La Real Academia de la Lengua-RAE en su Diccionario de la
Lengua Española, define a la incertidumbre como: “Falta de certidumbre”
En otras palabras la incertidumbre es la ausencia de certeza,
que la RAE explica en sus acepciones como: “Conocimiento seguro y claro de algo”
y “Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar”
Se dice con propiedad que la única certeza en la vida es la
muerte.
En todos los ámbitos de la vida, sea esta: humana, animal o
vegetal, la certidumbre que tenemos es que tiene término, fin, límite, o sea,
es finita.
Si nos circunscribimos a los aspectos económicos, sociales y
políticos, es apropiado y determinante considerar que el factor incertidumbre
es una constante que tenemos que considerar para cualquier plan económico y
social, presupuestos públicos y privados, planeación estratégica, etc.
De igual manera en el terreno de lo político, nada es
predecible con exactitud, de allí que a manera de ejemplo: las encuestas sobre
tal o cual candidatura, generalmente fallan, pese a que algunas son realizadas por
firmas serias, de manera
técnica y, a que políticamente, supuestamente puedan ser pronosticables.
Trabajar bajo incertidumbre es saber que lo imprevisible
ocurre frecuentemente debido a factores endógenos y exógenos. No se puede
determinar el futuro.
En materia económica
es usual contar con el factor incertidumbre como una constante, la que debe ser
considerada como una ayuda para afinar los supuestos que construyen un modelo,
plan o presupuesto.
La planificación es la herramienta vital que sobre presupuestos
medibles, coadyuva a que los objetivos y metas formuladas tengan un mayor o
menor margen de acierto o de error.
La estadística es una de las herramientas de las matemáticas,
que nos ayuda a construir proyecciones económicas y sociales, a través de la
captura y ordenamiento de datos desde una perspectiva cuantitativa.
También desde la óptica estadística (datos) podemos llegar a
inferir (cualitativamente) lo que pueden reflejar o deducir algo, en base a la
información recolectada. Por ejemplo si los censos de población nos dicen que
la pobreza o extrema pobreza, son significativas en un determinado país,
podemos inferir que la calidad de vida de esa población es mala o no aceptable.
En Latinoamérica lamentablemente las estadísticas en materia
social, aún dejan mucho que desear en la generalidad de los países, por lo que
atacar a las causas de la desigualdad, pobreza, marginalidad, acceso a
oportunidades, vulnerabilidad, etc., se vuelven más complicadas, sin contar con
el aporte de la ineficiencia y mediocridad de la clase política que llega al
poder.
El adecuado manejo de la contingencia (riesgo) es fundamental
para paliar en algo, los efectos que la incertidumbre crea en la cotidianidad.
La medición del riesgo es una condición imprescindible para
ajustar los planes y proyectos que en el terreno de lo económico y social se
quieran llevar a ejecución.
Pero es penoso palpar que el populismo con la ambición de
poder y riqueza de determinados “caudillos”, no solo han socavado la
institucionalidad en muchos países de América y Europa, principalmente, sino
que han destruido la base ética y moral de la sociedad, instaurando: “que el
fin justifica los medios”
Los últimos acontecimientos producidos en 2019 en países
como: Haití, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, entre otros, no solo son
producto del hartazgo con la clase política, la recesión económica o
decrecimiento de la economía, la corrupción galopante, sino que, constituyen también
la afrenta humana que significa la oprobiosa desigualdad social.
La inversión externa es una de las variables más importantes,
y es esquiva para la mayoría de países latinoamericanos.
Luego de los acontecimientos del 2019, el alto riesgo país y la elevada
relación deuda total/PIB, hacen improbable que existan flujos importantes de
inversión directa extranjera hacia la región, y si se diera, sería a altas
tasas de interés y a corto plazo, con pignoración de commodities (petróleo,
cobre, etc.)
La inseguridad jurídica y la falta de credibilidad en la
clase política, está pasando factura a América Latina y como resultado de todo
ello la incertidumbre se ha instalado en la sociedad con mayor profundidad e incidencia
que en el siglo XX.
“SE MIDE LA INTELIGENCIA DEL INDIVIDUO POR LA CANTIDAD DE INCERTIDUMBRES QUE ES CAPAZ DE SOPORTAR” (Immanuel Kant)