Desde los albores de la humanidad una de las cualidades que
más se ha valorado en las relaciones individuales y de grupo, ha sido la
confianza.
Los seres humanos desde cuando carecían de conocimientos que
les permitiesen vivir de otra forma que no fuese de la cacería y/o pesca y formaban
pequeños grupos de hombres y mujeres nómadas, para poder sobrevivir, habían
descubierto que tenían que confiar mutuamente.
En otro estadio más avanzado de la historia de la humanidad,
cuando sus conocimientos crecieron y descubrieron como crear fuego, la
agricultura, el pastoreo, se transformaron en tribus y se volvieron
sedentarios.
Posteriormente, al formarse mayores concentraciones de seres
humanos que vivían unos con otros, fue necesario que existan reglas que
viabilicen una adecuada convivencia entre sus miembros, pero para que las
mismas se apliquen y respeten, era imprescindible la confianza y la necesidad de su
existencia.
La sociedad y las naciones se han construido sobre los
cimientos de la confianza.
Pero, ¿qué es la confianza?
Según la Real Academia Española de Lengua – RAE, en una de
sus acepciones, la confianza es: “esperanza firme que se tiene de alguien o
algo”
Muchas de las virtudes que adornan a los seres humanos y que
pueden estar presentes en el tiempo en cualquier sociedad, pasan a segundo
lugar cuando nace el germen de la desconfianza.
Las elecciones llevadas a cabo en Ecuador el 17 de febrero de
2017, bajo el control del Consejo Nacional Electoral-CNE, en particular el
escrutinio concerniente a la dignidad presidencial, fue objeto de
cuestionamientos por una buena parte de la ciudadanía, que acusó al ente
rector entre otros calificativos, de falta de transparencia.
El país vivió tensas semanas de movilización de personas
partidarias de movimientos y partidos políticos, así como de ciudadanos no
afines a la política, que desde el propio día 17 de febrero de 2017, sitiaron
la sede del CNE, acusándoles a sus miembros incluso de “fraude electoral”.
¿Cuál fue el detonante de esta cuasi rebelión?
No podría decirse con objetividad que el detonante haya sido la
“caída del sistema informático” por aproximadamente 20 minutos, cuando en el
conteo por parte del CNE de datos oficiales, el candidato opositor aventajaba al
candidato oficialista.
La causa primigenia se encuentra en que los miembros del CNE
a cargo del proceso electoral del 17 de febrero de 2017, no contaban con la confianza de una inmensa mayoría del
pueblo ecuatoriano, según lo reflejaban muchas encuestas realizadas con
anterioridad al proceso electoral antes mencionado y que daban cuenta de la poca
credibilidad que se tenía en sus miembros por su cercanía al gobierno de
Alianza País.
Un año después, esto es el 4 de febrero de 2018, el pueblo
ecuatoriano se encontrará ante un nuevo proceso electoral, la Consulta Popular
convocada por el actual Presidente de la República, que será administrada por
el mismo CNE que fue objeto de severas críticas.
Los ecuatorianos tienen total derecho en democracia a votar
“si o no” a las 7 preguntas de la Consulta Popular antes referida.
Independientemente de la relevancia que este nuevo proceso
electoral tenga para la vida democrática del Ecuador, adquiere substancial
importancia la credibilidad respecto a la forma y fondo del escrutinio a realizarse,
el mismo que debe llevarse a cabo con absoluta transparencia.
Traería tranquilidad y paz al país, si las autoridades del
CNE actúan con total imparcialidad y, a más de cumplir con lo que determinan
las Leyes sobre la materia y actuar con profesionalismo, como es su deber,
invitan a observadores internacionales de prestigio como: Naciones Unidas, Unión
Europea, OEA y personalidades de países que viven desde hace décadas en una
auténtica democracia, para así “recuperar la confianza perdida” y evitar que
existan dudas respecto a si se torció la voluntad del electorado.
“No me molesta que me
hayas mentido, me molesta que a partir de ahora no pueda creerte” (Friedrich
Nietzsche)
¡CONFIAMOS EN DIOS, PERO DESCONFIAMOS DE LOS POLÍTICOS AQUI Y EN TODO EL MUNDO!
ResponderEliminar¡PARA CONFIAR HAY QUE CREER QUE SE DICE Y PRACTICA CON LA VERDAD!
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