domingo, 14 de febrero de 2021

ECUADOR: ¡CAOS ELECTORAL!

Si se quiere aprender: ¿Cómo crear caos en un proceso electoral? Hay que remitirse a Ecuador.

El Génesis de esta debacle está en la Constitución Política del año 2008, cuando gente ideologizada y trasnochada, legisló como poder del Estado a la función electoral.

A partir de esta Constitución Política, que es un mamotreto reglamentado, lleno de artificios y palabrería sin sentido, contradictoria, que confunde y destruye reglas gramaticales, se vino el desastre.

El correísmo metió mano no sólo en la justicia, sino también en el “poder electoral” y la conformación del Consejo Nacional Electoral – CNE, ha sido de manera permanente, con gente afín al ejecutivo, legislativo y a los partidos y movimientos políticos.

La historia reciente en materia electoral en Ecuador da cuenta de la mafia que se enquistó y manejó de manera nada transparente los últimos procesos electorales.

Para las elecciones de 7 de febrero del año 2021, fue evidente que la mayoría de los miembros del CNE no daban la talla por: sus antecedentes, compromisos políticos, falta de conocimientos y experiencia en la materia.

La erradas decisiones y mala organización del proceso electoral para las elecciones de presidente y vicepresidente, asambleístas y miembros del Parlamente Andino, pronto se evidenció.

Para que en Ecuador se cree un partido o movimiento político se requiere contar entre otros requisitos: con las firmas del 1.5% del padrón electoral vigente a la fecha; Esto significa un registro de aproximadamente 196.000 adherentes de un total de 13.1 millones de personas aproximadamente, habilitadas para sufragar.

El CNE no verificó la veracidad de estas firmas y la diáspora de partidos y movimientos políticos para las elecciones antes señaladas, dio como resultado la inscripción de 19 precandidaturas y finalmente la calificación de 16 de ellas para terciar en el proceso electoral de 7 de febrero de 2021.

Los “incentivos” para la creación de partidos políticos que se encuentran en la legislación vigente, ha dado como resultado que existan 24 partidos políticos y 259 movimientos políticos registrados a nivel nacional. Muchos de ellos debieron haber desaparecido si se aplicaba la normativa vigente de obtener al menos el 4% de los votos válidos en dos elecciones pluripersonales consecutivas a escala nacional u otros requisitos menos exigentes.

Esta es una de las formas de crear populismo en una democracia.

Si el padrón electoral sumaba 13.1 millones de potenciales sufragantes y si de esta cifra restamos el porcentaje de ausentismo 18.7% (porcentaje similar al de otras elecciones) los votos válidos darían un monto de 10.7 millones aproximadamente.

Resultaba previsible que la mayoría de los binomios presidenciables no alcanzaría el favor popular por la dispersión de candidaturas y su anonimato.

Tal es así que de las 16 candidaturas que terciaron en las elecciones pasadas: 7 tuvieron menos del 1% de los votos válidos; 4 registran entre el 1% y 2% de los votos válidos y otro binomio alcanza apenas el 2,14%.

Apenas 4 binomios logran superar la barrera del 15% de los votos válidos.

¡La gran mayoría de candidatos obtuvo menos del 10% de los votos (firmas) necesarias para tener vida política!

¿Cómo se explica esto?

En resumen:

Habrá segunda vuelta, la misma que se realizaría el 11 de abril de 2021.

El CNE y sus Miembros fracasaron rotundamente, al gestionar un proceso electoral opaco, sin la debida difusión que ilustre a los votantes (pese a lo cual los ciudadanos y en plena pandemia sanitaria acudieron a las urnas) hubo errores de fondo y forma: Declararon los binomios que irían a la segunda vuelta sin terminar el escrutinio?, error en la elaboración de la papeleta presidenciable en más de 600.000 unidades, errores de conteo de votos en las urnas, ausencia apreciable de firmas de los vocales de las mesas, muchas actas escrutadas con inconsistencias, fallas de escaneo, etc., etc.

El proceso aún no acaba y por lo pronto habrá que recontar el 100% de las actas en la Provincia de Guayas y el 50% de los votos de otras 16 provincias.

Y luego, ¿Qué?

Un triste panorama para un país que ha presenciado una vez más el sainete armado por los politiqueros y sus adláteres.

Los ecuatorianos lamentablemente no aprendemos a diferenciar a los candidatos buenos de los malos, a los que dicen la verdad de los que mienten, a los honestos de los corruptos. Acaso quieren repetir las consecuencias funestas para el país, en lo económico, político, social y moral, producto de un desgobierno delincuencial que dejó como herencia una década perdida (2007-2017)

Quienes no aprenden de la historia están condenados a repetir los errores de sus decisiones.

“La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido” (Milan Kundera) 

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