En la historia de la humanidad se han registrado múltiples
pandemias sanitarias, producto de los virus que han afectado a la salud de los
seres humanos (peste bubónica, viruela, cólera, fiebre amarilla, “gripe
española”, VIH, COVID-19, entre otras)
La actual pandemia del COVID-19, sin que hasta la presente
fecha se presente como la más mortal, posiblemente ha causado los efectos más
perniciosos en todo el mundo, por el pánico a enfermarse, los muertos y los
graves impactos en lo económico y social.
¿Por qué?
La globalización ha permitido que el vertiginoso avance de la
tecnología producida en las últimas cinco décadas, entre otros aspectos, en el
transporte, la comunicación y la información, acerque a los habitantes de los
países de todo el mundo, por vía aérea, terrestre y marítima en unas pocas
horas. La movilidad de las personas por motivos de negocios y turismo es vital
para las economías de los países en todos los continentes.
Pero sin menospreciar el efecto negativo que está produciendo
el COVID-19 a nivel mundial en lo económico, político y social, debe ser
también motivo de enorme preocupación, el nocivo impacto que tienen las otras
pandemias que llevan mucho tiempo carcomiendo a la sociedad mundial.
LA POLÍTICA: Las doctrinas políticas que han
surgido en el mundo, como normas para el manejo de la cosa pública, han
devenido en medios practicados por caudillos, autócratas, élites,
principalmente, para fines de captura del poder y acumular riqueza.
Los aportes de los filósofos griegos: Platón, Sócrates y
Aristóteles, para que en una sociedad deba existir: justicia, moral, bien (en
la teoría de los valores, es positivo) etc. han caído en saco roto en el mundo
actual.
Las “seudodoctrinas” seguidas por los políticos desde hace
mucho tiempo atrás, y que deberían ser mejor definidas como politiquerías
(“Hacer política de intrigas y bajezas”-definición de la Real Academia Española
de la Lengua - RAE) constituyen una real y funesta pandemia, que se evidencia
día a día.
La ausencia de liderazgo en la gran mayoría de países del
mundo y en particular en las grandes potencias, puede traer consecuencias
nefastas para la supervivencia del planeta (guerra mundial: nuclear-biológica,
cambio climático por acciones de los seres humanos, sobre explotación de recursos naturales,
entre otros)
También la asociación ilícita entre el poder político con el
poder económico, conlleva a que se acentúe cada vez más la desigualdad, entre
pocos que acumulan la mayor riqueza y muchos que tienen la mayor pobreza.
Aquí radica la fuente de la corrupción en el mundo y, es más
evidente en los países emergentes y de menor desarrollo relativo.
LA DESIGUALDAD: Según la Oxfam International, 2.153
millonarios del mundo poseen más riqueza
que 4.600 millones de personas (60% de la población mundial)
También destaca que en América Latina y el Caribe el 20% de
la población tiene el 83% de la riqueza. Para el año 2019 en la región 66
millones de personas, o sea el 10.7% de la población vivía en extrema pobreza.
¿Qué hacen los gobiernos para reducir esta lacra de la
sociedad?
¡Nada o casi nada!
La indolencia y la indiferencia de gobernantes mediocres,
populistas y corruptos, acaban con la esperanza de los pueblos, los que con
carencia de una buena educación y quemeimportismo, fallan una y otra vez,
votando en las urnas por malos candidatos, y seducidos por promesas irreales,
mañosas, revanchistas de politiqueros de oficio.
Es la masa (Gran conjunto de gente que por su número puede
influir en la marcha de los acontecimientos –RAE) la razón por la cual a la
mayoría de los políticos, no les interesa impulsar la educación de sus pueblos.
Este aserto se refleja en la poca asignación de recursos que en los
presupuestos del Estado, se destinan para la educación.
CORRUPCION: La generalidad de los países en el
mundo tiene sistemas tributarios que en una u otra medida permitirían que los
gobiernos de turno, aseguren con la adecuada planificación y transparencia, la
provisión de servicios sociales, obras de infraestructura y generación de
empleo privado, a través de políticas
públicas concertadas, sostenibles y de largo plazo.
Pero la realidad nos muestra que en pocos países en el mundo,
existe un adecuado uso de los recursos públicos y por ende existen buenos
servicios sociales e infraestructura, que permita a sus ciudadanos tener una
buena calidad de vida. Un ejemplo son:
Canadá, Suecia, Dinamarca, Noruega, Suiza, Finlandia, Australia, Holanda, Nueva
Zelandia, Alemania, principalmente.
¿Cuál es la causa principal, que impide que en la gran
mayoría de países del mundo no exista un adecuado estándar de vida para la
población?
¡La corrupción!
Las mafias organizadas entre funcionarios públicos y
empresarios privados, para robar los dineros públicos, a través de: la obra
pública, la evasión tributaria, el lavado de dinero, entre otros aspectos, es
el cáncer de la corrupción que ha producido metástasis en la sociedad de muchos
países.
Incluso, estando inmerso el mundo en plena pandemia del
COVID-19, se van descubriendo casos de corrupción, sin que importe el dolor
humano, la crisis económica por la que atraviesan: personas, empresas y las
arcas fiscales, los corruptos están activos, como siempre.
CAMBIO CLIMÁTICO: El mundo enfrenta el mayor desafío
de su historia a consecuencia del cambio climático, al respecto, la
Organización de las Naciones Unidas-ONU, en su último informe de 2019, señala
que existen tres factores que están afectando principalmente al clima mundial,
y que según los científicos expertos en el tema son:
1.”La concentración de GEI en la atmósfera terrestre está
directamente relacionada con la temperatura media mundial de la tierra; (*)
2. Esta concentración ha ido aumentando progresivamente desde
la Revolución Industrial, y con ella, la temperatura del planeta;
3. El GEI más
abundante, alrededor de dos tercios de todos los tipos de GEI, es el dióxido de
carbono (CO2) que resulta de la quema de combustibles fósiles.”
(*) GEI= gas de efecto invernadero.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC) en 1992 reunió a 197 países para lograr un acuerdo sobre el
tema.
Fue el Acuerdo de París realizado en 2015, el que involucró a
todas las naciones del mundo, el hecho que marcó un hito para tomar decisiones
efectivas, para contrarrestar los efectos negativos registrados del cambio
climático en el mundo, comprometiéndose los países a mantener el aumento de la
temperatura mundial por debajo de 2 grados centígrados.
Expertos a nivel mundial en el tema, sostienen que el techo
del aumento de la temperatura mundial debería estar por debajo del 1.5 grados
centígrados.
Sin embargo algunos países (grandes productores de petróleo)
como: EE.UU., Rusia, Arabia Saudí y Kuwait, han ignorado el compromiso
adquirido y continúan contaminando el planeta con la provisión de combustibles
fósiles, y son renuentes a reducir la meta de la temperatura mundial de 2 a 1.5
grados centígrados.
Los políticos por razones obvias contradicen las
investigaciones científicas y sus recomendaciones sobre este serio problema que
afecta a todo el planeta tierra, y en particular a las personas, animales y
plantas.
¿Acaso estas pandemias sociales tienen la misma visibilidad
en los medios de comunicación públicos y privados, y en particular en las redes
sociales, que el COVID-19, los espectáculos: políticos, deportivos, artísticos,
musicales, farándula, certámenes de belleza, etc.?
¿No debería concienciarse a la población mundial sobre los
efectos catastróficos que dejamos en herencia a nuestros hijos, nietos,
bisnietos y demás seres?
¿Qué nos pasa como sociedad consumista depredadora?
¿En qué estamos aplicando la inteligencia los seres humanos?
“Me gusta más la crítica aguda de un hombre inteligente que
la aprobación irreflexiva de las masas” (Johannes Kepler)
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