sábado, 14 de septiembre de 2019

ECUADOR: ¿SE DEBE CONCESIONAR LAS EMPRESAS PÚBLICAS?


En Ecuador y en muchos países del mundo y, en especial en los países latinoamericanos, pesan más los aspectos ideológicos y/o demagógicos a la hora de pronunciarse sobre la conveniencia o no, de que se concesione la construcción y/o administración de las empresas públicas.

El pragmatismo se coloca en segundo plano, lo que prima normalmente son factores políticos e intereses de grupos asociados a fines clientelistas o grupos de poder político-económico, que buscan sacar provecho de los recursos del Estado.

En la actualidad en Ecuador el Gobierno de turno estaría empeñado en llevar adelante un proceso de concesionar ciertas empresas públicas, en el ámbito de la administración de las mismas, por parte de empresas privadas extranjeras.

Extraoficialmente ha trascendido que entre otras, se podría concesionar la administración de las siguientes empresas públicas:

*CNT - CORPORACIÓN NACIONAL DE TELECOMUNICACIONES
*REFINERÍA DE ESMERALDAS
*TAME EP - LÍNEA AÉREA DEL ECUADOR
*CNEL -  CORPORACIÓN NACIONAL DE ELECTRICIDAD
*CELEC - CORPORACIÓN ELÉCTRICA DEL ECUADOR

Cabe señalar que la Constitución Política del año 2008, prohíbe privatizar las empresas públicas, de otra parte en la referida Carta Magna, se establece el rol del Estado en el sistema económico:

“Art. 314.- El Estado será responsable de la provisión de los servicios públicos de agua potable y de riego, saneamiento, energía eléctrica, telecomunicaciones, vialidad, infraestructuras portuarias y aeroportuarias, y los demás que determine la ley…”

“Art. 315.- El Estado constituirá empresas públicas para la gestión de sectores estratégicos, la prestación de servicios públicos, el aprovechamiento sustentable de recursos naturales o de bienes públicos y el desarrollo de otras actividades económicas…”

“Art. 316.- El Estado podrá delegar la participación en los sectores estratégicos y servicios públicos a empresas mixtas en las cuales tenga mayoría accionaria. La delegación se sujetará al interés nacional y respetará los plazos y límites fijados en la ley para cada sector estratégico. El Estado podrá, de forma excepcional, delegar a la iniciativa privada y a la economía popular y solidaria, el ejercicio de estas actividades, en los casos que establezca la ley…”

Es evidente que la “ideología” seudosocialista del socialismo del siglo XXI, puso su marca estatista en la referida Constitución de Ecuador del año 2008, a contracorriente de lo que pasa en el resto del mundo.

El sector privado constituye en los países que tienen un crecimiento sostenido de su economía, la locomotora que arrastra los vagones de los sectores de la producción y servicios. El rol del Estado es determinar las políticas públicas que deben ser concertadas con los otros actores de la sociedad y controlar el cabal cumplimiento de las Leyes y normas establecidas.

En este contexto, concesionar la administración de ciertas empresas públicas en Ecuador, per se no es bueno ni malo.

Sería bueno si previamente se dan algunos de los siguientes presupuestos:

1. Que las empresas públicas a seleccionar sean escogidas una vez que exista una evaluación de las mismas, en lo administrativo, técnico y financiero.
2. Que mediante una auditoría técnica y transparente, se determine la conveniencia económica y social para el país de cada una de las pretendidas empresas sujetas a   concesión.
3. Que la transferencia de la administración mediante la concesión, libere al Estado de la carga laboral.
4. Que todo el proceso de concesión al sector privado sea de absoluta transparencia y que todo proceso de licitación, concurso o sistema permitido por la Ley ecuatoriana se visibilice para conocimiento y seguimiento de la opinión ciudadana y órganos de control.
5. Que los bienes y/o servicios concesionados sean bajo la administración privada: eficientes, a tiempo y lugar, y a precios razonables.

En definitiva la concesión para el país debe medirse en función de obtener mejores servicios y al menor costo.

La concesión no puede ser “a dedo” o sea se debe transparentar a la opinión pública: “que no terminará en un negocio más entre funcionarios públicos, sus familiares y amigos o partidarios, que aprovechando la coyuntura logran hacer acuerdos de mutua conveniencia con inversionistas de dudosa trayectoria”

Como dice un viejo adagio: “No basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo”

“La habilidad de exponer una idea es tan importante como la idea en sí misma” (Aristóteles)

2 comentarios:

  1. Si es con transparencia y bajo análisis técnico y con costo-beneficio para el país, de acuerdo.

    ResponderEliminar
  2. ¡SÍ, PERO CON LAS CUENTAS CLARAS Y TRANSPARENCIA!

    ResponderEliminar