Según la Real Academia
Española – RAE, la palabra “revolución” en una de sus acepciones significa: “cambio
profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas
de una comunidad nacional”
Si retrotraemos esta
definición a lo acontecido en el Ecuador en el período 2007 – 2017 (la rebautizada “década perdida”)
se podría afirmar que la única revolución propiamente dicha es la que se
produjo con la corrupción.
La corrupción desde lo
conceptual tiene diferentes caras o aristas, cabe señalar algunas de las más
visibles:
Cleptocracia.- Se define
como forma de corrupción política, se da cuando en un Estado todos los poderes están
involucrados en actos ilícitos, se ha institucionalizado la corrupción.
Nepotismo.- Esta figura da cuenta del uso del poder para favorecer con
cargos públicos a los familiares, amigos y miembros de los partidos o
movimientos políticos.
Plutocracia.- La captación del poder político deviene del apoyo de
aquellos que ostentan mucho poder económico y que apoyaron la ascensión a
determinados sujetos políticos, para conseguir posteriores retribuciones
económicas de ellos.
Clientelismo político.- El apoyo recibido para alcanzar el poder
político se retribuye con favores a quienes respaldaron su consecución.
Tráfico de influencias.- La relación surgida entre políticos y
quienes apoyan cercanamente a determinados candidatos, se retribuye con el
direccionamiento intencional para favorecerlos con empleos públicos, contratos,
etc.
Uso ilegal de información confidencial.- Busca sacar réditos del
acceso a información privilegiada, obtenida producto de las funciones o relaciones
con quienes tienen acceso a la misma.
Soborno.- Entregar dinero o regalos a personas con el fin de
conseguir prebendas para sí o para terceros.
Testaferrismo.- Prestar el nombre para formar una compañía,
negocio, contrato, etc. que en realidad pertenece a un tercero.
Se podría afirmar con alto
grado de acierto que la única revolución visible en el Ecuador en la década
2007 – 2017 fue la de la corrupción en todas sus formas, como algunas de las
anteriormente descritas, que se dio en los cinco poderes del Estado vigentes de
acuerdo a la Constitución hiperpresidencialista de 2008 y, que abarcó a los sectores: económico, político, social, cultural y ambiental.
Nunca antes en la historia del
país se habían producido centenas de casos de latrocinio, denunciados con
claras evidencias, pruebas y actores, que demuestran que hubo una rigurosa
planificación concertada de funcionarios públicos para cometer delitos
relacionados con actos de corrupción, en contubernio con lo privado (personas
naturales y jurídicas, nacionales y extranjeras).
En la actualidad los casos
judicializados son pocos, por la indolencia de las autoridades de control,
muchas de ellas sumisas al poder ejecutivo, que en complicidad con la “justicia”
miraron al costado en unos casos y encubrieron en otros, para no perder el
cargo al que habían llegado no por méritos éticos y académicos, sino por su
capacidad de sometimiento y obediencia.
Sería objeto de varios libros
exponer los casos de corrupción descubiertos, la creatividad demostrada para
con impudicia apoderarse del dinero del pueblo, al que tanto encandilaron con
promesas huecas, mentiras y engaños, acudiendo a lo emocional para crear las
falacias de: ricos contra pobres, buenos contra malos, amigos contra enemigos,
logrando que aflore en mucha gente escondidos sentimientos de amargura, envidia,
resentimiento, frustración, para captar adhesiones y protección a su proyecto
político autócrata.
La lista de ilícitos que se
persiguen en los pocos casos judicializados hasta la presente fecha son:
cohecho, peculado, concusión, lavado de activos, enriquecimiento ilícito,
delincuencia organizada, asociación ilícita, juicio penal por la paralización
del servicio público, demanda civil para recuperar pérdidas, plagio, etc.
Están involucrados en actos
ilícitos: el Vicepresidente de la República, ministros, jueces, viceministros,
gerentes de empresas públicas, funcionarios de segundo y tercer nivel y asesores
del gobierno en general, parientes de funcionarios públicos, empresas
nacionales y extranjeras.
La obra pública en particular
fue el botín preferido por los corruptos, pero no se escapo del pillaje ninguna
actividad, algunos ejemplos a citar: aeropuertos, planta de gas, carreteras,
refinerías y seudorefinerías, acueductos, escuelas, universidades, edificios,
poliductos, trasvases de agua, túneles, ambulancias, hospitales, medicinas, chalecos
para la policía, emergencia judicial, seguro social, armamento militar, sillas
de ruedas, vehículos, abonos, telecomunicaciones, bancos, pases policiales,
comisarías, enriquecimiento de funcionarios públicos, falsificación de títulos
profesionales, creación de empresas offshore, minas de oro, plata y cobre,
petróleo, telefonía, etc. la lista en interminable.
Solo el tiempo lo dirá, pero
es evidente que sofisticaron la corrupción, elevándola al plano de verdadera
revolución. No se les escapó nada y con el cinismo propio del culpable niegan
una y mil veces su vinculación, cambian las versiones, se desmienten a sí
mismos y desconocen videos, conversaciones, correos electrónicos,
autorizaciones emitidas, que los involucran, hasta llegar al desparpajo de sostener
que las atribuciones y competencias que emanan de cargos asumidos, no les
confieren responsabilidad alguna???
En un país demócrata y
republicano, la justicia debe controlar al poder y no el poder a la justicia,
sino cambia esto que es esencial para la supervivencia de la libertad, junto
con la independencia real de los poderes que emanan de la Constitución y su
contrapeso, estamos cerca de llegar a un Estado fallido.
¿Dónde quedó la ética y la
moral?
“Si no tienes voluntad para
cambiarlo, no tienes derecho a criticarlo” (Anónimo)
LA CORRUPCIÒN ES UN FLAGELO NACIONAL, MUCHO AMARRE.
ResponderEliminarNO ES REVOLUCIÒN CIUDADANA, ES REVOLUCIÒN CORRUPTA.
ResponderEliminarLOS DESHONESTO TIENEN QUE TERMINAR EN LA JUSTICIA, NO PUEDE HABER IMPUNIDAD.
ResponderEliminar¡Que devuelvan la plata robada y vayan a la cárcel los ladrones del dinero del pueblo!
ResponderEliminarAPLIQUEN LO QUE DECÍA CORREA, NI PERDÓN NI OLVIDO, PERO PARA ÉL Y SUS COMPAÑERITOS.
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