viernes, 13 de diciembre de 2019

AMÉRICA LATINA: ¿PREVALECEN LOS DERECHOS SOBRE LOS DEBERES?


Estamos en el siglo XXI, donde los avances tecnológicos nos abren muchas puertas al conocimiento universal, y entre otros prodigios, el traspasar las fronteras de nuestro planeta, sin embargo casa adentro, es frustrante constatar que los seres humanos estamos en un proceso de involución.

Los inventos no solo han producido mayor bienestar material, aunque a la par el armamentismo acelerado, más que una circunstancia que justifique un equilibrio para mantener la paz mundial, se ha convertido en una suerte de lotería, que por fines de lucro y codicia, ponen a la sociedad del mundo en un  grave estado de estrés.

Con posterioridad a la segunda guerra mundial y luego de ese holocausto, han germinado una serie de acciones de orden mundial y regional, en pro de buscar una sana convivencia humana.

Instituciones como las Naciones Unidas –NN.UU. y la Organización de Estados Americanos – OEA, para citar dos de ellas, entre otras finalidades, han puesto especial énfasis en la protección de los derechos esenciales del hombre en función de los atributos de la persona humana.

En el año 1948, en la Novena Conferencia Internacional Americana celebrada en Bogotá, Colombia, se aprobó “LA DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE”

Más allá del número de artículos en temas de Derechos (28) frente a (10) de Deberes, la temática y su contenido es por demás positiva. Las garantías que en su legislación contienen las normas de cada país, más lo que abarca la mencionada declaratoria  de la OEA, son aspectos de amplio conocimiento, y que han servido de base para la incorporación de los mismos, en mayor o menor grado, en todas las constituciones de los países miembros de la OEA.

En el mundo y en particular en Latino América, han proliferado las Organizaciones de Derechos Humanos, lo cual es meritorio, no así, el sesgo que manifiestan en la práctica la mayoría de Organizaciones Sociales y ONG’s, fruto de una carga ideológica de “izquierda trasnochada” que no juzga con la misma vara a las instituciones y personas.

Este aserto es consecuencia de la praxis evidenciada a través de muchos años en gran parte de los países latinoamericanos.

Solo en lo que va del año 2019, en los siguientes países: Ecuador, Chile, Haití, Colombia, Perú, Honduras, El Salvador, Venezuela, principalmente, se han producido serias y graves protestas con violencia, convulsión social y crisis política, con connotación nacional.

Algunas organizaciones sociales (sindicalistas, trabajadores de la industria y comercio, transportistas privados, entre otros) movimientos indígenas, partidos políticos de izquierda y populistas, han sido cabecillas de actos de insurgencia con el membrete de reivindicación social. Hasta allí comprensible, en razón de que muchos de los gobiernos de turno no han sido capaces de solucionar gradualmente la problemática social.

Las demandas no solo de estos actores sociales, sino de la inmensa mayoría de la población de estos países es justa, y tiene que ser visibilizada, pero en paz, con orden y, respetando los derechos de los demás.

¡Los derechos de una persona terminan donde comienzan los derechos de otra!

Es verdad que en algunos países se ha logrado disminuir en algo la pobreza, pero en contraste ha crecido la desigualdad.

Es un hecho que América Latina es la región más desigual del mundo y con la mayor corrupción.
Sin embargo el fin no justifica los medios.

En las protestas realizadas en meses pasados en los países mencionados, hubo infiltración extranjera de sicarios y mercenarios, que actuaron en unos casos junto a determinados “líderes” sindicales, indígenas, políticos, con el solo objetivo de crear el caos, sembrar miedo, destruir la propiedad pública y privada, paralizar el flujo de personas, bienes y servicios.

Se vejó y secuestró a policías, militares y funcionarios del Estado, cuya función por Ley es resguardar el orden público. (Ecuador)

Similar situación se dio contra periodistas y ciudadanos que con criterio y razón, daban cuenta de los hechos y llamaban a la paz y al diálogo. (Ecuador)

Fuerzas oscuras con mucho dinero y organización, manejaron desde el extranjero a algunos “tontos útiles” que fungían de ciudadanos pobres, que luchaban por los pobres. Vivarachos que aprovecharon las circunstancias para actuar en beneficio propio.

El corolario de lo anteriormente descrito, nos lleva a la pregunta siguiente: ¿Las Organizaciones de Derechos Humanos, nacionales y extranjeras, no tienen también la obligación estatutaria y moral de defender los derechos de policías, militares y ciudadanos afectados por los hechos de violencia?

¿Existen en el mundo y en nuestros países Organizaciones de Deberes Humanos que eleven la voz por el respeto a la vida, propiedad y a pensar distinto, de lo que quieren y piensan los agresores antes mencionados?

Los Deberes humanos van más allá de lo que proviene de la ética y moral.

Cabe resaltar tres deberes básicos que contiene la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (OEA):

1. Deberes ante la sociedad.
2. Deberes de obediencia a la Ley.
3. Deber de trabajo.

Estos Deberes son básicos para una sana convivencia humana y no fueron respetados en gran medida en los países anteriormente citados, causando gran conmoción social, enormes pérdidas económicas a empresas privadas, propiedad pública y a los ciudadanos que viven de su trabajo.

Muchos nos preguntamos si lo que se pretendió, y posiblemente se pretenderá a futuro, es instaurar el anarquismo en  nuestros países.

Si no se sanciona con ejemplaridad, aplicando todo el peso de la Ley a los cabecillas de las “protestas” y sujetos que cometieron actos como: destrucción de bienes públicos y privados, ultraje y secuestro a ciudadanos civiles, policías y militares, habrá triunfado la impunidad y quedará un antecedente nefasto para la libertad y la democracia.

Marta Lagos, Directora de la encuesta regional Latinobarómetro, dice refiriéndose a América Latina: “Aquí no fracasan los gobiernos; están fracasando los Estados”

Una sociedad donde solo se aplican los Derechos y se omiten los Deberes, está condenada a regresar a la época de las cavernas.

“Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que no mereces” (Benjamín Franklin)

1 comentario:

  1. ¡Nuestro deber es impedir que los políticos rijan nuestras vidas!

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