lunes, 13 de agosto de 2018

ECUADOR: ¡ECONOMÍA Y JUSTICIA!

La historia política, económica y social de Ecuador parecería que tiene cierta similitud a la narrativa del poema épico de la mitología griega“La Odisea”, atribuido al poeta Homero.

El personaje central de la obra en mención, Odiseo (Ulises) en su viaje de regreso a su patria luego de la guerra con Troya, es impedido de llegar a las costas de su tierra Ítaca por muchos años, por venganza de Poseidón dios de los mares.

La tragedia de Ecuador es que no ha podido salir de la condición de país subdesarrollado y llegar a mejor destino, pese a contar con enormes riquezas naturales, diversidad geográfica, potencialidad turística, etc., por causa de los politiqueros mediocres y corruptos que han gobernado a esta nación.

Los partidos y movimientos políticos se han constituido en una casta privilegiada, que han medrado de las riquezas naturales y de la ingenuidad de nuestro pueblo.

La corrupción es el foco maligno que se ha propagado en el cuerpo del estado ecuatoriano, convirtiéndose en una metástasis, con la colaboración de la injusticia.

El país necesita de una verdadera catarsis que elimine de raíz la causa de todos nuestros males: que no es otra que la clase política vigente y sus nefastos intereses de grupo y personales, que impiden alcanzar acuerdos que permitan cambios profundos y permanentes, a través de consensuar políticas públicas de largo plazo.

La economía se encuentra en cuidados intensivos y los médicos aplican remedios caseros para curar heridas profundas, de diagnóstico estructural.

Ante la ausencia de un plan económico integral, vemos como se aplican paliativos que no atacan las causas de la crisis económica y social que se refleja en una lacerante desigualdad en el reparto de la renta.

La educación tiene que ser el eje trasversal a todos los demás componentes del plan económico integral de largo plazo a construirse.

La ausencia de un sistema que reduzca gradualmente los altos niveles de pobreza y la desigualdad de ingresos, obligan al replanteo de los objetivos distributivos de la política fiscal, dentro del plan económico integral.

El país no cuenta con estadísticas actualizadas y confiables que permitan determinar con alto grado de certeza, por ejemplo, a través de la curva de Lorenz y el índice de Gini, la lacerante desigualdad existente que afecta en mayor grado a la población más vulnerable.

A mayo de 2018, desde el Ministerio de Finanzas se anunciaba que el endeudamiento público era el 57% del PIB y que el déficit fiscal representaba el 5.64% del PIB.

En la actualidad el país tiene entre otros, tres problemas serios que conspiran en su afán de buscar liquidez: a) apreciación del dólar que encarece las exportaciones, b) alza constante de la tasa de interés en EE.UU. (rango de 1.50 a 1.75%. Analistas estiman que llegue al 3.00% para 2019) lo cual incrementa el costo del servicio de la deuda externa, y c) la iliquidez de los mercados financieros mundiales, limitan la viabilidad de endeudamiento externo y si se lo obtendría, sería con términos y condiciones onerosas para el país.

Si añadimos a los factores antes mencionados, temas de carácter deontológico como deberes, normas, etc., estaríamos ubicándonos en el ámbito de la ética que trata desde una visión filosófica sobre el bien y los fundamentos de los valores.

La axiología o teoría de los valores nos conduce a la frontera de lo moral, nos permite analizar nuestros comportamientos, actitudes, en función de nuestra realización como individuos, como personas.

Dentro de esta categorización tiene especial importancia la justicia, definida como un valor vital. Platón en su obra “La República” otorga especial atención al tema en el subcapítulo sobre la justicia, al señalar que todas las virtudes se basan en la justicia.

En la justicia como en otras virtudes la rectitud es una constante, y en esencia, el objeto en si mismo de la justicia es el derecho.

Para Aristóteles la justicia distributiva es la manera justa en que se distribuyen los bienes en una sociedad.

Ya desde la Grecia antigua se definía filosóficamente la relevancia de los valores, los mismos que han sido permanentemente devaluados siglo tras siglo hasta llegar a nuestro presente, donde “tener” es más importante que “ser”.

Ecuador no es la excepción en el mundo, la justicia ha sido reemplazada por la injusticia, la ilegalidad, la arbitrariedad.

Nos encontramos en un punto de inflexión en Ecuador, o cambiamos radicalmente las reglas de juego vigentes a través de una Asamblea Constituyente “no institucionalizada” que surja de manera espontánea, con la participación ciudadana y sin que medie regulación alguna, para enterrar la oprobiosa constitución vigente desde 2008.

¡Requisito sine qua non es que los partidos y movimientos políticos vigentes, sean excluidos por sus antecedentes, del manejo y control de este ejercicio democrático!

Hay que volver a instaurar los tres poderes del estado, con el debido contrapeso:
-Legislativo (dos Cámaras: Diputados y Senadores);
-Ejecutivo; y,
-Judicial.           

Los constituyentes deberían ser ciudadanos que surjan de todos los estamentos sociales y que reúnan requisitos básicos, tales como: demostrada integridad, conocimientos y experiencia en determinadas materias, no afiliación política alguna, no estar incursos en procesos judiciales derivados de delitos punibles, entre otros.

La institucionalidad debe ser cuidada y preservada, blindándole del asedio de oportunistas demagogos, que hacen uso de prácticas populistas para engatusar a un pueblo bueno, pero carente de educación y cultura.

Todo cambia para que nada cambie, parece que el “gatopardismo” vive en su esplendor, se robaron recursos públicos por aproximadamente 30.000 millones de dólares de Norte América, en la década 2007-2016, y no se ha recuperado un solo dólar.

¿Qué hay de la promulgación de una Ley de Extinción de Dominio, encajonada por más de 10 años?

“Hacer depender la justicia de las convenciones humanas es destruir la moral” (Cicerón)

3 comentarios:

  1. La crisis en el mundo es de valores éticos y morales, la desigualdad es una bomba de tiempo que tarde o temprano estallará, en la cara de los políticos.

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  2. NUESTRO PAÍS EN UNO DE LOS QUE LA INEQUIDAD, LASTIMA LA CONCIENCIA DE POCOS.

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  3. LA INEQUIDAD ES LA LACRA DE UN PAÍS RICO EN POBREZA.

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