El mundo vive desde hace décadas una suerte de paradoja, la
clase política que se presenta como el medio más idóneo para dirigir el destino
de los pueblos y, a través de ellos, alcanzar el tan anhelado bienestar y progreso
de los ciudadanos. En la realidad se ha convertido en la rémora que impide ese anhelado
objetivo.
Se ha instalado la política en la sociedad como un paradigma
que no admite cuestionamientos, es una suerte de modelo y la base sobre la cual
se debe edificar el destino de una nación, una región, una provincia, un cantón,
una parroquia.
Resulta inadmisible que pese a que la historia demuestra a
nivel mundial que la política ha corroído hasta los cimientos a la democracia,
por los propósitos serviles de sus miembros que únicamente persiguen fines
partidistas e individuales de acumulación de riqueza y poder, que hasta la presente
fecha no se haya cambiado este falso paradigma.
¿Por qué se atribuyen los “políticos” la falacia de que están
predestinados a conducir el destino de los pueblos?
¿Qué suerte de magia han adquirido los “políticos” para
autocalificarse como redentores de la sociedad?
Los ciudadanos comunes: profesionales, académicos,
empresarios, sindicalistas, obreros, etc. Han sido excluidos de facto por los
políticos que manejan los poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, mediante
leyes y normas construidas por ellos y que determinan, la obligación de ser
parte de movimientos o partidos políticos para poder participar como
candidatos, en una elección nacional, provincial , cantonal, etc. ¿por qué?
Por que se han apropiado de la facultad de decidir sobre el
destino de la gran mayoría de los ciudadanos, bajo reglas de juego impuestas
para que sólo ellos y nadie más, conduzcan a un país.
Han vaciado el fundamento vigente en todas las constituciones
republicanas: “elegir y ser elegidos”, bajo la premisa de que los individuos
deben actuar como ovejas en un rebaño, debiendo someterse bajo el paraguas de
un partido o movimiento político, para poder aspirar a una dignidad de elección
popular.
Basta de este oprobio, hay que echar abajo este atentado a
los derechos universales de las personas, este paradigma exclusivo de los
partidos y movimientos políticos tiene que acabar, los individuos deberían
organizarse como ellos quieran, sin más requisito que su voluntad expresada
públicamente ante una autoridad notarial, para poder participar en cualquier
tipo de elecciones como candidatos y poder ser elegidos.
Reglamentar la forma de asociación, sus requisitos mínimos y
la operatividad, tiene que ser una tarea simple y expedita.
Es hora de acabar con las mafias de partidos y movimientos
políticos que se amparan en leyes creadas por “políticos” para políticos.
¡Se impone pensar seriamente en una asamblea Constituyente,
conformada por representantes de toda la sociedad, sin el control de miembros
de partidos y movimientos políticos, para elaborar una nueva y diferente Carta
Magna!
Hoy en día es penoso encontrar en muchos países del mundo, la
lacerante realidad de que la gran mayoría de la gente vive en condiciones de
pobreza e indigencia, desde hace décadas, pese a que en muchos de ellos,
existen enormes recursos naturales, los cuales han sido saqueados por la clase
política.
Se han aprovechado estos falsos mesías a través de la metamorfosis, que les ha permitido
engañar a sus conciudadanos, transformándose en personas aparentemente
diferentes a las que son en la realidad, mutando como hacen los animales de
apariencia para confundir, aparentando ser honrados, confiables y sinceros,
cuando en verdad son solo depredadores.
Otros políticos han acudido al mimetismo, adoptando como propios, comportamientos ajenos, igual a
lo que ciertos animales hacen para adaptarse a su entorno, y así escapar del
escrutinio público, mientras juegan con las necesidades de la gente y sus
angustias para subsistir. ¡El fin justifica los medios!
Pero también existen aquellos políticos camaleónicos que cambian de actitud y conducta, para adaptarse a
aquello que les resulta más ventajoso y lograr su objetivo supremo, riqueza y
poder, la vida política solo es el medio.
Es triste y traumático comprobar especialmente en nuestra
región latinoamericana, el resurgimiento de gatopardos. Recordemos la trama de
la famosa novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa ”EL GATOPARDO” (1958) y una
famosa expresión:”…Si queremos que todo
siga como está, es preciso que todo cambie”.
Los políticos han engañado a los pueblos con ofertas demagógicas
y clientelares, de la noche a la mañana han pasado de malos a buenos, de
revolucionarios a antirrevolucionarios, de socialistas a burgueses, etc. con el
mayor desparpajo, se atreven a desmentirse, pese a que la historia les tiene
registrados con evidencias, en fotos, videos, grabaciones y escritos.
Mientras no exista un pueblo educado, será la materia prima
para que los políticos existan, para que todo siga igual.
Luchemos por que el presupuesto para la educación sea la piedra sobre la que edifiquemos nuestra Nación.
COINCIDO CON EL AUTOR, HAY QUE QUITARLES ESTE MONOPOLIO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS.
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