referida ha demostrado que lo que existió en lugar de “manos limpias” fueron manos sucias, contaminadas, infectadas. Convirtieron el dinero de los ecuatorianos a través de la obra pública, en botín y despojo, para beneficio de altos funcionarios del Estado, cómplices y sumisos, que compartían no una ideología, sino un fin común, enriquecerse a costa del Estado a través de una política de saqueo de los fondos públicos.

Las autodenominadas “mentes lúcidas” no fueron capaces de administrar una bonanza económica del Ecuador (básicamente por causa de los altos precios del petróleo exportado, factor exógeno a medidas adoptadas por el gobierno) comenzando con la ineficacia e incompetencia de un Presidente autócrata, sus inmediatos colaboradores y demás funcionarios públicos, que no solo carecían de conocimientos, experiencia y  personalidad, sino que terminaron desde Ministros para abajo como mano de obra, servil, obediente y sin carácter, los mismos que fracasaron en todos los aspectos de la gestión pública: económica, social, cultural, ambiental, etc. realizando una gestión mediocre, pobre y simple, que se constata en la enorme cantidad de obras y proyectos fallidos que son de conocimiento público, a nivel nacional e internacional.

Los “corazones ardientes” se evidenciaron en el odio trasmitido como medio utilizado para dividir a los ecuatorianos entre buenos y malos, se acudió a la confrontación estéril para hostigar al opositor y, en lugar de respetar al que piensa y opina distinto, se le persiguió, estigmatizó y judicializó, para silenciarlo.

La burla y el escarnio reemplazó al diálogo, a las necesarias propuestas de política pública y a un indispensable llamado a la concertación nacional. En la mayoría de las intervenciones del jefe de gobierno y especialmente en la tribuna denominada “sabatina”, este destiló: odio, amargura, resentimiento, desprecio, rabia, sentimientos negativos, impensables que podrían emanar de la primera autoridad del gobierno de un país civilizado!!!

¡Hoy Ecuador se encuentra en una encrucijada!

¿Podemos los ecuatorianos y los posibles inversionistas extranjeros confiar en la conducción autónoma del actual gobierno, que parecería que no cuenta con el suficiente respaldo del propio movimiento político al cual pertenece?

Un caso evidente es el siguiente: El actual Presidente de la República le retiró todas las funciones que le asignó en su oportunidad al Vicepresidente, por causa de encontrarse este último, envuelto en una serie de acusaciones de asociación ilícita, derivada de contratos de obra pública en sectores bajo su responsabilidad, cuando ejercía cargos públicos en áreas estratégicas en el anterior gobierno, debido a que existían serias presunciones de culpabilidad que podrían ser materia de tipificación incluso de otros tipos de delitos penales. En otras palabras le retiró su confianza.

La Fiscalía General de la Nación pidió la prisión preventiva para el Vicepresidente, posteriormente el Juez competentes ordenó su encarcelamiento y la prohibición de salir del país. Finalmente el tribunal competente negó el recurso de habeas corpus solicitado por el abogado defensor del Vicepresidente.

Con lo anteriormente enunciado, ¿Cómo entender que los miembros de la Asamblea Nacional, del mismo movimiento político al que pertenece el Presidente de la República y que son mayoría en dicha Asamblea, bloqueen el juicio político a un Vicepresidente preso, sin funciones, con prohibición de salir del país y sobre el cual recaen serias presunciones de actos de corrupción?

¿Es posible gobernar un país sumido en una grave crisis económica, política, social e institucional con los antecedentes expuestos?

Este hecho de vergüenza ha trascendido lo nacional y es causa de incredulidad en la comunidad internacional.

¿Hasta cuando los ecuatorianos que somos los mandantes vamos a permitir que nuestros mandatarios (asambleístas, funcionarios del ejecutivo, justicia, consejo electoral, participación ciudadana y organismos de control) que dependen de la voluntad popular hagan y deshagan a su capricho y arbitrio, sin que les importe los sagrados intereses del pueblo ecuatoriano?

¡Para poder creer en el campo de lo político es necesario ver!

Estamos hartos de tanta politiquería, mentiras, corrupción, irrespeto a las leyes, inseguridad, en definitiva al fraude consumado.

En la lista de ideologías políticas parecería que el “socialismo del siglo XXI” ha mutado a “socialismo neoliberal”. Sería bueno que este fenómeno político nos expliquen los politólogos.

Si no hay cambios verdaderos que eliminen de raíz el amarre institucional de la década pasada, el futuro del país es un espejismo más, una quimera.

“En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario” (George Orwell)

“Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo” (Abraham Lincoln)

lunes, 9 de octubre de 2017

¡REVOLUCIONARON LA CORRUPCIÓN!

Según la Real Academia Española – RAE, la palabra “revolución” en una de sus acepciones significa: “cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional”

Si retrotraemos esta definición a lo acontecido en el Ecuador en el período  2007 – 2017 (la rebautizada “década perdida”) se podría afirmar que la única revolución propiamente dicha es la que se produjo con la corrupción.

La corrupción desde lo conceptual tiene diferentes caras o aristas, cabe señalar algunas de las más visibles:

Cleptocracia.-  Se define como forma de corrupción política, se da cuando en un Estado todos los poderes están involucrados en actos ilícitos, se ha institucionalizado la corrupción.

Nepotismo.- Esta figura da cuenta del uso del poder para favorecer con cargos públicos a los familiares, amigos y miembros de los partidos o movimientos políticos.

Plutocracia.- La captación del poder político deviene del apoyo de aquellos que ostentan mucho poder económico y que apoyaron la ascensión a determinados sujetos políticos, para conseguir posteriores retribuciones económicas de ellos.

Clientelismo político.- El apoyo recibido para alcanzar el poder político se retribuye con favores a quienes respaldaron su consecución.

Tráfico de influencias.- La relación surgida entre políticos y quienes apoyan cercanamente a determinados candidatos, se retribuye con el direccionamiento intencional para favorecerlos con empleos públicos, contratos, etc.

Uso ilegal de información confidencial.- Busca sacar réditos del acceso a información privilegiada, obtenida producto de las funciones o relaciones con quienes tienen acceso a la misma.

Soborno.- Entregar dinero o regalos a personas con el fin de conseguir prebendas para sí o para terceros.

Testaferrismo.- Prestar el nombre para formar una compañía, negocio, contrato, etc. que en realidad pertenece a un tercero.

Se podría afirmar con alto grado de acierto que la única revolución visible en el Ecuador en la década 2007 – 2017 fue la de la corrupción en todas sus formas, como algunas de las anteriormente descritas, que se dio en los cinco poderes del Estado vigentes de acuerdo a la Constitución hiperpresidencialista de 2008 y, que abarcó a los sectores: económico, político, social, cultural y ambiental.

Nunca antes en la historia del país se habían producido centenas de casos de latrocinio, denunciados con claras evidencias, pruebas y actores, que demuestran que hubo una rigurosa planificación concertada de funcionarios públicos para cometer delitos relacionados con actos de corrupción, en contubernio con lo privado (personas naturales y jurídicas, nacionales y extranjeras).

En la actualidad los casos judicializados son pocos, por la indolencia de las autoridades de control, muchas de ellas sumisas al poder ejecutivo, que en complicidad con la “justicia” miraron al costado en unos casos y encubrieron en otros, para no perder el cargo al que habían llegado no por méritos éticos y académicos, sino por su capacidad de sometimiento y obediencia.

Sería objeto de varios libros exponer los casos de corrupción descubiertos, la creatividad demostrada para con impudicia apoderarse del dinero del pueblo, al que tanto encandilaron con promesas huecas, mentiras y engaños, acudiendo a lo emocional para crear las falacias de: ricos contra pobres, buenos contra malos, amigos contra enemigos, logrando que aflore en mucha gente escondidos sentimientos de amargura, envidia, resentimiento, frustración, para captar adhesiones y protección a su proyecto político autócrata.

La lista de ilícitos que se persiguen en los pocos casos judicializados hasta la presente fecha son: cohecho, peculado, concusión, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, delincuencia organizada, asociación ilícita, juicio penal por la paralización del servicio público, demanda civil para recuperar pérdidas, plagio, etc.

Están involucrados en actos ilícitos: el Vicepresidente de la República, ministros, jueces, viceministros, gerentes de empresas públicas, funcionarios de segundo y tercer nivel y asesores del gobierno en general, parientes de funcionarios públicos, empresas nacionales y extranjeras.

La obra pública en particular fue el botín preferido por los corruptos, pero no se escapo del pillaje ninguna actividad, algunos ejemplos a citar: aeropuertos, planta de gas, carreteras, refinerías y seudorefinerías, acueductos, escuelas, universidades, edificios, poliductos, trasvases de agua, túneles, ambulancias, hospitales, medicinas, chalecos para la policía, emergencia judicial, seguro social, armamento militar, sillas de ruedas, vehículos, abonos, telecomunicaciones, bancos, pases policiales, comisarías, enriquecimiento de funcionarios públicos, falsificación de títulos profesionales, creación de empresas offshore, minas de oro, plata y cobre, petróleo, telefonía, etc. la lista en interminable.

Solo el tiempo lo dirá, pero es evidente que sofisticaron la corrupción, elevándola al plano de verdadera revolución. No se les escapó nada y con el cinismo propio del culpable niegan una y mil veces su vinculación, cambian las versiones, se desmienten a sí mismos y desconocen videos, conversaciones, correos electrónicos, autorizaciones emitidas, que los involucran, hasta llegar al desparpajo de sostener que las atribuciones y competencias que emanan de cargos asumidos, no les confieren responsabilidad alguna???

En un país demócrata y republicano, la justicia debe controlar al poder y no el poder a la justicia, sino cambia esto que es esencial para la supervivencia de la libertad, junto con la independencia real de los poderes que emanan de la Constitución y su contrapeso, estamos cerca de llegar a un Estado fallido.

¿Dónde quedó la ética y la moral?

“Si no tienes voluntad para cambiarlo, no tienes derecho a criticarlo” (Anónimo)

“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos” (Martin Luther King)

miércoles, 20 de septiembre de 2017

¡CONSULTA POPULAR! - ¿PARA QUÉ?



La consulta popular es un mecanismo previsto en la Constitución Política del Ecuador, artículo 103 que dice “…La decisión adoptada será obligatoria si el pronunciamiento popular contare con el respaldo de la mayoría absoluta de votantes”

El artículo 104 de la referida Constitución determina: “El Presidente de la República podrá convocar a consulta popular en los siguientes casos:

1.      Para reformar la Constitución, según lo previsto en el artículo 283.
2.      Cuando, a su juicio, se trate de cuestiones de trascendental importancia para el país, distintas de las previstas en el número anterior“

El mencionado artículo 283 es una camisa de fuerza que impide que el pueblo y el Presidente en su caso particular, resuelvan proponer reformas de fondo, sin antes contar con el visto bueno de la Asamblea Nacional vigente, que tiene mayoría del movimiento político “Alianza  País“ al cual pertenece el actual gobernante.

Luego de una década de debacle institucional (2007-2017) en el Ecuador, obra del anterior gobierno perteneciente al mismo movimiento político, cabe preguntarse: ¿Es viable que el actual gobernante proponga e impulse reformas fundamentales, a través de una consulta popular, contando con la venia de la Asamblea Nacional y que con las mismas se busque restituir la destruida institucionalidad, cuando aún permanece incólume la estructura partidista de Alianza País en los cinco poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y de Participación Ciudadana)?

¡La respuesta es no!

El  ecuador no necesita medidas cosméticas, parches que frenen de alguna manera el gran descontento popular existente por la mega corrupción que dejó de herencia el anterior gobierno y que no tiene visos de judicializarse bajo la real tipificación jurídica en función de la naturaleza de los delitos cometidos, por la aparente complicidad de la Fiscalía, Organismos de Control y la Función Judicial.

La brumosa luna de miel que existe entre el actual gobierno y una buena parte de la ciudadanía, especialmente por la forma de relacionarse, es un dique de débil resistencia que puede ceder en corto plazo si no hay un verdadero “cambio”

Para que tenga sentido y contribuya a cimentar las bases de una verdadera democracia republicana, Ecuador necesita que la consulta popular, contenga temas que permitan realizar reformas estructurales que desaten la camisa de fuerza que los socialistas del siglo XXI, introdujeron en la Constitución Política hiperpresidencialista del 2008 y las posteriores reformas a la misma realizadas por la Asamblea Nacional sumisa al Gobierno.

La única vía posible y eficaz para cambiar el “statu quo” debería nacer de la movilización ciudadana, pacífica pero firme, que exija desmontar el andamiaje de Leyes y vínculos de hermandades, que han sido creados por un ex – presidente y una corte de sumisos y cómplices, con el propósito de controlar el poder total a cualquier costo (autocracia) y por un largo tiempo.

No existe actualmente en el Ecuador la menor confianza en:
·       
  •          La Asamblea Nacional y la mayoría de sus integrantes;

  • ·        La estructura de la Función Judicial, muchos de sus miembros y su falta de independencia;

  • ·    La estructura del Consejo Nacional Electoral, sus integrantes y su falta de transparencia e independencia; y,

  • ·        La estructura, competencias y propósitos del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y su evidente complicidad en la elección de altos funcionarios de otros poderes del Estado.

Nada de esto será posible cambiar con una consulta popular que sea tamizada en la Asamblea Nacional,  que no acabe de raíz con toda la red de complicidad forjada. La cirugía mayor debería empezar por dejar cesantes en sus funciones, ahora, a la gran mayoría de los actuales funcionarios de alto rango del poder ejecutivo (que trabajaron en el gobierno anterior) y a todos los altos funcionarios de los otros poderes del Estado.

Lo contrario solo será una función de fuegos pirotécnicos.

“Todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira para que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazando los designios“(Diego de Saavedra Fajardo)

jueves, 31 de agosto de 2017

¡CORROMPIERON AL ECUADOR!



La década transcurrida entre los años 2007 a 2017 en el Ecuador, podría recalificarse como: “década corrupta” y debería ser para el olvido, pero la realidad de su implicación en la sociedad, impide este propósito por innumerables hechos ocurridos en este período, la mayoría de ellos negativos para el país en su conjunto, destacándose en particular la corrupción galopante que llegó a corroer hasta los cimientos de la nación, todo gracias a la insurgencia del peor de los populismos conocidos en su historia republicana.

Los hechos hacen pensar que todo se inició con un plan minuciosamente elaborado por los politiqueros de siempre, aquellos que nunca llegaron al poder, pero que tenían ansias locas por alcanzarlo: ex – guerrilleros, resentidos sociales, comunistas, socialistas, anarquistas, arribistas, insurgentes, politiqueros fracasados, etc. Esta situación coincidió en el momento exacto cuando se arrastraba un largo período de inestabilidad política, económica y social en el país y que se evidenciaba en el descontento popular acumulado por causa de los desgobiernos que fueron expulsados del poder, por su ineficiencia e inexperiencia, entre otros aspectos.

Consiguieron que se desestabilice el Congreso Nacional, sustituyendo a los miembros principales por los suplentes, penetraron la justicia para conseguir jueces obedientes, coptaron los organismos de control, engañaron al pueblo con consignas nacionalistas, con un discurso trillado y fuera de contexto en pleno siglo XXI, como luchar contra el imperialismo yanqui, la clase media alta y los empresarios que tenía mucho dinero, calificándoles de “pelucones”, creando así una división de clases entre pobres y ricos, buenos y malos, nacionalistas y pro – imperialistas, sumisos al gobierno y opositores por disentir de sus postulados, etc.

Implantaron la idea que era necesaria una asamblea constituyente, para dibujar una constitución hiperpresidencialista, con la cual debilitaron a los poderes legislativo y judicial, además de adecuar la legislación de todos los organismos de control del estado. Pero también crearon otros dos poderes, la Función de Transparencia y Control Social y la Función Electoral, con fines de consolidar el poder total.

Modificaron leyes y normas de manera de poder viabilizar el control que la función ejecutiva tendría sobre las otras funciones del estado, estableciendo un sistema de aparente “meritocracia”, mediante el cual llegaron a ocupar la gran mayoría de las distintas dignidades en todas las funciones del estado, curiosamente con  gente afín al gobierno, colonizando todo el andamiaje público, para poder ejercer desde el poder ejecutivo la voluntad de un gobernante autócrata.

La bonanza económica, especialmente por los altos precios del petróleo exportado, más la alta carga impositiva y el endeudamiento interno y externo, fueron las fuentes que llenaron las arcas fiscales de dinero que se dilapidó, primordialmente en obra pública, la misma que se evidencia que no fue adecuadamente planificada, sin priorización y jerarquización, sin un adecuado análisis de costo-beneficio, ni estudios técnicamente realizados, creando en la mayoría de ecuatorianos una suerte de encantamiento de estar frente a un gobierno proactivo y exitoso, preocupado por la modernización y el crecimiento del país.

Paralelamente, cabe suponer que la intención objetivo fue construir un andamiaje que permitió que la corrupción florezca, especialmente en la obra pública, que facilitó el  contubernio entre lo público y lo privado, con la ejecución de obras faraónicas (la pseudo refinería del Pacífico), obras innecesarias (aeropuertos inutilizados: Tena y Santa Rosa), hidroeléctricas con enormes sobrecostos (Coca Codo Sinclair, San Francisco, Manduriaco, etc.), planta de gas con graves fallas de construcción (Bajo Alto), etc. etc., son innumerables los casos también en otros sectores de la economía, que se encuentran bajo procesos judiciales o en los cuales hay fuertes evidencias de corrupción.

Se privilegió la participación e injerencia relevante de las empresas extranjeras pertenecientes a países afines al gobierno nacional y/o a ciertas empresas privadas, nacionales y extranjeras, impidiendo de esta manera la participación de la gran mayoría de empresas privadas nacionales, que en algunos casos terminaron siendo subcontratadas por las del exterior para la ejecución de la obra de infraestructura física, con obvios sobrecostos.

La “década corrupta” (algunos sumisos dirán que es cuestión de semántica) sustituye a la “década ganada” y paulatinamente los casos de corrupción pública van saliendo a la luz, existiendo ya varios casos que se encuentran con procesos judiciales.

Por ciertas evidencias perecería ser que se trata de solo la punta del iceberg de la mega corrupción perpetrada y que tiene su epicentro en la obra pública, la cual de manera especial deberá examinarse mediante auditorias técnicas independientes y de procedencia extranjera, para determinar con objetividad la real dimensión del perjuicio causado al país y procesar a los responsables (funcionarios públicos y empresarios privados) para que mediante una justicia “independiente” no quede en la impunidad el inmenso latrocinio perpetrado al país.

Corrupción no solo es entre otras definiciones la apropiación indebida de recursos, en particular del dinero de otros (del pueblo) en el caso que nos ocupa, también es:
·    Dejar en la impunidad los casos que han sido evidenciados y aquellos que surjan de auditorías técnicas, independientes y que realicen técnicos extranjeros calificados.
·    No judicializar los casos descubiertos, tipificando correctamente el tipo de delito cometido y sancionarlos con todo el rigor de la Ley.
·     No recuperar para el país, los dineros y bienes mal habidos, mediante una Ley de extinción de dominio, que persiga el dinero y los bienes de los involucrados en los diferentes tipos de delitos penales, sin que exista lugar a prescripción de las acciones judiciales que  correspondan, a fin de recuperar los recursos robados al pueblo.

Pero paralelamente, es de crucial importancia que la sociedad en su conjunto, lo público con lo privado, inicien una campaña intensa y de largo aliento que llevará décadas, con el propósito de educar a las nuevas generaciones de ecuatorianos en principios y valores, éticos y morales. Sin este elemento, la corrupción no solo que no se erradicará, sino que crecerá más y más, hasta convertirse en una suerte de metástasis.

Para desgracia de América Latina y de algunos países de otros continentes, el populismo y la pérdida y/o ausencia de educación en principios y valores en una buena parte de la población, es el caldo de cultivo para que individuos audaces y que se creen mesiánicos, engatusen a la gente, atropellen la democracia y sus fundamentos, para terminar como lo que realmente son, unos vulgares “ladrones”.

“El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva es que el fin justifica los medios” (Georges Bernanos)

“El poder no corrompe. El miedo corrompe, tal vez el miedo a perder el poder” (John Steinbeck)